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COMUNICADO DE PRENSAOctubre 07, 2024

Asia oriental y el Pacífico: Crecimiento resiliente en épocas turbulentas

Ciudad de Washington, 7 de octubre de 2024. Los países en desarrollo de Asia oriental y el Pacífico continúan creciendo más rápido que el resto del mundo en 2024, pero a un ritmo más lento que antes de la pandemia, según señaló el Banco Mundial en sus perspectivas económicas semestrales con información actualizada sobre la región (i).

De acuerdo con las proyecciones del Banco Mundial, el crecimiento de Asia oriental y el Pacífico será del 4,8 % en 2024 y se desacelerará al 4,4 % en 2025. Se prevé que el crecimiento de China, la economía más grande de la región, disminuirá del 4,8 % este año al 4,3 % en 2025, ante la persistente debilidad del mercado inmobiliario, la baja confianza de los consumidores y los inversionistas, y desafíos estructurales tales como el envejecimiento de la población y las tensiones mundiales.

Se estima que el crecimiento en el resto de la región aumentará del 4,7 % en 2024 al 4,9 % en 2025, como consecuencia del mayor consumo interno, la recuperación de las exportaciones de bienes y el repunte del turismo. De los países más grandes, solo Indonesia crecerá en 2024 y 2025 a un ritmo similar o superior al que tenía antes de la pandemia, mientras que para Malasia, Filipinas, Tailandia y Viet Nam se espera que el crecimiento se ubique por debajo de aquellos niveles. Se prevé que los países insulares del Pacífico crecerán un 3,5 % en 2024 y un 3,4 % en 2025, debido, entre otras cosas, a la recuperación del turismo. El crecimiento de la inversión sigue siendo escaso en gran parte de la región.

“Los países de la región de Asia oriental y el Pacífico continúan siendo un motor de crecimiento para la economía global”, afirmó Manuela V. Ferro, vicepresidenta del Banco Mundial para Asia oriental y el Pacífico. “Sin embargo, el crecimiento se está desacelerando. Para mantener un crecimiento sólido a mediano plazo, los países deben tomar medidas proactivas de modernización y reforma de sus economías, de modo de hacer frente a las variaciones en las tendencias del comercio y el cambio tecnológico”.

En el informe actualizado se destacan tres factores que probablemente afectarán el crecimiento regional: los cambios en el comercio y la inversión, la desaceleración del crecimiento en China y la creciente incertidumbre mundial relacionada con las políticas.

En primer lugar, las recientes tensiones comerciales entre Estados Unidos y China han creado oportunidades para que países como Viet Nam tengan un papel más destacado en las cadenas de valor mundiales, ya que “conectan” a los principales socios comerciales. Durante el período 2018-21, las empresas vietnamitas que exportaban a Estados Unidos observaron que sus ventas crecían casi un 25 % más rápido que las de compañías que exportaban a otros destinos. Sin embargo, los nuevos datos indican que las economías podrían verse cada vez más limitadas a desempeñar un papel de “conector unidireccional”, a medida que se imponen normas de origen nuevas y más estrictas para las importaciones y restricciones a la exportación.

En segundo lugar, los vecinos de China se han beneficiado del fuerte crecimiento registrado por el país durante los últimos 30 años, aunque ese impulso ahora está disminuyendo. China fortaleció indirectamente a otros países a través de su demanda de importación, que ahora avanza a un ritmo aún más lento que su producto interno bruto. Las importaciones crecieron solo un 2,8 % en los primeros siete meses de este año, frente a casi un 6 % anual en la década anterior.

En tercer lugar, la incertidumbre mundial puede tener un impacto negativo en las economías de Asia oriental y el Pacífico. Además de las inquietudes geopolíticas, el aumento de la incertidumbre sobre la política económica podría hacer caer la producción industrial y los precios de las acciones en la región hasta en un 0,5 % y un 1 %, respectivamente.

En uno de los artículos destacados del informe se analiza la forma en que los países de Asia oriental y el Pacífico pueden aprovechar las nuevas tecnologías con el objetivo de seguir creando empleos para su población. Los robots industriales, la inteligencia artificial (IA) y las plataformas digitales están incidiendo en los mercados laborales de la región. Entre 2018 y 2022, la adopción de robots ayudó a crear empleos para aproximadamente 2 millones (4,3 %) del total de trabajadores formales calificados debido al aumento de la productividad y la escala de producción, así como a la necesidad de habilidades complementarias. No obstante, los robots también desplazaron a aproximadamente 1,4 millones (3,3 %) del total de trabajadores formales menos calificados en los cinco países de la Asociación de Naciones de Asia Sudoriental.

Dado el predominio del trabajo manual en Asia oriental y el Pacífico, la IA pone en peligro una proporción menor de empleos que en las economías avanzadas. Sin embargo, la región no está tan bien posicionada para aprovechar los beneficios de productividad que podría generar la IA, dado que solo el 10 % de los empleos incluye tareas complementarias a la IA, cuando en las economías avanzadas este valor llega a cerca del 30 %.

“El modelo de desarrollo de Asia oriental, basado en mercados mundiales abiertos y una producción con gran intensidad de mano de obra, se ve desafiado por las tensiones comerciales y las nuevas tecnologías”, dijo Aaditya Mattoo, economista en jefe del Banco Mundial para Asia oriental y el Pacífico. “La mejor respuesta es profundizar los acuerdos comerciales y dotar a las personas de las habilidades y la movilidad laboral necesarias para aprovechar las nuevas tecnologías”.

COMUNICADO DE PRENSA N.º 2025/21/EAP

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