Redes de protección social
En Angola, el Proyecto de Fortalecimiento del Sistema de Protección Social, conocido localmente como Proyecto Kwenda (i), ha registrado a casi 600 000 hogares de 18 provincias para recibir transferencias monetarias, de los cuales alrededor del 60 % son encabezados por mujeres. Para 2023, 1,6 millones de hogares serán beneficiarios de las transferencias monetarias del Proyecto Kwenda, que representan a todas las familias pobres del país, y esto lo convertiría en uno de los mayores programas de transferencias monetarias en África subsahariana.
En la República Democrática del Congo (RDC), "STEP" (Projet pour la Stabilization de l'Est de la RDC pour la Paix), el programa de protección social de la Asociación Internacional de Fomento (AIF), ha respaldado a las poblaciones pobres. Entre febrero de 2014 y diciembre de 2022, el proyecto ha obtenido los siguientes resultados: un mejor acceso a medios de subsistencia para 530 000 beneficiarios —incluidas más de 200 000 mujeres— a través de transferencias monetarias, dinero en efectivo a cambio de trabajo y otras actividades de protección social, desembolsando más de USD 93 millones en total. El proyecto respaldó mejoras de 2185 infraestructuras comunitarias, como escuelas y clínicas, a través de 950 programas de desarrollo impulsados por la comunidad y 1235 planes de obras públicas.
En Liberia, la pandemia de COVID-19 exacerbó la pobreza y amenazó los medios de subsistencia, y este desafío impulsó la expansión y digitalización del actual programa de transferencias monetarias del Gobierno. El Proyecto de Redes de Protección Social (i) puso en marcha el primer programa del Gobierno de transferencias monetarias para hogares urbanos. Proporcionó transferencias monetarias de emergencia a cerca de 15 000 familias de comunidades vulnerables en el Área Metropolitana de Monrovia, que había registrado el mayor número de casos de COVID-19 en el país. Estas recibieron las transferencias monetarias en sus cuentas de billetera electrónica, y hasta el 70 % de los receptores de efectivo eran mujeres. El proyecto se financia con un crédito de USD 10 millones de la AIF y recibe cofinanciamiento de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) (USD 5,4 millones) y el Ministerio de Relaciones Exteriores y de la Mancomunidad de Naciones del Reino Unido (FCDO) (USD 3,5 millones).
En Somalia, el programa Baxnaano (i) ha proporcionado una plataforma al Gobierno para que desempeñe un papel importante en el suministro de redes de protección social a los hogares que enfrentan pobreza crónica y los impactos de múltiples conmociones vinculadas con el clima. En los primeros dos años de implementación del programa Baxnaano regular, unas 200 000 familias (más de 1 millón de personas) se beneficiaron con transferencias universales de efectivo predecibles y vinculadas a la nutrición. El 100 % de los receptores directos fueron mujeres, y casi el 40 % de ellas utilizó tarjetas SIM por primera vez, un paso importante en la inclusión financiera de las mujeres pobres en Somalia. Casi 100 000 hogares (alrededor de 600 000 personas) recibieron protección para sus medios de subsistencia a través de transferencias monetarias electrónicas mensuales del programa Baxnaano para crisis durante la plaga de langostas. El 72 % de sus receptores directos fueron mujeres.
En Sudán del Sur, el Proyecto de Redes de Protección Social (i) ha mejorado los medios de subsistencia y la resiliencia de miles de personas, al proporcionar oportunidades de ingresos temporales a 423 100 miembros de 65 045 hogares en los 10 condados de Sudán del Sur, incluida la capital Jube, a través de apoyo directo a los ingresos y obras públicas que requieren mucha mano de obra. Además, el proyecto ha respaldado la capacitación complementaria (el componente "transferencia monetaria ampliada") para empoderar a los hogares, en particular las mujeres, proporcionándoles habilidades y conocimientos adicionales en alfabetización financiera, WASH (agua, higiene y saneamiento) y desarrollo en la primera infancia para mejorar el bienestar de las familias.
