Buenas tardes. Me gustaría agradecer a Su Alteza el Jeque Mohammed Bin Rashid Al Maktoum, la Excelentísima Señora Mona Al Marri, el Gobierno de Dubai y Dubai Women Establishment por acoger este importante foro.
Gracias por el apoyo constante que prestan a We-Fi, la Iniciativa de Financiamiento para Mujeres Emprendedoras.
Me complace sobremanera estar hoy aquí con dos mujeres que son fuente de inspiración: Ivanka Trump y Kristalina Georgieva, quienes han contribuido en gran medida a impulsar We-Fi y defienden las cuestiones de la mujer. Gracias por toda la labor que llevan adelante.
El Banco Mundial se enorgullece de acoger este fondo concebido para ayudar a las emprendedoras a obtener acceso al financiamiento, los mercados y las redes, y para ayudar a eliminar los obstáculos normativos y jurídicos que limitan el éxito de la mujer.
Junto con los Estados Unidos, los Emiratos Árabes Unidos se cuentan entre los 14 donantes fundadores y respaldan generosamente a We-Fi. Hace dos años, aquí, en Dubai, We-Fi realizó sus primeras asignaciones de fondos. Hasta la fecha, ha distribuido USD 250 millones, con los que se ha previsto apoyar a más de 114 000 empresarias de 50 países y movilizar más de USD 2600 millones en financiamiento de los sectores privado y público.
We-Fi logra un alcance tan amplio en sus programas gracias a nuestros donantes, naturalmente, y a los organismos de ejecución asociados y su extensa red de actores de los sectores público y privado. Quisiera alentar a todos a atraer más asociados, para que podamos aumentar aún más la escala de nuestras actividades.
El tema central del foro es importante: “el poder de la influencia”. Las emprendedoras ya están cambiando el panorama empresarial en la región de Oriente Medio y Norte de África.
Hemos invitado a varias emprendedoras destacadas de esta región para que estuvieran presentes hoy. Me gustaría pedir a las mujeres que se encuentran en el salón y también son emprendedoras que se pongan de pie y reciban nuestros aplausos.
La posibilidad de crear y hacer crecer un negocio es uno de los instrumentos más poderosos con que cuentan las mujeres para superar la pobreza y forjar una vida mejor para ellas, sus familias y sus comunidades.
No obstante, el espíritu empresarial es apenas una pieza del rompecabezas. Estamos muy lejos de vivir en un mundo donde una niña que nazca hoy tenga las mismas oportunidades que un niño, donde las mujeres reciban remuneraciones justas y donde ellas puedan llegar a ser empresarias, pilotos, matemáticas o ingenieras, si así lo deciden.
Estimamos que, si en la región de Oriente Medio y Norte de África se llevara la participación femenina en la fuerza laboral al mismo nivel que la de los hombres, el PIB regional podría incrementarse en un 47 %. Actualmente, USD 575 000 millones del ingreso regional se pierden debido a la discriminación por motivos de género en las leyes, las normas sociales y las prácticas que limitan los derechos y las oportunidades de la mujer.
Afortunadamente, cada vez más países reconocen que las economías solo pueden desarrollar su potencial por completo con la plena participación de mujeres y hombres.
En el Banco Mundial, nos estamos abocando a ayudar a los países a obtener mejores resultados en términos de desarrollo. Voy a mencionar algo más sobre dos ámbitos clave en los que hemos estado trabajando mucho: las leyes y las reglamentaciones, y la ampliación del acceso al financiamiento.
En primer lugar, debemos esforzarnos por contar con leyes, políticas y reglamentos que den a las mujeres la posibilidad de lograr resultados satisfactorios en la economía. En el informe del Banco Mundial titulado Mujer, empresa y el derecho se presenta la evolución de ocho indicadores relativos a la mujer —desde el ingreso en la fuerza de trabajo hasta la vida después de la jubilación— en 190 economías.
Estos indicadores se hallan en consonancia con los tres factores fundamentales en los que se centra la Women’s Global Development and Prosperity Initiative, impulsada por los Estados Unidos, que son los siguientes: i) la prosperidad de las mujeres en la fuerza laboral, ii) el éxito de las mujeres como empresarias y iii) el empoderamiento de la mujer en la economía. Este programa, puesto en marcha en febrero del año pasado, ya ha beneficiado a 12 millones de mujeres en todo el mundo. Tendremos oportunidad de recibir más información sobre esta importante iniciativa.
