CIUDAD DE WASHINGTON, 8 de abril de 2024. El aumento del consumo privado y el descenso de la inflación están respaldando la recuperación económica en África subsahariana. Sin embargo, el repunte sigue siendo frágil debido a la incertidumbre sobre las condiciones económicas mundiales, el aumento de las obligaciones del servicio de la deuda, los frecuentes desastres naturales y la escalada de conflictos y violencia, según la edición más reciente del informe Africa's Pulse (El pulso de África) del Banco Mundial. A fin de sostener el crecimiento a largo plazo y reducir eficazmente la pobreza, se necesitan políticas transformadoras que aborden la profunda desigualdad actual.
De acuerdo con las proyecciones del informe, el crecimiento repuntará en 2024, ya que pasará de un umbral de 2,6 % en 2023 a 3,4 % en 2024 y 3,8 % en 2025. No obstante, esta recuperación sigue siendo moderada. Si bien la inflación está cediendo en la mayoría de las economías —cae de una mediana del 7,1 % al 5,1 % en 2024—, sigue siendo alta en comparación con los niveles anteriores a la pandemia de COVID-19. Además, aunque el crecimiento de la deuda pública se está desacelerando, más de la mitad de los Gobiernos africanos se enfrentan a problemas de liquidez externa y cargas de deuda insostenibles.
En términos generales, en el informe se subraya que, a pesar del aumento previsto del crecimiento, el ritmo de expansión económica de la región sigue siendo inferior a la tasa de crecimiento de la década anterior (2000-2014) y es insuficiente para generar un efecto significativo en la reducción de la pobreza. Asimismo, debido a múltiples factores, como la desigualdad estructural, el crecimiento económico de África subsahariana reduce la pobreza en menor medida que en otras regiones.
“Un crecimiento del producto interno bruto (PIB) per cápita del 1 % se asocia con una reducción de la tasa de pobreza extrema de apenas el 1 % aproximadamente en la región, en comparación con el 2,5 % en promedio en el resto del mundo”, dijo Andrew Dabalen, economista en jefe del Banco Mundial para África. “En un contexto de presupuestos públicos limitados, no se logrará una reducción más rápida de la pobreza únicamente a través de la política fiscal. La reducción debe estar respaldada por políticas que amplíen la capacidad productiva del sector privado a fin de crear más y mejores empleos para todos los segmentos de la sociedad”.
En el informe se pone de relieve que los recursos externos destinados a satisfacer las necesidades de financiamiento bruto de los Gobiernos africanos se están reduciendo, y los que están disponibles son más costosos que antes de la pandemia. La inestabilidad política y las tensiones geopolíticas pesan sobre la actividad económica y pueden limitar el acceso a alimentos de aproximadamente 105 millones de personas que están en riesgo de padecer inseguridad alimentaria debido a conflictos y crisis climáticas. La situación fiscal de los Gobiernos africanos sigue siendo vulnerable a las perturbaciones económicas mundiales, por lo que es necesario adoptar medidas normativas para crear mecanismos de amortiguación que permitan prevenir o afrontar futuras conmociones.
Por otro lado, la desigualdad en África subsahariana sigue siendo una de las más altas del mundo: la región solo se ve superada por América Latina y el Caribe, según el coeficiente de Gini promedio. El acceso a los servicios básicos, como la escolarización o la atención médica, continúa siendo muy desigual, a pesar de las recientes mejoras. Asimismo, hay disparidades en el acceso a los mercados y a las actividades generadoras de ingresos, independientemente de las habilidades de las personas. Los impuestos y los subsidios mal orientados también pueden tener un impacto descomunal en los pobres.
“La desigualdad en África se debe en gran medida a las circunstancias en las que nace un niño y se acentúa posteriormente debido a los obstáculos para participar de manera productiva en los mercados y a las políticas fiscales regresivas”, dijo Gabriela Inchauste, coautora de un informe del Banco Mundial de próxima aparición sobre la lucha contra la desigualdad en África subsahariana. “Identificar y abordar mejor estas limitaciones estructurales en toda la economía es una forma de trazar una hoja de ruta para un futuro más próspero”.
En Africa's Pulse se exhorta a adoptar varias medidas de política para fomentar un crecimiento más sólido y equitativo, como restablecer la estabilidad macroeconómica, promover la movilidad intergeneracional, apoyar el acceso a los mercados y garantizar que las políticas fiscales no generen cargas excesivas para los pobres.