Adaptación al cambio climático y creación de resiliencia ante el clima
En 2020, el Banco Mundial dio a conocer el plan de negocios climáticos de nueva generación para África (NG-ACBP) (i), donde se presenta un novedoso programa concebido para ayudar a las economías de África subsahariana a lograr un crecimiento con bajas emisiones de carbono y resiliente ante el clima. En el marco del plan, el Banco destinará USD 22 500 millones para actividades de mitigación del cambio climático y adaptación a él desde 2021 a 2025. Esta iniciativa complementa el Plan de Acción sobre el Cambio Climático del Grupo Banco Mundial, que establece como objetivo que, en promedio, el 35 % del financiamiento que otorgue la institución debe producir cobeneficios climáticos en los próximos cinco años y que el 50 % de estos fondos debe contribuir a la adaptación y la resiliencia. El NG-ACBP también subraya los esfuerzos del Banco Mundial para respaldar una recuperación verde, resiliente e inclusiva de los efectos de la pandemia de COVID-19 y afrontar, al mismo tiempo, el desafío a largo plazo del cambio climático en África subsahariana.
En la República del Congo, el Programa de Reducción de Emisiones (ERP) en Sangha y Likouala (i), por valor de USD 41,8 millones, tiene como objetivo reducir las emisiones debidas a la deforestación y la degradación forestal recompensando los esfuerzos de conservación de las principales partes interesadas con pagos equivalentes a sus esfuerzos. El proyecto, que se encuentra entre las primeras actividades experimentales de REDD+ a gran escala en África, se implementará en los departamentos de Sangha y Likouala, que abarcan más de 12 millones de hectáreas y representan casi el 60 % de los bosques del país. El objetivo es reducir las emisiones de CO2 en una cifra equivalente a 8 359 000 toneladas (es decir, alrededor de 100 000 vuelos entre París y Brazzaville).
En Malawi, el Proyecto de Comercialización Agrícola (AGCOM) (i) ayuda a que los mercados funcionen para los pequeños agricultores que ya realizan operaciones comerciales o están en proceso de participar en actividades de este tipo. Pocos años después, los resultados son prometedores: los beneficios de invertir en la agricultura comercial de pequeños agricultores y su enfoque de "alianzas productivas" están demostrando ser un medio eficaz para la organización de los pequeños agricultores y la mejora de su productividad y ventas. AGCOM otorga donaciones a pequeños negocios agrícolas y pesqueros para ayudarlos a expandirse. Las empresas deben aportar un porcentaje como señal de compromiso y viabilidad. Hasta fines de 2022, AGCOM había firmado un total de 265 alianzas productivas, la mitad de ellas con empresas de productos alimentarios, como soja y productos lácteos. Las alianzas productivas de AGCOM están fomentando la creación de empleo en el país, y las oportunidades de trabajo son cruciales para amortiguar el impacto de una inminente crisis alimentaria y crear oportunidades para más de 400 000 jóvenes que se incorporan a la fuerza laboral todos los años.
En Madagascar, el Proyecto de Conectividad para la Mejora de los Medios de Subsistencia en las Zonas Rurales (i) ha aumentado la resiliencia de la infraestructura y mejorado los medios de vida de las personas, ayudando a reducir la fragilidad, la migración y el sentimiento de marginación. Se han mejorado las medidas de seguridad; antes, los vehículos y los viajeros que se veían forzados a desplazarse lentamente por las malas carreteras eran víctimas del bandidaje. El proyecto ha ayudado a unos 400 000 beneficiarios, la mitad de los cuales son mujeres, al reducir considerablemente el tiempo de viaje, aumentar sus ingresos y mejorar su acceso a escuelas y hospitales. El acceso mejor y más oportuno a los mercados, a través de caminos más adecuados, también ha ayudado a los agricultores, especialmente a los productores de arroz, a aumentar sus ingresos al poder vender sus productos a precios más altos.
Respaldar una gestión de gobierno inclusiva y transformar las economías
La labor que lleva a cabo el Banco Mundial en materia de gobernanza e inclusión en África se funda en permitir la prestación eficiente e inclusiva de servicios, como tribunales judiciales, gestión de desechos y redes de protección social, además de construir instituciones y sistemas resilientes a las presiones económicas, sociales y ambientales.
