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Enfrentar el desafío: El Banco Mundial y el VIH/sida

Abril 03, 2013


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El Banco Mundial fue un líder en la entrega de financiamiento mundial para la lucha contra el VIH/sida en los primeros días de la emergencia, y desde 1989 ha entregado US$4.600 millones para actividades relacionadas con esta enfermedad. A través de la Asociación Internacional de Fomento (AIF), ha financiado 1.500 centros de asesoramiento y análisis, en los que se examinó la sangre de alrededor de 7 millones de personas. Además, ha aportado recursos para más de 65.000 iniciativas de la sociedad civil contra el VIH en África al sur del Sahara, educado a 173 millones de personas sobre la enfermedad y mitigado el impacto del sida en 1,8 millones de niños y medio millón de adultos a través de 38.000 proyectos comunitarios.


Desafío

La mayoría de los 34 millones de contagiados con el VIH/sida vive en países en desarrollo. En 2011, unos 2,5 millones de habitantes se infectaron con el virus y 1,5 millones de personas murieron en el mundo por enfermedades asociadas, lo que representa un 24% menos de decesos que en 2005. África al sur del Sahara registra el 68% de todas las nuevas infecciones; casi la mitad de quienes fallecieron en 2010 a consecuencia de este mal vivía en África meridional. Incluso en lugares donde la prevalencia general del sida es baja, puede ser una carga pesada: es la principal causa de muerte prematura en Tailandia y China. Y si bien 8 millones de personas a lo largo del mundo reciben tratamiento en la actualidad, otros 7 millones que lo necesitan no pueden conseguirlo. Es más, por cada individuo que obtiene medicamentos, otros dos se infectan. Sin una prevención efectiva, el número de personas que requerirá atención se volverá insostenible.

Aunque los fondos para combatir la epidemia han aumentado enormemente en los últimos 10 años en todo el mundo (de US$1.600 millones en 2001 a US$16.800 millones en 2011), se mantiene una brecha de recursos y los que están disponibles se destinan principalmente a tratamiento. Con el aumento de las nuevas infecciones, será imposible mantener el nivel de inversión de los países y donantes para prevenir la enfermedad. Casi 90% del gasto en sida proviene de fuentes internacionales y la mayor parte de estos fondos se ve amenazada por la restricción presupuestaria que enfrentan Gobiernos y donantes, la caída en los ingresos familiares y el agravamiento de la seguridad alimentaria.

Solución

El enfoque del Banco Mundial ha evolucionado a la par con el cambiante panorama del VIH/sida. Cuando es posible, la institución participa en financiamiento colectivo con el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre VIH/sida (ONUSIDA) y otros asociados, a fin de asegurar que las respuestas sean más eficaces y eficientes en las regiones y países y además consecuentes con la visión de ONUSIDA: cero nuevas infecciones, cero muertes relacionadas con el mal y cero discriminación. Frente a las necesidades de un país, el Banco actúa dentro del marco de las estrategias de asistencia/alianza con ese país, las que consideran el apoyo de otros asociados y el financiamiento de los Gobiernos para prevenir efectivamente nuevas infecciones de VIH y cuidar y tratar a los contagiados. Además, entrega recursos para programas de control de la enfermedad y respalda a los países para “hacer más con menos”, mejorando la eficiencia, la eficacia y la sostenibilidad de las respuestas nacionales.

Por otra parte, el Banco apoya de manera específica el trabajo analítico en seis áreas relacionadas: i) mayor eficiencia en la asignación de la ayuda; ii) efectividad programática y técnica; iii) estudios de eficacia; iv) análisis de financiamiento y sostenibilidad; v) planificación estratégica nacional, y vi) financiación a través de donaciones y préstamos. También participa en sectores clave, como educación, transporte, energía e infraestructura, a fin de cubrir cualquier déficit en materia de prevención, cuidado y tratamiento del VIH y en su mitigación. Además, mediante sus conocimientos y recursos, la institución ayuda a los países a fortalecer los sistemas de salud: en el ejercicio de 2011, entregó US$3.000 millones para el sector (incluidos VIH, paludismo, tuberculosis y otras enfermedades), llegando a un total de US$24.000 millones desde el año 2000.


