Mientras que para muchos los teléfonos fijos son parte del creciente museo de la tecnología del siglo pasado, para varias comunidades del interior de Nicaragua éstos son la novedad del pueblo.Hasta antes de la llegada de las líneas telefónicas, los residentes de poblados como San Gerónimo, cerca de la frontera con Honduras, se veían obligados a recorrer hasta 20 kilómetros o escalar montañas en busca de señal con un viejo celular.Ahora, las comunidades más aisladas están conectadas con el mundo exterior y con el resto del país. Con apoyo del Banco Mundial, la empresa de telecomunicaciones de Nicaragua, Telcor, instaló más de 600 líneas públicas de teléfonos fijos, 37 estaciones de telefonía móvil de mejor cobertura, y más de 200 puntos de internet y telecentros.
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