Como parte de nuestros diálogos sobre violencia de género en contextos migratorios en Centroamérica, entrevistamos a Ana I. Aguilera, especialista sénior en Desarrollo Social del Banco Mundial, quien comparte algunas de las principales consecuencias para las mujeres que pasan por un duro y largo proceso migratorio a través de los países de Centroamérica.
De acuerdo con un informe del Banco Mundial, más del 40% de las mujeres que migran en Centroamérica han sido testigos de violencia física, sexual y psicológica. Para conversar sobre esto estamos hoy con Ana Aguilera, quien es especialista sénior en Desarrollo Social del Banco Mundial.
¿Cuáles son las consecuencias, las secuelas que quedan a estas mujeres migrantes?
Las mujeres que transitan por Centroamérica han sido testigos en esa ruta migratoria de algún tipo de violencia. A pesar de esto, sólo el 10% terminan en denuncia y eso tiene unas consecuencias muy importantes tanto para las mujeres migrantes como para sus hijos, sus familias, como también para las comunidades o los países que la acogen.
Muchas veces estas mujeres logran, por supuesto, integrarse a un país ajeno, nuevo, no conocer un poco los sistemas donde inscribir al niño y logran conseguir un empleo, pero a veces no pueden retener ese empleo porque tienen trauma y consecuencias que pueden ser médicas y psicológicas.
Estas secuelas no se quedan en las mujeres, tienen impacto en las familias y luego en las sociedades, ¿no? Esto es importante recalcarlo.
Absolutamente.
Y dentro de este contexto tan duro existen muchos desafíos, pero, ¿existe alguna oportunidad?
Sí, efectivamente. Desde el Banco hemos hecho varios estudios tanto en la región como a nivel global, que demuestran que la migración es una oportunidad para el desarrollo. Típicamente es un motor y es una de las estrategias más exitosas para salir de la pobreza.
Incluso cuando estas mujeres migrantes o mujeres en tránsito son muy vulnerables; incluso cuando son refugiadas y necesitan protección, su contribución económica, social y cultural a las economías, a las comunidades de destino supera los costos. Esto no implica, digamos, que no haya que hacer costos fiscales para atenderlo, pero su contribución es muchísimo mayor. ¿Por qué?
Por qué estas mujeres que migran son mujeres que son emprendedoras, que están tomando las vidas por sus manos y que quieren efectivamente hacer una contribución. Típicamente sabemos que las mujeres que migran tienen un perfil distinto.
La comunidad internacional yo creo que ha hecho durante décadas un trabajo importante en documentar los beneficios de la migración a nivel económico. Pero todavía, el discurso es generalmente polémico y yo creo que hay mucha literatura que demuestra los beneficios económicos de la migración, pero las barreras son sociales, las barreras para integrar a esas personas son sociales, son políticas. Y es importante también informar sobre estos beneficios, que son económicos, pero también son culturales.
Entrevistador: Álvaro G. de Pablo, Asociado de Comunicaciones en el Banco Mundial