" Este programa ha generado un aumento enorme en las actividades de prevención, lo que se tradujo en una reducción general de nuevas infecciones y muertes relacionadas con el sida en India "

Sayan Chatterjee

Secretario y director general de la Organización Nacional de Control del Sida de India

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Ashodya Samithi, una organización basada en la comunidad de los profesionales del sexo en Mysore, India, faculta a los profesionales del sexo para proveer servicios para el VIH y el sida a otros jóvenes. En este video, una voluntaria con base en el hospital de Ashodya Samithi ayuda a los profesionales del sexo que buscan tratamiento para el VIH. Vea video en inglés.


Resultados

Las operaciones contra el VIH/sida financiadas a través de la AIF y el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF) se diseñaron e implementaron enfocándose en ayudar a los países a lograr resultados y alcanzar el sexto objetivo de desarrollo del milenio. La AIF ha financiado 1.500 centros de asesoramiento y análisis, donde se examinó la sangre de alrededor de 7 millones de personas. Además, ha entregado recursos para más de 65.000 iniciativas de la sociedad civil contra el virus en África al sur del Sahara y colaboró en campañas para reducir las conductas de riesgo entre hombres y mujeres de entre 15 y 24 años. Por otra parte, ha educado a 173 millones de personas en temas relacionados y mitigado el impacto del sida en 1,8 millones de niños y medio millón de adultos, a través de 38.000 iniciativas comunitarias. La AIF fue la primera institución que entregó grandes sumas para el control del VIH/sida en África al sur del Sahara, el Caribe e India, y sigue siendo la fuente más flexible y previsible de fondos a largo plazo. Su Programa Multinacional de Lucha contra el VIH/Sida contribuyó a aumentar los recursos en los países en desarrollo, de US$300 millones en 1996 a US$14.000 millones en 2008 (incluidos el gasto nacional, público y privado).

