Desafío
Más de 1200 millones de personas (poco menos del 20 % de la población mundial), mayormente concentradas en una docena de países de África y Asia, no tienen acceso a luz eléctrica. Otros 2800 millones dependen de la leña, el carbón vegetal y mineral, y el estiércol para cocinar y para la calefacción de sus hogares, situación que causa más de 4 millones de muertes prematuras al año debido a la contaminación del aire en los lugares cerrados. El desabastecimiento de energía, la poca confiabilidad y la mala calidad debido a la falta de inversiones son grandes desafíos que enfrentan los países en desarrollo.
Soluciones
El Grupo del Banco Mundial apoya el desarrollo de sistemas de energía basados en opciones menos costosas, con un énfasis en fuentes renovables (como energía hidroeléctrica, eólica, solar y geotérmica) al tiempo que promueve la eficiencia energética. Los proyectos ayudan a alcanzar el acceso universal a electricidad y contar con combustibles modernos para los hogares así como favorecen el objetivo de mejorar el desempeño de los servicios públicos y el buen gobierno en el sector. Por otra parte, la institución ofrece financiamiento y asesoría a los países en temas de extracción, producción, procesamiento, transmisión y distribución de gas natural y petróleo.
Las iniciativas más representativas incluyen respaldo a la expansión de la red eléctrica en India, electrificación en zonas rurales en Etiopía, proyectos hidroeléctricos en Senegal y Camerún, aumento de la capacidad geotérmica en Kenya e Indonesia, sistemas solares domésticos no conectados a la red en Bangladesh y Mongolia, además de soluciones de iluminación fuera de la red en África.
Resultados
Durante el periodo 2000-2013, el Banco respaldó proyectos de construcción y rehabilitación de unos 98 362 kilómetros de líneas de transmisión y distribución, y cerca de 13 499 megavatios de capacidad de generación para mejorar el acceso a energía confiable. Gracias a los programas apoyados por el Banco, unos 42 millones de personas consiguieron acceso a electricidad: 17,5 millones de manera directa (casi la población de Camerún) y 24,4 millones (aproximadamente el equivalente a la población de Ghana) a través de acceso que se asume que se creó con la adición de la nueva capacidad de generación.
A continuación, se muestran algunos ejemplos de resultados conseguidos en proyectos financiados por la Asociación Internacional de Fomento (AIF) y el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF):
India: para llevar electricidad a los casi 400 millones de personas que actualmente viven sin ella, se requiere aumentar masivamente la capacidad de transmisión. El financiamiento del Banco Mundial ha ayudado a India a expandir la transmisión en 52 000 millones de kilovatios-hora a lo largo de sus regiones. También respaldó un programa quinquenal (2008-2012), liderado por la Corporación de Energía Eléctrica de India, que apunta a aumentar su circuito en 40 000 kilómetros para llegar a 100 000 kilómetros, y así elevar la capacidad de transferencia de energía eléctrica entre regiones de 21gigavatios a 37 gigavatios. Un proyecto de US$1000 millones financiado por el BIRF apoyó la expansión de cinco sistemas de transmisión regionales para facilitar la transferencia de energía desde regiones con superávit energético hacia aldeas y poblados de regiones deficientemente atendidas. Esta ampliación ayudó a la integración de la red eléctrica nacional y a la creación de un sistema más confiable y con menores pérdidas de transmisión.
Turquía: con el aumento de la demanda de energía, la dependencia de las importaciones de combustible expuso al país a vulnerabilidades con el incremento del déficit en cuenta corriente. Como resultado, el Gobierno creó un marco de políticas para atraer inversiones al sector de la energía. A partir de agosto de 2012, el Proyecto de Eficiencia Energética y Energía Renovable apoyó la construcción de 969 megavatios de energía renovable y financió 20 proyectos de eficiencia energética, lo que redundó en ahorros de energía de 1840 teracalorías (TCal) o alrededor del 1 % del consumo de electricidad de Turquía en 2009. En esta cartera, los recursos del Fondo para una Tecnología Limpia (CTF, por sus siglas en inglés) habían respaldado el desarrollo de nueve pequeñas centrales hidroeléctricas, así como seis proyectos eólicos, uno geotérmico y 20 de eficiencia energética. Se espera que las inversiones apoyadas en el marco del proyecto contribuyan a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en 3,3 toneladas anuales mientras dure el proyecto. De cara al futuro, el Grupo del Banco Mundial (GBM) está preparando un proyecto de eficiencia energética destinado a incentivar a los bancos comerciales para que financien inversiones en proyectos de eficiencia energética de pequeñas y medianas empresas (pymes).
México: marcó un hito en cuanto a eficiencia energética con la distribución gratuita de casi 23 millones de bombillas de bajo consumo. El programa nacional, financiado en parte con US$185 millones del Fondo del Medio Ambiente Mundial (FMAM), creó más de 1100 puntos de intercambio en 2011-12 donde los consumidores permutaban sus bombillas incandescentes por lámparas fluorescentes compactas. En total, más de 5,5 millones de familias mexicanas usan ahora bombillas que consumen solo el 20 % de electricidad en comparación con una ampolleta tradicional y tienen una duración 10 veces superior. La primera etapa del programa, financiada parcialmente por el Banco Mundial, generó ahorros de 1400 gigavatios-hora (GWh). Este además permite que los hogares economicen hasta un 18 % en sus cuentas de electricidad. Cuando finalice la segunda fase en 2014, se calcula que se habrán ahorrado 2800 GWh al año y evitado cerca de 1,4 millones de toneladas de emisiones de CO2.
Bangladesh: en 2002, solo 7000 hogares usaban paneles solares. Hoy en día, más de 1,4 millones de viviendas rurales de ingreso bajo tienen electricidad gracias a paneles solares fotovoltaicos. En el marco del Proyecto de Electrificación Rural y Desarrollo de la Energía Renovable, la instalación de estos paneles se ha duplicado desde 2010 hasta llegar a 40 000 al mes. El financiamiento inicial de la AIF, que puso en marcha el proyecto en 2002, fue seguido por un crédito de US$130 millones en 2009 y otro de US$172 millones en 2011.