En el marco de un encuentro sobre la importancia de invertir en una educación infantil temprana de calidad, entrevistamos a Claudia Lagos, Subsecretaria de Educación Parvularia.
¿Por qué Chile decide priorizar la Educación Infantil Temprana?
Chile tomó una decisión importante, que es poner el foco en la educación inicial. Y eso trajo consigo varios supuestos. Se toma la decisión de crear una nueva institucionalidad para la educación parvularia, que pueda garantizar la gobernanza, las condiciones estructurales para que este nivel se pueda incorporar en el sistema educativo. Reconocer que los niños y las niñas no son una hipótesis futura, no son algo que va a ocurrir en el futuro, sino que son una categoría social presente, vívida, que tiene necesidades y que tiene mucho que aportar.
¿Cómo proteger el sistema de educación infantil temprana de los cambios de gobierno?
Garantizar la educación parvularia supone que haya una estructura, normativa y leyes que permitan que esto no pase al arbitro a la decisión de una perspectiva de un ciclo político, que pueden transcender a lo largo del tiempo. Y eso en una sociedad ocurre, principalmente, a través de que eso esté normado, que esté estipulado, en la forma de funcionar de la sociedad.
¿Qué le recomendaría a un país que está en este rediseño de la gobernanza de su sistema de educación infantil temprana?
Creo que lo más importante es atender a la pertinencia territorial y cultural de la sociedad. Es decir, los niños y niñas en todos los espacios, en todas la sociedades tienen características, sus familias también, tienen prácticas sociales que son importantes de resguardar y de preservar. Y en ese contexto la política y la institucionalización tienen que leer esa realidad.
Hemos hablado de los protagonistas, que son los niños y las niñas, y de los gobiernos, pero yo quería preguntarle cuál considera que es el mejor camino para concienciar otro actor clave como son las familias.
Los padres y las madres son probablemente lo más evidente de transformar en esta visión. Pero lo fundamental creo yo es reconocer que tenemos que operar en cambio cultural en las sociedades. Y hay poca conciencia de la infancia como una categoría social presente y vívida. Creo que eso se traduce en acciones cotidianas, en todo espacio y en todo contexto visibilizar a niñas y niños. Cuando entendamos eso como sociedades, yo creo que vamos a efectivamente, por consecuencia, tener unos padres mucho más conscientes y empoderados de la importancia que tiene intervenir educativamente en los primeros años de vida.
Entrevistador: Álvaro G. de Pablo, Asociado de Comunicaciones en el Banco Mundial