Resultados de la AIF

  • Programa Multinacional de Lucha contra el VIH/Sida (i): Desde el año 2000, el Banco ha comprometido US$2.000 millones en fondos para 33 países y cuatro proyectos regionales transfronterizos en África, dirigidos a expandir las iniciativas nacionales contra el mal. La AIF ha financiado más de 65.000 proyectos de la sociedad civil; ha adquirido y/o distribuido más de 1.300 millones de condones y  entregado 4 millones de preservativos femeninos para prevenir el virus, las enfermedades de transmisión sexual y los embarazos no deseados. Además, ha facilitado la atención prenatal de 3 millones de embarazadas y puso a disposición terapias antirretrovirales para casi 2 millones de adultos y niños con VIH y tratamientos de infecciones relacionadas para otras 300.000 personas. Algunos resultados adicionales en África al sur del Sahara incluyeron: entrega de servicios para prevenir el contagio de madre a hijo a más de 1,5 millones de mujeres; creación de 1.500 centros de asesoramiento y análisis voluntario (donde se realizaron pruebas de VIH a 7 millones de personas); capacitación de medio millón de individuos en la prestación de servicios contra el virus; campañas de información sobre VIH/sida que llegaron a más de 173 millones de personas; programas de información, análisis, asesoría y tratamiento sobre el VIH en el lugar de trabajo para atender a 2,3 millones de trabajadores; apoyo a unas 40.100 organizaciones con asesorías y financiamiento en 36 países, y mitigación del impacto del sida en más de medio millón de adultos y 1,8 millones de niños a través de actividades de educación, nutrición y generación de ingresos llevadas a cabo en 38.000 iniciativas comunitarias.
  • Corredor Abidján-Lagos: La iniciativa contra el VIH en el Corredor Abidján-Lagos, que cubre el pasadizo de transporte más extenso de África, contó con el apoyo del Banco y redujo en 22% las infecciones de transmisión sexual. Además, aumentó en 30% los conocimientos sobre prevención de la enfermedad (apoyado por un incremento de la distribución de condones en 20 veces) y redujo de manera importante las conductas de riesgo.
  • Djibouti: El Programa Nacional contra el VIH/Sida de Djibouti, apoyado por la institución, permitió disminuir la seroprevalencia del virus de embarazadas de entre 15 a 24 años de edad de 2,9% en 2002 a 2% en 2009. De las más de 2.000 personas que viven con VIH/sida registradas para recibir asistencia individualizada, 1.541 obtuvieron tratamiento antirretroviral.
  • India: El Banco Mundial apoyó el establecimiento de un nuevo programa nacional que ha evitado 3 millones de nuevas infecciones (una reducción de 60% en la epidemia de VIH, de alrededor de 5,5 millones a 2,5 millones de casos) entre 1995 y 2015. Los más de US$640 millones aportados por la AIF ayudaron a crear el marco institucional de la respuesta de India al VIH a nivel nacional y estatal, que incluye un sólido sistema de vigilancia. Además, el Banco ha financiado, a través de un fondo común con el Gobierno de India y otros asociados, más de 1.300 intervenciones focalizadas en la población de mayor riesgo, alcanzando de esta manera a más del 70% de las trabajadoras sexuales e incrementando el uso de condones. Esta iniciativa ayudó a contener la prevalencia del virus en la población en general. “Este programa ha generado un aumento enorme en las actividades de prevención, lo que se tradujo en una reducción general de nuevas infecciones y muertes relacionadas con el sida en India”, señaló Sayan Chatterjee, secretario y director general de la Organización Nacional de Control del Sida de India. “Con la creciente cobertura del tratamiento, el programa debe asegurar que los requerimientos de este aspecto de la lucha contra el sida se costeen en su totalidad sin sacrificar la prevención”.
  • Rwanda: Una serie de prestaciones contra el sida integral y basada en incentivos, apoyada por el Banco, contribuyó a aumentar en 76% el uso general de los servicios de salud.
  • Viet Nam: Desde 2006, la AIF y el Departamento de Desarrollo Internacional (DFID) del Reino Unido han promovido el empleo de drogas y conductas sexuales seguras para reducir la transmisión del VIH entre la población vulnerable de las 32 provincias del país. Solo en 2010, los servicios provinciales llegaron a 56.459 usuarios de drogas inyectables con intervenciones destinadas a reducir los daños, y a 44.386 trabajadoras sexuales con iniciativas para fomentar el uso de condones (que representan el 70% y el 75%, respectivamente, del total de estas poblaciones en las 32 provincias).

Resultados del BIRF

  • Botswana: En este país, el BIRF ayudó a incrementar la cobertura, la eficiencia y la sostenibilidad de las intervenciones focalizadas contra la enfermedad. Botswana amplió el acceso a tratamientos desde menos de 5% en 2000 hasta más de 80% (cifra que incluye el 95% de cobertura para embarazadas VIH positivas), nivel que ha mantenido desde 2009. La cantidad anual de nuevos contagios disminuyó en más de dos tercios desde fines de los años noventa y los datos sugieren que ahora es inferior en 30%-50% al nivel previsto de no mediar la aplicación de tratamientos antirretrovirales. Se estima que las muertes anuales relacionadas con el sida bajaron casi 50% (de 15.500 en 2003 a 7.400 en 2007), mientras que la cantidad anual de nuevas infecciones entre los niños  disminuyó en alrededor de 80% (de 4.600 en 1999 a 890 en 2007).
  • Jamaica: El Banco terminó recientemente un estudio sobre la sostenibilidad financiera de la respuesta nacional que recomienda al Gobierno tres áreas prioritarias: i) formular un plan de sostenibilidad a largo plazo con diferentes alternativas de financiamiento que defina las funciones de los diversos organismos nacionales (y el apoyo de donantes); ii) evaluar la eficiencia de la asignación de recursos en el marco de la respuesta nacional al VIH/sida, considerando no solo las consecuencias inmediatas para la salud, sino también las repercusiones epidemiológicas y financieras de intervenciones alternativas contra el VIH/sida, y iii) centrarse en iniciativas focalizadas de prevención, en particular entre la población de mayor riesgo, ya estas medidas a corto plazo redundarán en menores gastos en tratamientos a largo plazo.

