Responder a la crisis de la COVID‑19
Como parte del mecanismo de desembolso rápido para la COVID-19, el Banco Mundial está ejecutando proyectos de emergencia(i) en varios países, entre ellos Camboya, Filipinas, Papua Nueva Guinea y República Democrática Popular Lao. A través de estos proyectos, se brinda financiamiento de emergencia para adquirir insumos médicos y de laboratorio, capacitar al personal sanitario y fortalecer los sistemas nacionales de salud pública.
El Banco ha reestructurado proyectos en curso en Camboya, los Estados Federados de Micronesia, Filipinas, Mongolia, Samoa, Tonga, Tuvalu y Vanuatu para hacer frente a la pandemia, entre otras cosas, activando la opción de giro diferido en caso de catástrofe.
También está ayudando a Camboya, Filipinas, Indonesia, Mongolia, Papua Nueva Guinea y República Democrática Popular Lao a financiar la compra o distribución de las vacunas (i), las pruebas y los tratamientos para la COVID-19. En Vietnam, el Banco preparó una serie de notas sobre políticas que incluyen estrategias y recomendaciones para ayudar a contener la propagación de la COVID-19, proteger a los grupos vulnerables de los impactos de la pandemia y promover una recuperación amplia. A través de una donación del Mecanismo de Financiamiento de Emergencia para Casos de Pandemia(i), el Banco Mundial también ayudó a Vietnam a incrementar la capacidad de 84 laboratorios de todo el país para realizar pruebas, lo que permitió reducir el tiempo de entrega de resultados de 24-48 horas a 4-6 horas.
Salud y educación
El Banco Mundial respalda los esfuerzos de Vietnam por prestar servicios de atención de la salud de costo asequible y buena calidad a todos los ciudadanos. En el norte del país, 13,7 millones de personas —muchas de ellas de zonas remotas— gozan de acceso más adecuado a una atención sanitaria de buena calidad gracias al Proyecto de Apoyo a los Sistemas de Salud de las Regiones Nororiental y del Delta del Río Rojo (i), que permitió mejorar la capacidad de tratamiento de 74 hospitales públicos provinciales y de distrito mediante inversiones en la modernización de la infraestructura médica y en la capacitación de trabajadores sanitarios. Actualmente, en estos hospitales se ofrecen intervenciones en cinco especialidades clave —cardiología, obstetricia y ginecología, pediatría, oncología y traumatología (cirugía)—, lo que evita que los pacientes tengan que acudir a hospitales de nivel terciario alejados de sus hogares.
En Indonesia, el Programa de Inversión en Nutrición y la Primera Infancia (i) suministró información y contribuyó a la Estrategia Nacional para Acelerar la Prevención del Retraso del Crecimiento, que permitió reducir la tasa nacional de retraso del crecimiento en 6,4 puntos porcentuales en sus tres años de aplicación, iniciada en 2018. Este logro fue fruto de la colaboración entre diversos ministerios e instituciones públicas, asociados para el desarrollo, círculos académicos y organizaciones profesionales, así como la sociedad civil y el sector privado, que trabajaron juntos para prestar servicios de nutrición a millones de embarazadas y niños menores de 2 años en todo el país.
El Proyecto de Mejoramiento de los Resultados de la Educación Primaria de los Niños Más Vulnerables de las Zonas Rurales de Mongolia(i), financiado por el Fondo de Desarrollo Social de Japón, introdujo un programa de aprendizaje escolar en el hogar para los hijos de pastores que viven en zonas rurales remotas. El nivel de preparación escolar entre los niños matriculados en el programa ha sido considerablemente superior al de quienes están registrados en programas alternativos de educación preescolar. Además, en 30 soums (distritos) se han creado bibliotecas móviles que prestan juguetes y libros, y dan a los padres la oportunidad de pedir prestado material pedagógico de alta calidad y usarlo en casa con sus hijos. Los programas extracurriculares ofrecidos después del horario de clases y desarrollados en el marco del proyecto están ayudando a los niños de primer grado de las zonas rurales a adaptarse mejor a los entornos de las escuelas y los internados. En total, el proyecto ha beneficiado a más de 7500 niños de entre 5 y 10 años, 15 000 padres y madres, así como a 500 maestros y funcionarios de los soums.
Protección social y empleo
En las Islas Salomón, el Proyecto sobre la Mejora de los Servicios Urbanos y el Acceso de la Comunidad a dichos Servicios (i) está permitiendo mejorar la infraestructura y los servicios básicos para poblaciones urbanas vulnerables del país. Prioriza la capacitación en oficios, las oportunidades de empleo en trabajos de corta duración y la generación de ingresos. Pese a las limitaciones impuestas por la COVID-19, para junio de 2020, el proyecto había beneficiado a unos 11 000 hogares en tres provincias. En el mismo período, 2160 trabajadores de los sectores de infraestructura y prestación de servicios habían recibido capacitación, y se habían creado 111 600 días de trabajo (el 50 % de los cuales correspondió a mujeres y el 44 %, a jóvenes); cada participante trabajó un promedio de 30 días.