El Proyecto de Fortalecimiento de la Gestión de las Finanzas Públicas y la Rendición de Cuentas de la República Democrática del Congo (i), por valor de USD 67 millones, ha ayudado a mejorar la movilización de ingresos internos, la gestión del gasto público y la rendición de cuentas, a nivel central y en provincias seleccionadas. El apoyo del proyecto a la Inspección General de Finanzas (Inspection Générale des Finances, IGF), que incluye el desarrollo de enfoques de auditoría basados en los riesgos, la capacitación de más de 100 nuevos funcionarios y la adquisición de equipos informáticos y aplicaciones de auditoría, ha ayudado a la IGF a emprender investigaciones financieras eficaces que contribuyen a frenar la corrupción y la malversación de los recursos públicos.
En Burkina Faso, el Proyecto de Apoyo a los Gobiernos Locales y de Respuesta y Resiliencia ante la COVID-19 (i) contribuyó a fortalecer la participación ciudadana y la rendición de cuentas del sector público, así como a respaldar la descentralización en el país. Desempeñó un papel fundamental en el apoyo a 423 521 personas desplazadas internamente (PDI) a través del suministro de artículos domésticos esenciales y el fortalecimiento de las capacidades de los municipios para mitigar el impacto de las crisis superpuestas de la seguridad y la COVID-19. El proyecto recibió un financiamiento total de USD 120 millones de la AIF. El apoyo a las PDI se proporcionó en estrecha colaboración con el Proyecto de Redes de Protección Social de Burkina Faso (USD 166 millones). El proyecto proporcionó apoyo complementario para la preparación del Proyecto Comunitario de Recuperación y Estabilización en el Sahel (USD 352,5 millones), y también complementó el Proyecto de Preparación y Respuesta ante la COVID-19 (USD 21,15 millones).
El Proyecto de Apoyo a la Descentralización y el Desarrollo de Ciudades Productivas Intermedias de Mauritania (i) contribuye al desarrollo de ciudades intermedias seleccionadas en el sur y el este del país y proporciona apoyo técnico al proceso de descentralización. Recibe un financiamiento de USD 66 millones de la AIF y USD 5 millones provenientes del presupuesto público. El proyecto tendrá impactos directos: i) en la población de las ciudades y las zonas rurales circundantes de Rosso, Kiffa, Selibaby y Aioun; los refugiados y las comunidades de acogida del campamento M'bera, Bassikounou, Nema y Adel Bagrou obtendrán un mejor acceso a servicios urbanos o a electricidad generada por fuentes de energía renovables; ii) más de 140 empresas formales y 11 000 actores informales y sociales tendrán mejor acceso a infraestructura y servicios para hacer crecer sus negocios, y iii) la capacidad del personal y representantes elegidos de instituciones locales se verá reforzada.
Potenciar el capital humano de África subsahariana a través de la educación y el empoderamiento
En el Plan de Capital Humano para África (i), el Banco Mundial fijó metas ambiciosas para dar impulso al capital humano de África subsahariana, es decir, para reforzar los conocimientos, la salud y la resiliencia de la población. Al cierre del ejercicio de 2022, la cartera total de proyectos de desarrollo humano del Banco Mundial en África incluía 232 proyectos de salud, educación y protección social por valor de USD 34 300 millones, con 79 proyectos de desarrollo humano por un total de USD 8200 millones aprobados solo en el ejercicio de 2022.
Desde la puesta en marcha del Plan de Capital Humano para África en 2019, el Banco Mundial ha aprobado inversiones por más de USD 11 500 millones que favorecen a las mujeres y las niñas, y ha trabajado junto con Gobiernos, instituciones regionales y asociados en la tarea del desarrollo para incluir en los programas multisectoriales soluciones inmediatas y a largo plazo en beneficio de las mujeres y las niñas.
Por ejemplo, el Proyecto de Empoderamiento de las Mujeres y Dividendo Demográfico en el Sahel (SWEDD) se ejecuta en toda la región para mejorar la disponibilidad y la asequibilidad de servicios de salud reproductiva, fortalecer los centros de capacitación especializados para parteras rurales, mejorar los servicios de enfermería y llevar a la práctica, a título de prueba, iniciativas de niñas adolescentes y compartir conocimientos a este respecto, lo que aumentará su autonomía y productividad. Hasta el momento, el proyecto ha beneficiado a más de 2 millones de niñas (i) en nueve países, no solo en la región del Sahel, con financiamiento del Banco por valor de USD 680 millones.
