Los responsables de formular políticas en Uzbekistán han convertido la reducción del consumo energético y la conservación de la energía en prioridades económicas cruciales para el país. La energía es fundamental para el crecimiento económico –representa casi el 50% de las inversiones de capital de Uzbekistán, aporta el 7% del total del producto interno bruto (PIB) y genera más ingresos por exportaciones que cualquier otro sector– y la eficiencia energética es un aspecto clave que se debe mejorar para estimular este crecimiento.
Uzbekistán está entre los países que usan la mayor cantidad de energía en el mundo, lo que significa que las mejoras en la eficiencia pueden producir grandes beneficios económicos. Debido a las tecnologías y equipos antiguos empleados en todo el país, más del 60% de la energía primaria utilizada para proporcionar servicios se pierde en los sistemas de procesamiento y suministro. La quema de gas es también un problema generalizado, causando pérdidas de US$500 millones (3% del PIB) en 2011.
Como parte de sus esfuerzos por abordar estos problemas, el Gobierno está colaborando con el Grupo del Banco Mundial para introducir una serie de medidas de eficiencia energética que permitirían al país ahorrar más de US$2.000 millones en los próximos años. En la actualidad, se ejecuta el Proyecto de Eficiencia Energética para Empresas Industriales (i) y recientemente fue aprobado un crédito adicional para el mismo. Este proyecto, que se inició en 2010, ya está teniendo un impacto tangible en el sector energético del país. Cuando la fase inicial termine a finales de 2014 –un año antes de lo previsto– el país habrá ahorrado 50.000 megavatios-hora y reducido sus emisiones de carbono en 150.000 toneladas métricas, gracias a la rehabilitación de las estaciones de distribución, la sustitución de calderas y otros equipos obsoletos, y la aplicación de medidas de eficiencia energética adicionales.