Resultados combinados de la AIF y el BIRF

  • Región del Caribe: La región ha avanzado considerablemente en el aumento del acceso a tratamiento contra el VIH. La cantidad de pacientes que requieren tratarse –y reciben drogas antirretrovirales– subió de 10% en 2004 a 51% en diciembre de 2008, superando así el promedio de 41% que se registra en los países de ingreso bajo y mediano. Aproximadamente, 21.276 personas que viven con VIH obtienen tratamiento antirretroviral en Barbados, República Dominicana, Granada, Guyana, Jamaica, Saint Kitts y Nevis, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas, y Trinidad y Tabago. La expansión de los servicios de prevención de la transmisión madre a hijo redujo este contagio de 10% en 2006 a menos de 5% en 2010 en Jamaica, y en los últimos cuatro años, no ha nacido ningún bebé VIH positivo de una madre infectada con el virus en Barbados. 

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Más de 4.000 trabajadores de la construcción y miembros de la comunidad se han beneficiado de este primer programa de prevención del VIH/ sida en un proyecto de infraestructura de transporte en Vietnam.  Vea el video en inglés.


Otros resultados

  • El Banco Mundial, en alianza con varias otras organizaciones, dirigió tres estudios independientes de una serie de tres partes sobre poblaciones clave que enfrentan mayores riesgos de contagio con VIH (trabajadores sexuales, personas que se inyectan drogas y hombres que mantienen sexo con hombres) en países de ingreso bajo y mediano:
    • Asociación con ONUSIDA, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y la Organización Mundial de la Salud (OMS): Un estudio del Banco y estos tres asociados, titulado “The Global HIV Epidemics Among Men Who Have Sex with Men (MSM): Epidemiology, Prevention, Access to Care, and Human Rights” (Epidemia mundial de VIH entre hombres que tienen sexo con hombres: Epidemiología, prevención, acceso a atención y derechos humanos), evalúa el costo total de no actuar para frenar el VIH en este segmento de la población, examina desde una perspectiva crítica las pruebas epidemiológicas de la transmisión del virus, revisa con rigurosidad las pruebas sobre eficacia y costo de las intervenciones y simula el gasto e impacto de responder a las necesidades de este grupo demográfico en varios contextos. El informe concluye que abordar este aspecto incide de manera importante en el contagio del VIH en un país, incluso en escenarios como los de una epidemia generalizada en África al sur del Sahara.
    • Asociación con el Fondo de Población de las Naciones Unidas (i) (UNFPA, por sus siglas en inglés) y Johns Hopkins Bloomberg School of Public Health (i): Un estudio del Banco y estos asociados, titulado “The Global VIH Epidemics Among Sex Workers: Epidemiology, Prevention, Access to Care, and Human Rights” (Epidemia mundial de VIH entre trabajadores sexuales: Epidemiología, prevención, acceso a atención y derechos humanos), encontró que una estrategia de empoderamiento de la comunidad frente a la prevención, el tratamiento y el cuidado del VIH es eficaz en función de los costos y repercute de manera significativa en la incidencia del virus entre los trabajadores sexuales y su transmisión al resto de la comunidad. La investigación pone énfasis en la enorme importancia de adoptar un enfoque de empoderamiento y ratificación de los derechos para ampliar la cobertura de los servicios integrales de VIH y abordar los problemas de estigmatización, discriminación y violencia contra los trabajadores sexuales
    • Asociación con Futures Group y Johns Hopkins Bloomberg School of Public Health (i): Un estudio del Banco con estos asociados, titulado “The Global VIH Epidemics Among People who Inject Drugs: Epidemiology, Prevention, Access to Care, and Human Rights” (Epidemia mundial de VIH entre usuarios de drogas inyectables: Epidemiología, prevención, acceso a atención y derechos humanos), predice la posibilidad de evitar miles de infecciones entre 2012 y 2015 –incluidas 1.300 en Kenya, 4.130 en Pakistán, 1.570 en Tailandia y 3.900 en Ucrania– enfocándose de manera permanente y específica en los usuarios de drogas inyectables con programas de entrega de agujas y jeringas, terapia con asistencia médica y asesoramiento y análisis de VIH, además de mayor acceso a tratamiento antirretroviral. Estas intervenciones son alternativas de inversión eficaces o muy eficaces en función de los costos y afectan a todos los ámbitos de la epidemia mundial.