La República Democrática del Congo, con el respaldo de USD 800 millones en financiamiento de la AIF (i), está impulsando importantes reformas educativas que incluyen la educación primaria gratuita y la mejora de los sistemas de pago y contratación de maestros. En el año escolar 2021-22, se matricularon 2,3 millones de estudiantes adicionales en las escuelas primarias públicas; se agregaron a la nómina 58 000 nuevos maestros a través de un nuevo programa de contratación basado en el mérito, que recibieron sus pagos regularmente, y se designaron 20 000 coordinadores de escuelas seguras e inclusivas en establecimientos de educación primaria pública como parte de grandes esfuerzos para reducir la explotación, el abuso y el acoso sexuales.
En Rwanda, cinco proyectos (por un monto total de USD 300 millones) trabajan para lograr una educación de calidad y formar mano de obra calificada. En la mayor ampliación de centros escolares de la historia, el país ha añadido más de 22 500 nuevas aulas que incluyen elementos de accesibilidad, como rampas para sillas de ruedas y baños separados por género para permitir a los estudiantes acceder a servicios de saneamiento en un entorno seguro. Otros 68 000 niños de entre 5 y 14 años pueden ahora acceder a la escuela en un radio de 2 kilómetros, lo que reduce sus tiempos de viaje. La proporción de alumnos de educación primaria por aula se ha reducido de 73 a 49 estudiantes en promedio, mejorando la interacción entre alumnos y maestros y la calidad de la instrucción.
Zimbabwe ha logrado avances en la retención de las adolescentes en la escuela, proporcionando kits de higiene menstrual (insumos para 12 meses) a más de 1000 niñas de Buhera, uno de los distritos más pobres y con mayor escasez de agua. El impacto fue transformador.
Aumentar el apoyo a la integración regional de África
La pandemia de COVID-19 ha puesto de relieve la importancia de la integración regional como elemento clave de los esfuerzos de recuperación de África para coordinar mejor los planes regionales de vigilancia y respuesta a enfermedades, mantener abiertos los flujos comerciales a nivel regional, abordar la fragilidad que podría trascender las fronteras, apoyar la recuperación del sector privado, y muchas otras medidas más. El actual programa Integración Regional (i) respaldado por el Banco Mundial tiene un valor superior a USD 16 000 millones, y abarca más de 90 proyectos. Estos ayudan a: i) ampliar la infraestructura para lograr una mayor conectividad regional en las áreas clave de la energía, la tecnología digital y el transporte; ii) promover la integración comercial y de los mercados; iii) respaldar el desarrollo del capital humano, en particular en las esferas de la salud, la educación y el empoderamiento de las mujeres, y iv) reforzar la resiliencia ayudando a abordar los desafíos relacionados con el cambio climático y otros riesgos y vulnerabilidades transfronterizos causados por los conflictos y la inseguridad. El Grupo Banco Mundial se ha comprometido a ampliar sus alianzas y apoyo para fortalecer la cooperación y la integración regional en África en el marco de la Agenda 2063 y sus proyectos emblemáticos, como la implementación del Tratado sobre la Zona de Libre Comercio Continental Africana, la integración digital y energética, y la facilitación del comercio.
Ampliar el acceso a la electricidad y la tecnología digital
El acceso a la energía es uno de los desafíos de desarrollo más importantes que enfrenta África subsahariana. En 2022, 600 millones de personas en África, o el 43 % de la población del continente, carecían de acceso a electricidad. La gran mayoría de ellos —590 millones, o el 98 %— se encontraban en África subsahariana. Para enfrentar este problema, el Banco está ayudando a aumentar el acceso a un suministro de energía confiable, sostenible y a precios asequibles en toda África. Las operaciones respaldan la extensión de la red eléctrica y la ampliación de las redes de trasmisión, soluciones innovadoras de electrificación sin conexión a la red, la expansión de la capacidad de generación en base a energías renovables, el desarrollo de redes eléctricas regionales y el aumento de la eficiencia del servicio.
Las tecnologías digitales necesitan electricidad confiable para abastecer los centros de datos que África necesita para ampliar el crecimiento digital productivo y ayudar a crear buenos empleos, que son esenciales para los más de 22 millones de africanos que se incorporan a la fuerza laboral cada año. La disponibilidad de internet puede aumentar el empleo y reducir la pobreza en los países africanos, y la revolución digital es una oportunidad histórica para que África avance hacia la economía digital mundial que crece rápidamente y asciende a USD 11,5 billones, y eluda las etapas económicas tradicionales. En contextos frágiles, las soluciones tecnológicas digitales pueden ayudar a prestar servicios a los pobres cuando los métodos más tradicionales no sirven, por ejemplo, a través de tarjetas inteligentes y dinero móvil. Pueden ayudar a promover la creación de identificaciones digitales y la iniciativa Identificación para el Desarrollo (ID4D) (i), un factor clave para acelerar el fortalecimiento del capital humano.