Según el informe Mujer, empresa y el derecho, en los dos últimos años, 40 economías sancionaron 62 leyes para promover la igualdad de género, entre ellas algunas con los siguientes objetivos: i) eliminar las restricciones sobre los sectores y las ocupaciones en que las mujeres se pueden desempeñar, así como sobre el número de horas que pueden trabajar; ii) ampliar las licencias por maternidad y los permisos parentales pagos, y iii) introducir protecciones contra el acoso sexual en los lugares de trabajo.
Tradicionalmente, la región de Oriente Medio y Norte de África ha obtenido, en promedio, el puntaje más bajo en el índice del informe. Sin embargo, este año ha sido la que más ha progresado: Jordania, Líbano, Argelia y Bahrein efectuaron varias reformas.
Los Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita, en particular, son los países que efectuaron el mayor número de reformas:
Desde 2015, los Emiratos Árabes Unidos impulsan reformas legislativas tendientes, por ejemplo, a la igualdad salarial y la representación femenina en los directorios de las empresas.
En Arabia Saudita se modificaron leyes para proteger a las mujeres de la discriminación en el empleo y para prohibir a los empleadores despedir a una mujer durante el embarazo y la licencia por maternidad.
Y todos los países tienen margen para mejorar: me gustaría señalar los cambios introducidos recientemente por los Estados Unidos para otorgar licencia familiar paga.
Otra importante iniciativa del Banco Mundial centrada en la reglamentación es Empowering Women by Balancing the Law (Empoderar a la Mujer Equilibrando la Ley): por su intermedio, se proporciona a los países los instrumentos analíticos que necesitan para revisar leyes anticuadas sobre matrimonio infantil, violencia doméstica, mutilación genital femenina y acoso sexual en el lugar de trabajo.
En segundo lugar, debemos ampliar el acceso al financiamiento y los mercados: en el mundo, el déficit de financiación de las empresas conducidas por mujeres asciende a los USD 1,5 billones.
Con respecto al capital de riesgo, las mujeres ingresan en los programas de las aceleradoras aproximadamente en la misma proporción que los hombres, pero apenas el 11 % de las pymes que obtienen capital simiente están encabezadas por mujeres. IFC está poniendo en marcha hoy un nuevo programa, ScaleX, que recompensa a las aceleradoras no solo por incluir a mujeres en sus programas, sino también por ayudarlas a acceder a recursos financieros en las primeras etapas.
En cuanto al acceso a los mercados, este es mucho más difícil para las emprendedoras que para los hombres. Apenas el 1 % de la contratación privada mundial tiene como beneficiarias a empresas cuyas propietarias o directivas son mujeres. En el Grupo Banco Mundial nos hemos comprometido a duplicar, para 2023, la contratación de empresas proveedoras de la institución que sean propiedad de mujeres.
La tecnología digital puede ayudar a las mujeres a superar algunos de estos obstáculos. En los países donde todavía predominan las operaciones en efectivo, el uso de sistemas de pago electrónico puede impulsar fuertemente el potencial de crecimiento de las emprendedoras.
En Egipto, por ejemplo, la prestadora de servicios financieros Fawry, compañía en la que IFC invierte, facilita unos 2,5 millones de transacciones diarias, lo que permite a muchos pobladores pobres y a las pymes que los atienden realizar operaciones de manera económica y eficiente.
Al reconocer el potencial de las emprendedoras, la compañía lanzó recientemente Heyya Fawry, la primera red de agentes de pago electrónico de Egipto orientada especialmente a la mujer, que tiene por objeto aumentar el número de mujeres con acceso a los pagos electrónicos.
Las tecnologías digitales también pueden ser valiosas en lo que se refiere a los mercados. A través de los programas de We-Fi en Argelia, Djibouti, Egipto, Jordania, Líbano, Marruecos y Túnez se está enseñando a emprendedoras a utilizar las plataformas de comercio electrónico para ampliar sus negocios.
En la actualidad, el Banco Mundial está poniendo en marcha una asociación con UPS Corporate destinada a ayudar a empresas dirigidas por mujeres de la región de Oriente Medio y Norte de África a exportar sus productos y acceder a nuevos mercados mediante el comercio electrónico.
El Grupo Banco Mundial, a través de iniciativas tales como We‑Fi; Mujer, empresa y el derecho; Empoderar a la Mujer Equilibrando la Ley, y ScaleX, está ayudando a subsanar las limitaciones que enfrentan las mujeres.
Aún queda mucho por hacer. Y todos los presentes en esta sala podemos colaborar.
Me complace ahora dar la palabra a mis amigas Kristalina e Ivanka.