En el último año, hemos enfrentado un panorama mundial increíblemente complejo, caracterizado por la incertidumbre económica, el aumento de los niveles de endeudamiento, las conmociones climáticas y una necesidad siempre urgente de desarrollo humano. Sin embargo, en medio de estos desafíos, se ha producido algo extraordinario: un esfuerzo colectivo, impulsado por la convicción compartida de que podemos hacerlo mejor, de que debemos hacerlo mejor, para beneficiar a las personas más vulnerables del mundo.
Hoy nos enorgullece anunciar los resultados de ese esfuerzo. Después de meses de negociaciones, cooperación y el compromiso inquebrantable de nuestra comunidad de donantes, se ha logrado reunir USD 24 000 millones en contribuciones de los donantes para la 21.ª reposición de recursos de la Asociación Internacional de Fomento (AIF).
Debido al modelo de apalancamiento único de la AIF, estos USD 24 000 millones generarán un total de USD 100 000 millones en financiamiento asequible, la mayor reposición que ha tenido lugar en la historia de la AIF. Esto es posible gracias a la generosidad de los donantes, pero también al trabajo que hemos realizado para optimizar nuestro balance general, asumir más riesgos y aumentar nuestra capacidad de apalancamiento.
Este financiamiento se utilizará para apoyar a los 78 países que más lo necesitan, y se brindarán recursos para invertir en salud, educación, infraestructura y resiliencia climática; estabilizar las economías, crear empleo y sentar las bases de un futuro mejor, y empoderar a las naciones para que puedan avanzar en un mundo incierto y liberar todo su potencial.
Lograr resultados con mayor rapidez e impacto
En esta reposición, lo importante no son solo los recursos, sino también la manera en que los proporcionamos. A lo largo de los años, el marco de operaciones de la AIF se ha vuelto cada vez más complejo, con más de 1100 requisitos y parámetros diferentes. Esta complejidad, aunque bien intencionada, a menudo nos ha hecho más lentos y ha significado una sobrecarga para aquellos a los que prestamos servicios.
Durante este ciclo de reposición, trabajamos en estrecha colaboración con nuestros asociados para simplificar las operaciones de la AIF, y redujimos a la mitad los parámetros requeridos, hasta llegar a 500. Esto hará que la AIF sea más simple, más rápida y responda mejor a las necesidades de nuestros clientes. Además, se traducirá en menos trabas burocráticas y más tiempo dedicado a generar resultados sobre el terreno.
Por qué la AIF es importante
Durante sus 60 años de existencia, 35 países se han graduado de la AIF, muchos de los cuales son ahora generosos donantes que retribuyen la asistencia recibida para que otros puedan prosperar.
A lo largo de todo ese tiempo, la AIF ha mantenido su lugar como asociado fundamental de los países más pobres del mundo. Es una entidad de importancia vital que proporciona lo que pocos pueden:
Financiamiento asequible a través de donaciones y préstamos sin intereses o con bajas tasas de interés para naciones que disponen de limitadas opciones de financiamiento.
Conocimientos sin parangón sobre el desarrollo adquiridos durante décadas de labor en casi todos los rincones del planeta.
El poder de multiplicar entre 3,5 y 4 veces cada dólar de los donantes, transformando así contribuciones modestas en inversiones que cambian vidas.
Este modelo ha permitido a la AIF movilizar y desplegar USD 270 000 millones tan solo en la última década, y de ese monto, USD 179 000 millones se destinaron a África. La AIF se ha convertido en el mayor proveedor de financiamiento climático en condiciones concesionarias, pues ha invertido USD 85 000 millones en todo el mundo. Más de la mitad de esa cifra se dedicó a iniciativas de adaptación climática para proteger a las comunidades del aumento del nivel del mar, construir escuelas resistentes al calor y garantizar que los agricultores cuenten con las semillas más adecuadas para las condiciones de su entorno.
En el mismo período, estas inversiones han dado resultados tangibles:
900 millones de personas recibieron servicios de salud.
117 millones de personas se conectaron a un servicio de electricidad confiable.
94 millones de personas obtuvieron acceso a agua potable.
Más de 18 millones de agricultores recibieron apoyo en forma de tecnologías esenciales.
Por este motivo, con frecuencia se dice que la AIF es el “mejor negocio en el ámbito del desarrollo”. No se trata solo de los fondos que se suministran, sino de las vidas que se logra cambiar.
El trabajo comienza
Incluso cuando celebramos estos resultados y los logros de hoy, los desafíos que tenemos por delante exigirán aún más nuestra atención. En muchos de los países a los cuales la AIF presta servicios, los Gobiernos se ven restringidos por el aumento de la deuda y el escaso espacio fiscal. Para estos países, el financiamiento en condiciones concesionarias de la AIF suele ser la única fuente viable de inversión en los sectores que generan empleo.
Esto es particularmente esencial en un momento en que una generación de 1200 millones de jóvenes se prepara para ingresar a la fuerza laboral. Las proyecciones actuales indican que solo se crearán 420 millones de puestos de trabajo, por lo que casi 800 millones de jóvenes se enfrentan al riesgo de desempleo; esto constituye una amenaza para la estabilidad social y el crecimiento económico.
El Grupo Banco Mundial reconoce este desafío y está preparado para encararlo de frente. Por esta razón, estamos trabajando para garantizar que la creación de puestos de trabajo no sea un producto secundario de nuestros proyectos, sino un objetivo explícito.
A lo largo de la historia, el empleo ha sido la solución más segura y duradera para combatir la pobreza. Aporta dignidad, empodera a las mujeres, da esperanza a las generaciones más jóvenes y ayuda a construir comunidades más sólidas.
En este contexto, la AIF no solo es un instrumento financiero: es un catalizador de la creación de puestos de trabajo. Proporciona a los países los recursos para construir infraestructura, mejorar los sistemas de educación y salud, y fomentar el crecimiento del sector privado, todo lo cual es esencial para generar empleos y oportunidades económicas.
Nuestro programa de empleo se sustenta en el vínculo entre la experiencia del Grupo Banco Mundial en el sector público y su financiamiento del sector privado y el acceso a él para lograr resultados a lo largo de este espectro con profundidad y amplitud a nivel global. Este esfuerzo es integral, e implica un cambio de paradigma para la institución.
Un logro colectivo
Nada de esto —ni el financiamiento ni la eficiencia— habría sido posible sin el decidido apoyo de nuestros países donantes, la tarea de promoción de la sociedad civil y la creatividad de los clientes. A cada uno de ustedes, gracias por su confianza, su colaboración y su fe en la misión de la AIF.
El día de hoy marca un hito, pero también es una especie de comienzo. Juntos, hemos demostrado que la acción colectiva puede generar resultados extraordinarios. Pero la labor está lejos de terminar.
Sigamos trabajando juntos para invertir en soluciones, empoderar a los países y construir un mundo en el que todas las personas, sin importar su lugar de nacimiento, tengan la oportunidad de prosperar.
Con gratitud,
Ajay Banga
Presidente
Grupo Banco Mundial