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Discursos y transcripcionesDiciembre 01, 2023

Palabras pronunciadas por el presidente del Banco Mundial, Ajay Banga, en el evento titulado "Transformar el financiamiento climático", COP28

Texto preparado para la alocución

 

Nos encontramos aquí en un momento crítico de la trayectoria de la humanidad y del planeta.

Pero aun en este momento, hay esperanza.

Los recursos de las naciones ricas pueden crear oportunidades, mientras que la abundancia de sol, viento, suelo fértil y población joven de las economías emergentes podría impulsar nuestro futuro.

Las soluciones no escasean; estamos paralizados por una persistente falta de coraje para ponerlas en práctica.

Pero el Banco Mundial sabe lo que se puede lograr cuando todos ponen el hombro.

Hemos heredado décadas de conocimientos y nos hemos beneficiado de la generosidad de cada nación. Ahora nos convocan para liderar, y nunca hemos estado en mejores condiciones para lograr los avances que se requieren.

Esto nos motivó a definir una nueva misión y visión: Crear un mundo sin pobreza en un planeta habitable.

De esta manera, ampliamos la perspectiva del Banco Mundial de modo que reflejara la realidad de que esta generación ya no puede darse el lujo de elegir y de que los desafíos que enfrentamos ahora no pueden abordarse de manera fragmentada.

Pero nuestra devoción no solo se refleja en palabras: debe traducirse en acciones.

En 2021 establecimos el objetivo de que para 2025 el 35 % de nuestro financiamiento, en promedio, se destinara a iniciativas climáticas. Alcanzamos esa meta antes de lo previsto, pero no es momento de celebrar, sino de ir más allá.

Es momento de comprometernos a fondo.

Hoy, el Banco Mundial establece el ambicioso objetivo de destinar el 45 % de su financiamiento anual al área del clima para 2025.

Hemos comenzado a avanzar a toda marcha con nuestras aspiraciones y a poner a trabajar más de USD 40 000 millones anuales, es decir, unos USD 9000 millones más que la meta original. Nos aseguraremos de que los recursos del Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF) y de la Asociación Internacional de Fomento (AIF) se utilicen por igual para iniciativas de mitigación y de adaptación, porque si bien todos experimentamos el cambio climático, sentimos sus efectos de manera diferente.

Por ejemplo, absolutamente todos los habitantes del Caribe saben lo que es vivir bajo el temor de que no podamos detener el cambio climático. Saben que cuando golpea un huracán, no solo destruye vidas, viviendas y carreteras, sino que también roba tiempo.

Hace retroceder el reloj en avances que se habían logrado con mucho esfuerzo.

Cuando se producen catástrofes, los dirigentes se preocupan por las personas y las comunidades (cómo mantener el acceso al agua, los alimentos, la energía) y los atormenta la pérdida de vidas.

En esos momentos, necesitan un asociado confiable que esté de su lado: ese socio debería ser el Banco Mundial.

Los países deberían tener la seguridad de que cuando reciban un golpe, los respaldaremos.

Por este motivo, ampliaremos significativamente nuestro conjunto de herramientas para situaciones de crisis, y cumpliremos esta promesa de varias maneras:

  • extenderemos el alcance de nuestras cláusulas de suspensión temporaria de la deuda tras una crisis climática, de modo que cubran todos los préstamos existentes destinados a los más vulnerables;
  • ofreceremos la suspensión no solo del pago del capital sino también de los intereses,
  • y permitiremos pagar las comisiones con recursos en condiciones concesionarias, de modo que otras entidades puedan ayudar a compensar los costos.

Pero este es solo un paso en un largo viaje. Podemos hacer más. Nuestra institución debe ganarse la legitimidad cada día a través del impacto que genera.

En los próximos días, el Banco Mundial detallará su plan para reducir las emisiones de metano, anunciará una hoja de ruta para desarrollar mercados de carbono de alta integridad, analizará los avances respecto de nuestro Laboratorio para la Inversión del Sector Privado y describirá los esfuerzos que se llevarán adelante para profundizar el impacto colectivo de los bancos multilaterales de desarrollo.

Este viaje en el que estamos embarcados exige acción. Y para cumplir con su parte, el Banco Mundial debe ser una institución que exporte optimismo e impacto.

Pero si bien nuestro viaje puede estar impulsado por la esperanza, se concretará en hechos.

Muchas gracias.

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