Para Judith de Tanzanía, el estiércol es algo muy valioso. Ella compró un par de vacas, que pagó con un préstamo, para generar biogás casero, que le permite cocinar y ahorrar dinero ya que no tiene que usar combustibles que son caros y contaminantes. Vea cómo la vida de Judith ha cambiado y sepa por qué un programa que incentiva a las mujeres a invertir en energía sostenible está beneficiando a comunidades enteras. ¿Poner fin a la pobreza? ¡Aceptemos el desafío!
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