  • Argentina, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Panamá y Paraguay: En 2010, luego de un estudio del Banco, varios Gobiernos reasignaron su presupuesto para abordar más efectivamente la prevención, paso crítico en el proceso de ampliar la cobertura de los programas y velar por su sostenibilidad. Los recursos destinados a las poblaciones de mayor riesgo de contraer el virus se multiplicaron por nueve con respecto a 2008. De US$1,1 millones en 2008, en 2010 se entregó un total de US$27 millones a proyectos enfocados en hombres que tienen sexo con hombres. De US$10 millones en 2010 (a diferencia de los US$1,8 millones gastados en 2008), aquellos dirigidos a trabajadores sexuales tuvieron incrementos similares. Y los dineros asignados a campañas orientadas a presos y usuarios de drogas inyectables también registraron alzas considerables.
  • Burkina Faso, Kenya, Lesotho, India, Nigeria, Senegal, Sudáfrica y Zimbabwe: En asociación con el DFID, el Consorcio del Reino Unido sobre Sida y Desarrollo Internacional y otros asociados, el Banco finalizó una evaluación de tres años titulada Investing in Communities Achieves Results (Invertir en las comunidades tiene buenos resultados) para entender mejor el impacto de la respuesta comunitaria al VIH/sida en ocho países. Los hallazgos indican que tales inversiones han sido positivas a nivel de base y que contribuyen a los resultados deseados en la respuesta global al sida. Diez estudios de evaluación entregan pruebas sólidas sobre la capacidad de intervenciones comunitarias específicas de cambiar el curso de la epidemia al incrementar los conocimientos sobre el VIH, reducir la estigmatización y aumentar el uso de condones y servicios, la adopción de pruebas de detección del virus y la observancia del tratamiento. Por otra parte, muestran que las medidas que asuman las comunidades ocupan un lugar complementario estratégico en los programas nacionales al prestar servicios a grupos comunitarios rurales y de alto riesgo, que de lo contrario habrían quedado marginados. Asimismo, revelan que las organizaciones comunitarias –que con frecuencia funcionan con presupuestos anuales reducidos de entre US$15.000 y $25.000– logran muchos avances con escasos recursos. El Banco multiplicó el financiamiento del DFID para estos estudios movilizando otro 30% en recursos e incrementando la colaboración al interior de la institución. Por otra parte, la evaluación atrajo el apoyo de otros socios globales, como la Fundación Bill y Melinda Gates, USAID, el Plan de Emergencia del Presidente de los Estados Unidos para el Alivio del Sida (PEPFAR, por sus siglas en inglés), el Fondo Mundial y ONUSIDA. En el nuevo marco de inversión de ONUSIDA, presentado en julio de 2011, la movilización de las comunidades ocupa un lugar central en los programas de control del sida y la evaluación aporta datos valiosos a esta iniciativa mundial. Por último, la activa participación de la sociedad civil en los ochos países y en todo el mundo a través del Consorcio sobre Sida y Desarrollo Internacional del Reino Unido ha sido de gran importancia en la evaluación y ha demostrado el compromiso del Banco de trabajar mancomunadamente.
  • Asia oriental y el Pacífico: El Banco ha brindado asistencia técnica a los países para asegurar que los recursos disponibles para la lucha contra el VIH/sida se entreguen prioritariamente a intervenciones focalizadas eficaces. Desde 2010, la institución ha impartido talleres de gestión por resultados y capacitaciones en análisis eficaces en función de los costos en Indonesia, Tailandia y China, donde se formaron más de 70 funcionarios públicos en el uso de herramientas económicas para mejorar la planificación estratégica nacional y subnacional de las intervenciones orientadas a esta enfermedad.