Dos estudios empíricos realizados para el informe del Banco Mundial de marzo de 2023 Digital Africa: Technological Transformation for Jobs (i) (África digital: La transformación tecnológica para promover la creación de empleo) se suma a la creciente base de evidencias de que la tecnología ofrece un camino hacia el crecimiento inclusivo. En estos estudios se analizó información geoespacial sobre la implementación de torres de internet móvil a lo largo del tiempo, junto con encuestas de hogares durante un período de seis a siete años, y se señala que la disponibilidad de internet tiene un impacto positivo en el empleo y el bienestar.
En el marco del Programa de la Red Eléctrica de África Occidental, el proyecto de construcción de la interconexión entre Ghana y Burkina Faso (i) permitió reducir el costo de suministrar electricidad a Burkina Faso y aumentar la capacidad exportadora de electricidad de Ghana. El proyecto ayudó a lograr los siguientes resultados: i) el costo medio ponderado anual del suministro eléctrico en Burkina Faso se redujo de USD 0,26 por kilovatios-hora a USD 0,20 por kilovatios-hora; ii) la duración anual de los cortes de energía en Burkina Faso debido al déficit de capacidad de generación y la caída de la carga disminuyó de 130,00 a 8,00, y iii) la capacidad exportadora de electricidad de Ghana aumentó en 200 megavatios. El proyecto recibió donaciones de la AIF por un total de USD 41,9 millones, incluidos USD 16 millones para Burkina Faso y un crédito de USD 25,9 millones para Ghana.
En Rwanda, el Proyecto de Acceso a la Energía y Mejora de la Calidad (i) mejora la disponibilidad y la eficiencia de energía renovable de bajo costo y ampliará las conexiones a las redes de suministro para los clientes residenciales, comerciales, industriales y del sector público. El proyecto comprende la iniciativa más importante del Banco Mundial en África para facilitar formas de cocinar no contaminantes y es el primero en recibir cofinanciamiento del nuevo Fondo para Promover Formas Limpias de Cocinar, administrado por el Programa de Asistencia para la Gestión del Sector de Energía (ESMAP).
También en Rwanda, el Proyecto de Aceleración Digital (i) está adoptando un enfoque integral para abordar las brechas de género. Por ejemplo, promueve el acceso a internet y dispositivos móviles a través de un plan de financiamiento que incorpora incentivos para los operadores y colabora con grupos de mujeres para mejorar el acceso de ellas a teléfonos inteligentes. Además, está abordando la baja participación de las mujeres en el sector de la tecnología de la información y las comunicaciones (TIC) diseñando cursos de capacitación sobre habilidades digitales centrados en las mujeres que garanticen la paridad de género entre los instructores y consideren cuestiones como horarios adecuados, ubicaciones convenientes, flexibilidad y cuidado infantil.
Togo recibió financiamiento de la AIF por un monto de USD 72 millones para financiar sistemas y equipos de protección social de la plataforma Novissi (i), que utiliza aprendizaje automático, análisis geoespacial y metadatos de teléfonos móviles para responder a la pandemia. La plataforma Novissi ofrece transferencias monetarias de emergencia no presenciales basadas en técnicas de aprendizaje automático y dinero móvil. Los poblados y barrios más pobres se seleccionan mediante imágenes satelitales de alta resolución y datos de consumo de los hogares representativos a nivel nacional. En esas zonas, se da prioridad a las personas más pobres a través de algoritmos de aprendizaje automático que utilizan metadatos de los teléfonos móviles y encuestas telefónicas. Novissi pronosticó los patrones de consumo de 5,7 millones de personas, es decir, el 70 % de la población. En 2020-21, se dio prioridad a 57 000 nuevos beneficiarios para los pagos de protección social no presenciales mediante el uso de algoritmos predictivos. Esta iniciativa forma parte de un programa de la AIF por valor de USD 400 millones en seis países de África occidental.