La desaceleración del crecimiento retrasa la recuperación de las economías emergentes de Europa y Asia central

CIUDAD DE WASHINGTON, 11 de abril de 2024. La actividad en las economías emergentes y en desarrollo de la región de Europa y Asia central presentará una probable desaceleración este año a causa de las perspectivas de crecimiento de la región marcadas por un debilitamiento de la actividad económica a nivel mundial, una política monetaria restrictiva, la desaceleración en China y el peso que genera la baja de los precios de los productos básicos, según la información económica actualizada del Banco Mundial sobre la región, publicada hoy.

Se prevé una baja del crecimiento regional del 2,8 % este año, tras un importante fortalecimiento del 3,3 % en 2023, año en el que resurgió el crecimiento de las economías tanto de Rusia como de Ucrania, azotada por la guerra, sumado a una recuperación más robusta en Asia central. Es probable que, en líneas generales, la producción regional permanezca sin cambios en 2025.

Las perspectivas presentan múltiples contratiempos. Una recuperación más lenta de lo esperada de los socios comerciales clave, especialmente en la zona del euro, políticas monetarias restrictivas y una exacerbación de los desarrollos geopolíticos podrían frenar el crecimiento aún más.

“Los países de Europa y Asia central continúan enfrentando múltiples crisis, exacerbadas por un entorno de crecimiento mundial difícil”, dijo Antonella Bassani, vicepresidenta del Banco Mundial para la región de Europa y Asia central. “Revitalizar el crecimiento de la productividad mediante la estimulación del dinamismo comercial y la mejora de la resiliencia frente a los riesgos del cambio climático puede ayudar a proteger a los habitantes de la región y acelerar el crecimiento económico”.

La desaceleración del crecimiento retrasará aún más la recuperación de las conmociones recientes en la región, que incluyen la invasión de Rusia a Ucrania, aún vigente, la pandemia y la crisis del costo de vida de 2022.

Por su parte, la inflación ha bajado más rápido de los esperado en los mercados emergentes y economías en desarrollo (MEED) de Europa y Asia central, principalmente, debido a la fuerte baja en los precios mundiales de alimentos y energía. La inflación anual media de los precios al consumidor en la región cayó a un 4,2 % en febrero de 2024 de un 15 % a comienzos de 2023. No obstante, a pesar de los aumentos en los ingresos reales el año pasado, la crisis del costo de vida de 2022 continúa afectado a los hogares.

En Ucrania, se proyecta que el ritmo de recuperación, que llegó a un 4,8 % en 2023, caiga a un 3,2 % este año. Las perspectivas económicas del país siguen estando condicionadas al apoyo de donantes y la duración de la invasión rusa. Según estimaciones recientes del Banco Mundial e instituciones socias, el costo de la reconstrucción y la recuperación en Ucrania ahora ha aumentado a USD 486 000 millones, lo que equivale a más de dos veces el tamaño de la economía del país antes de la guerra, en 2021.

En Türkiye también es probable que el crecimiento baje al 3 % este año, la cifra más baja desde 2009, exceptuando los años afectados por la pandemia, ya que se prevé una restricción de la demanda interna dada por las iniciativas de consolidación macroeconómicas. La moderación en los precios mundiales del petróleo pondrá freno a las perspectivas para Asia Central, dado que, este año, el crecimiento bajará a un 4,1 % frente al 5,5 % estimado en 2023.  

El informe incluye un capítulo destacado sobre desplegar el poder del sector privado. Allí, se observa que el desarrollo económico en la región ha pasado, históricamente, por una transición del plan a las economías de mercado, las reformas estructurales amplias y profundas, y la emergencia de la iniciativa privada, que ha oficiado como el principal impulsor del crecimiento y la prosperidad.

En menos de tres décadas, 12 de los países de la región se unieron a la Unión Europea (UE). La transición de estos países a economías de mercado integradas a la UE con instituciones y estructuras productivas fuertes demuestra el éxito que han tenido estas reformas profundas en algunos países, que también lograron la categoría de altos ingresos.

“En muchos países de la región, el sector privado se enfrenta a obstáculos que impiden su expansión y la innovación”, señaló Ivailo Izvorski, economista en jefe del Banco Mundial para la región de Europa y Asia central. “Para impulsar el dinamismo comercial será necesario abordar varios desafíos, entre ellos, la actualización de un entorno de competitividad, la reducción de la participación del Estado en la economía, la mejora de la calidad educativa y el fortalecimiento de la disponibilidad de financiamiento para las empresas”.

Las iniciativas que apunten a fomentar la competencia y el libre mercado deben enfocarse en eliminar los obstáculos para el ingreso y facilitar la salida de las empresas no productivas. La presencia de numerosas empresas estatales también representa una importante limitación para la igualdad de oportunidades de las empresas privadas.

Además, las empresas privadas se enfrentan a una fuerza laboral inadecuadamente instruida y grandes brechas de habilidades que impiden, en gran medida, el crecimiento. Las altas tasas de migración de trabajadores jóvenes y calificados no ayudan en el corto plazo. Una fuerza de trabajo mejor instruida se asocia a una mayor productividad y puede generar también a una mayor innovación.

Los préstamos bancarios otorgados al sector privado son relativamente pocos y no aumentaron la década pasada. Además, existe una tendencia a otorgar préstamos a corto plazo. Para mejorar el crecimiento de la productividad y la innovación, las empresas necesitan financiamiento a largo plazo.

Resumen del crecimiento del PIB 2020-25