  • Kenya, Lesotho, Mozambique, Sudáfrica, Swazilandia, Uganda y Zambia: El trabajo analítico del Banco sobre la dinámica de la transmisión del virus y sus evaluaciones de impacto para producir pruebas sobre lo que funciona en materia de prevención en diversos contextos epidémicos ha generado importantes cambios en los programas y políticas públicas. En Uganda (i), Kenya (i), Lesotho (i), Swazilandia (i), Zambia (i), Mozambique y Sudáfrica, gracias al apoyo de la institución a síntesis epidemiológicas, normativas y de respuesta al VIH, se han formulado y/o modificado programas nacionales contra el virus. Uganda duplicó los fondos destinados a prevención y acordó enfocar la prevención del virus en las parejas. El informe de síntesis ayudó a Kenya a configurar su estrategia y planes de operación; en Lesotho y Mozambique, los hallazgos constituyeron la base de la planificación estratégica, y Zambia realizó su primera cumbre de prevención del VIH. En Sudáfrica, el nuevo plan estratégico nacional para enfrentar el virus refleja la asesoría del Banco en asuntos de políticas públicas para definir las características de la epidemia y mejorar los programas de prevención.
  • Malawi y Tanzanía: Un estudio del Banco Mundial mostró que los pagos en efectivo condicionados (i) a jóvenes de ambos sexos de estos países se tradujeron en tasas considerablemente más bajas de VIH y otras infecciones de transmisión sexual que en otros grupos de las mismas comunidades. Dieciocho meses después del comienzo del programa, las nuevas infecciones cayeron en 60% entre las niñas beneficiarias en comparación con aquellas pertenecientes al grupo de control que no había recibido pagos.
  • Níger: En este país, la institución apoyó el análisis epidemiológico de la transmisión del VIH y la conveniencia de la respuesta del Gobierno. Además, ayudó a identificar nuevas prioridades y a aportar información necesaria para el diseño del Proyecto de Lucha contra el Sida de US$20 millones financiado por el Banco, que focaliza los recursos en la población de mayor riesgo con el mejoramiento de la eficiencia del sistema de salud. Análisis epidemiológicos similares realizados en Benin y Ghana sirvieron de base para fijar prioridades y asignar recursos a grupos demográficos de riesgo en ambas naciones. 
  • Oriente Medio y Norte de África: El Banco redactó un informe pionero sobre el VIH que ha generado cambios en los programas. “Characterizing the HIV/AIDS Epidemic in MENA” (i) (Caracterización de la epidemia de VIH/sida en MENA) muestra que la focalización de las inversiones en iniciativas de prevención de poblaciones prioritarias con mayor riesgo de infectarse con VIH puede arrojar beneficios sociales y sanitarios duraderos. En respuesta al informe, los Gobiernos de Egipto, Marruecos, Jordania, Sudán y Siria aumentaron la cantidad de recursos y destinaron el financiamiento a las poblaciones de mayor riesgo.
  • Colombia: La institución trabajó en estrecha colaboración con el Ministerio de Salud en un estudio sobre la eficiencia en la ejecución del programa nacional de lucha contra el VIH/sida. Este abordó la eficacia en la asignación de los recursos, en los programas y en la prestación de los servicios. Los resultados muestran que, si bien el programa de lucha contra el sida está plenamente integrado en el sistema nacional de protección social, la complejidad del esquema de prestación de servicios dificulta la coordinación.
  • África meridional: En Kwa-Zulu Natal, la provincia de esta región con la mayor prevalencia de VIH, el Banco inició un estudio de seguimiento de los recursos para examinar si la considerable cantidad de fondos para controlar el virus, tanto de la propia provincia  como los entregados por el gobierno nacional y los donantes, están llegando a los beneficiarios previstos y abordando las prioridades de prevención adecuadas. Esta información permitirá que el gobierno provincial evalúe la eficacia y eficiencia del gasto público en los programas de VIH/sida y, de ser necesario, que haga las modificaciones correspondientes para mejorar la respuesta en Kwa-Zulu Natal.
  • Ucrania: A través de su función de planificación estratégica (i), el Banco centra sus esfuerzos en los grupos de mayor riesgo, como usuarios de drogas inyectables y trabajadores sexuales. Ucrania es el país más afectado por la epidemia de VIH en la región de Europa y Asia central.

