Desafío
La crisis de 2011 y 2012 en la zona del euro provocó dificultades a la economía de la ex República Yugoslava de Macedonia. La baja demanda de exportaciones generó efectos secundarios negativos en las cuentas fiscales, tales como un desempeño tributario deficiente, una mayor presión presupuestaria y un debilitamiento de la disciplina financiera. El sector público acumuló grandes deudas con la empresa privada debido a la contratación de bienes y servicios y la devolución del impuesto al valor agregado (IVA). Esta situación dio inicio a un ciclo negativo de obligaciones impagas del Gobierno y a un retroceso en la actividad y el crecimiento del sector privado, lo que a su vez disminuyó los ingresos y, por ende, provocó moras permanentes en los pagos públicos.
Solución
El Banco Mundial ayudó al Gobierno macedonio a obtener un gran préstamo comercial de 250 millones de euros, los cuales se movilizaron gracias a una garantía del Banco Mundial. La garantía cubrió una parte del préstamo y permitió al Gobierno tener acceso a mercados financieros internacionales cerrados y a un mercado en que tal volumen de financiamiento hubiera sido imposible de conseguir. Esto creó un amortiguamiento fiscal que sirvió para pagar rápidamente las deudas atrasadas y respaldar reformas que impidieron el resurgimiento de problemas perjudiciales para la economía. La garantía del préstamo mejoró además la percepción del riesgo del país y amplió su visibilidad en los mercados internacionales. Y lo que es más importante, la extensión del vencimiento redujo en gran medida el costo de los préstamos, generando ahorros para el país de más de 50 millones de euros en intereses en un plazo de siete años.