La educación infantil temprana no es un asunto solo de la escuela. Invertir hoy en la educación de los más pequeños de la casa puede garantizar el capital humano necesario para sociedades más equitativas. Conversamos sobre esto con Norbert Schady, Economista Jefe de Desarrollo Humano del Banco Mundial, quien trae lecciones de otras regiones.
¿Por qué es importante invertir en la educación infantil temprana?
Los primeros años de la vida de un niño son cuando literalmente se forma la arquitectura básica del cerebro. Y la ausencia de inversiones importantes en ese momento, de estímulos importantes de nutrición, de apego o de cariño, tiene consecuencias negativas para el resto de la vida.
Entonces, invertir en la primera infancia verdaderamente sienta las bases, los cimientos para todas las inversiones que ocurren después. Siguiendo niños desde los dos, tres años de edad hasta los cuarenta años de edad, se ve claramente que los niños que tienen bajos niveles de desarrollo en la primera infancia sufren en diferentes dimensiones.
En la edad adulta tienen menores ingresos, menor probabilidad de trabajo, mayores tasas de criminalidad, menores años de escolaridad completados, etcétera. Entonces, es verdaderamente una inversión crítica la que podemos hacer en los primeros años.
¿Qué lecciones podríamos traer de otros países para la región de América Latina y Caribe?
Me gustaría resaltar en particular dos. La primera es que las familias son absolutamente críticas y, consecuentemente, es muy importante ver cuáles son las prácticas de crianza que tienen los padres en los hogares.
En muchos países se ha hecho mucho una expansión de la cobertura de diferentes servicios, jardines infantiles, preescolar y se ha prestado menos atención a la calidad de estos servicios, pero la calidad es absolutamente fundamental. Expandir sin calidad, no tiene ningún sentido, puede ser hasta ser dañino para los niños, esa es la segunda lección.
¿Cuál es el futuro de la educación infantil temprana?
Digamos como futuro de corto plazo y en futuro de largo plazo. En el futuro de corto plazo creo que hay que ver cómo podemos recuperar lo perdido durante la pandemia porque todavía está ahí. En el plazo más inmediato, tenemos que recuperar las pérdidas de la pandemia y en el plazo un poquito más mediano, aunque no podemos esperar, pero en el plazo más mediano es cómo aseguramos que los servicios que damos son verdaderamente los que benefician a los niños.
Entrevistador: Álvaro G. de Pablo, Asociado de Comunicaciones en el Banco Mundial