 


Contribución del Grupo del Banco Mundial

La AIF ha comprometido más de US$3.600 millones desde 1988 en respuesta al VIH/sida en 67 países y, por su parte, el BIRF ha otorgado US$1.100 millones desde 1993 a 18 naciones de ingreso mediano. Los proyectos respaldados por la institución han ayudado a crear conciencia política y movilizar a las comunidades, contruir sistemas e instituciones para canalizar recursos a los grupos afectados, y aunar a los sectores público, privado y sin fines de lucro para ofrecer estrategias y políticas públicas eficaces y basadas en pruebas. El financiamiento se usa de manera flexible para complementar otros fondos, entregar ayuda permanente al fortalecimiento del sistema de salud, apoyar inversiones y actividades de extensión entre grupos desfavorecidos (labor clave para prevenir el contagio en zonas donde se concentra la epidemia) y mantener iniciativas de base que lleguen a las comunidades pobres, remotas y marginadas a fin de entregar medios a las personas infectadas y afectadas para que puedan sobrellevar mejor la enfermedad.

Asociados

En la actualidad, con el gran volumen de recursos de donaciones del Fondo Mundial y PEPFAR, el Banco ha dejado de ser el principal financista en la lucha contra el sida. Sin embargo, se mantiene como una fuente clave de reforzamiento de la capacidad de planificación, gestión y supervisión de respuesta al VIH a nivel nacional y subnacional, lo cual permite que los países utilicen más eficazmente otras fuentes de asistencia global. Paralelamente, la institución continúa entregando fondos para proyectos nacionales específicos y usa el financiamiento en apoyo de las políticas de desarrollo para consolidar estas respuestas nacionales.

El Banco es líder mundial, coauspiciador y financista de ONUSIDA y trabaja en estrecha colaboración con asociados internacionales para lograr resultados. Además, ayudó a crear el Fondo Mundial, participa en su Directorio y actúa como fideicomisario. Por último, cumple una función destacada en el fomento de la armonización, la coordinación y la convergencia de los donantes.

En alianza con el DFID, el Banco está creando enfoques de métodos múltiples para realizar evaluaciones a gran escala y a nivel de población de complejas intervenciones contra el sida; y recién terminó un estudio de tres años sobre las ventajas de invertir en las comunidades, en el cual se valora la respuesta comunitaria al VIH/sida. Por otra parte, junto con el Gobierno de Estados Unidos, está ayudando a los países a mejorar la eficiencia, la eficacia y la sostenibilidad de sus respuestas contra el mal y a proyectar la dimensión fiscal de la epidemia para poder transitar desde las respuestas de emergencia hacia planes sostenibles, integrales y en que los países sean protagonistas. Por último, trabaja con la Iniciativa Internacional para una Vacuna contra el Sida apoyando la investigación para encontrar un método de inmunización que ponga fin a esta pandemia.

Próximos pasos

El Banco sigue considerando que el VIH/sida es un problema fundamental del desarrollo y centra sus esfuerzos en servicios de prevención, cuidado, tratamiento y planificación estratégica contra el virus, junto con protección social para las personas infectadas. Seguirá prestando apoyo a los países para que maximicen el impacto y utilicen las actividades de prevención más eficaces en función de los costos recurriendo a los fondos y al trabajo analítico y de asesoría que ofrece la institución. Además, enfocará sus iniciativas en recursos orientados a resultados para prevenir la transmisión del VIH de las madres a los hijos a mayor escala y apoyar su promesa de ayudar a los países a acelerar el avance en salud materna e infantil en el marco de los objetivos de desarrollo del milenio. Asimismo, continuará ampliando la asistencia analítica a las naciones para impulsar la eficiencia y la eficacia de sus programas contra la enfermedad y colaborar con ellas en la evaluación de sus capacidades fiscales para tomar decisiones bien fundamentadas sobre las prioridades financieras.

60%
En India, un programa nacional que está evitando 3 millones de nuevas infecciones ha logrado una reducción del 60% de la epidemia del VIH, bajando los casos de 5,5 millones a 2,5 millones.



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