El proyecto financia la construcción de infraestructura clave para la comunidad, como puentes, caminos y sistemas de eliminación de residuos que requieran poco mantenimiento, a fin de dotar a las generaciones futuras de acceso seguro a los servicios básicos.
Los resultados del proyecto demuestran que un enfoque del trabajo dirigido a las bases y a la comunidad, combinado con capacitación y experiencia laboral, pueden generar resultados inmediatos y visibles para los más vulnerables. Permite ampliar las oportunidades económicas y beneficia a comunidades enteras a través de una solución más orientada al desarrollo encaminada a mejorar la prestación de servicios en zonas urbanas.
Infraestructura
Desde 2011, el Banco Mundial apoya a los Gobiernos de las islas del Pacífico para aumentar la asequibilidad, la confiabilidad y la calidad del acceso a tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC) a través del Programa de Conectividad Regional del Pacífico (i). La primera etapa desarrollada en Tonga ha reportado considerables beneficios, con la apertura del mercado de las telecomunicaciones y la construcción de una red submarina de cables de fibra óptica de 1217 kilómetros de extensión que conecta Tonga con Fiji, y la principal isla de Tonga, Tongatapu, con Ha’apai y Vava’u. Gracias a estas obras, el precio minorista promedio de los servicios de internet de banda ancha se redujo en un 97 %, y el costo promedio por minuto de las llamadas telefónicas internacionales bajó un 37 %.
Conflictos y fragilidad
En Filipinas, el Fondo Fiduciario para Mindanao (MTF) (2005-2021), creado con el objeto de promover la paz y el desarrollo en zonas de Mindanao afectadas por conflictos, financió una serie de tres proyectos de reconstrucción y desarrollo que fomentaron la recuperación social y económica inclusiva, la cohesión social y el gobierno participativo a través de un enfoque del desarrollo impulsado por la comunidad, principalmente en la zona que, en 2019, se convirtió en la Región Autónoma de Bangsamoro del Mindanao Musulmán. Por medio del primer proyecto (i) y del segundo proyecto(i), más comunidades de la región han ampliado su acceso al agua potable, mejores caminos, equipos para agricultura y pesca, e instalaciones para actividades posteriores a las cosechas. Los excombatientes de seis campamentos también se beneficiaron de programas de alfabetización funcional y capacitación en oficios que les permitan ganarse la vida. En la etapa final, correspondiente al tercer proyecto (i), se dispuso la construcción de centros de salud en seis comunidades, que contaban con salas de parto, consultorios de partería, pequeñas farmacias y equipamiento médico básico para beneficiar a 13 000 personas de zonas remotas. Durante la pandemia de COVID-19, en estos establecimientos se organizaron espacios para aislamiento, atención de casos de COVID-19 y vacunación. Asimismo, mediante el tercer proyecto se financiaron 13 subproyectos comunitarios que permitieron construir, entre otras cosas, caminos, sistemas de abastecimiento de agua e instalaciones para actividades posteriores a las cosechas que beneficiaron a unas 32 000 personas, la mitad de las cuales son mujeres. También se ofrecieron sesiones de capacitación en oficios y productividad a las que asistieron 1297 personas (la mitad de ellas, mujeres). Las intervenciones socioeconómicas del tercer proyecto se tradujeron en un aumento de los ahorros y los ingresos, mejores rendimientos agrícolas y seguridad alimentaria para familias y comunidades afectadas por conflictos.
Agua y saneamiento
En Vietnam, el Proyecto de Saneamiento Ambiental en las Ciudades Costeras (i) permitió proporcionar alcantarillado y plantas de tratamiento y recolección de aguas servidas, e instalaciones de gestión de desechos sólidos para los habitantes de Dong Hoi, Quy Nhon y Nha Trang. Gracias a estas obras se pudo reducir la incidencia y la gravedad de las inundaciones para una población de 255 000 personas; proveer de servicios de recolección de desechos sólidos y acceso mejorado a saneamiento a más de 800 000 habitantes; mejorar el saneamiento en las escuelas para 66 500 estudiantes, y ayudar a 8400 familias pobres a renovar sus baños y conexiones a servicios de saneamiento. En Nha Trang, el proyecto ayudó a atraer a más de 6 millones de turistas (en vietnamita) en 2019, lo que impulsó considerablemente la prosperidad de la ciudad. De este modo, contribuye a posicionar a Vietnam como un destino limpio y ecológico para el turismo tras la COVID-19.
Innovaciones en desarrollo
En Mongolia, las 21 aimags (provincias) están cubiertas por el innovador Proyecto de Seguros de Ganado basado en Índices (i), que introdujo un plan de seguros por el cual los pagos se basan en el número total de cabezas de ganado perdidas por especie y soum (distrito), en lugar de considerar las pérdidas individuales de cada hogar. El programa es una combinación de un autoseguro, un seguro de mercado y una red de protección social. Con el sistema tradicional, a las aseguradoras les resultaba difícil verificar las pérdidas de cada pastor en los vastos territorios de Mongolia. Debido a que el sistema de índices se basa en estadísticas verificables, estimar las pérdidas es un proceso mucho más simple que deja menos margen de error. Este producto innovador beneficia a los pastores y es una práctica comercial acertada para las compañías de seguros.