Desafío
A pesar de los importantes logros en las metas de los objetivos de desarrollo del milenio (ODM) en educación —la paridad de género en la inscripción primaria y secundaria alcanzó casi al 97 % en 2011 y las tasas de término de la escuela primaria superaron el 90 % en 2011—, más de 50 millones de niños en edad de asistir a la escuela primaria siguen fuera del sistema escolar. Los cálculos indican que unas tres cuartas partes de esos niños viven en países afectados por la violencia. A nivel regional, más de la mitad de ellos vive en África y más de una quinta parte en Asia meridional. Además, en diversos grados, el progreso educativo está rezagado en casi todos los países debido a la situación de los pueblos indígenas, los bajos ingresos, las cuestiones de género o la discapacidad.
El mejoramiento de los resultados en materia de aprendizaje requiere reformas e intervenciones estratégicas en todos los niveles del sistema educativo. Siguen existiendo enormes desafíos en el acceso a una educación significativa para las poblaciones más desfavorecidas, y hay una necesidad de aumentar el financiamiento para cerrar estas brechas y aumentar la calidad de la enseñanza a través de mejores políticas y de instituciones más sólidas.
Solución
El Banco es una de las mayores fuentes externas de financiamiento para la educación en los países en desarrollo.
Desde que se lanzaron los ODM en el año 2000, el Banco ha invertido US$31 800 millones en la educación, incluyendo más de US$17 300 millones aportados por la Asociación Internacional de Fomento (AIF). Para ayudar a los países a alcanzar sus metas de educación, se ofrecen servicios financieros y de conocimientos en forma de análisis, asesoramiento y asistencia técnica.
Estrategia de educación. La Estrategia de Educación 2020 del Grupo del Banco Mundial, titulada “Aprendizaje para todos: Invertir en los conocimientos y las capacidades de las personas para fomentar el desarrollo”, (i) responde a los desafíos que enfrentan los niños del siglo XXI, haciendo hincapié en la necesidad de invertir temprano, invertir con inteligencia e invertir para todos. Se alienta a los países a empezar el aprendizaje a través de programas de desarrollo en la primera infancia, se crea un sólido ambiente de aprendizaje que mide este y mejora la rendición de cuentas, y se desarrollan habilidades para crear una fuerza de trabajo más productiva.
Enfoque sistémico para lograr mejores resultados en la educación (SABER, por sus siglas en inglés).Las herramientas \SABER (i) ayudan a los países a evaluar sus políticas e instituciones educativas sobre la base de las mejores prácticas mundiales. SABER analiza la calidad de estas políticas e instituciones y entrega a las partes interesadas una herramienta para que puedan desarrollar un diálogo fructífero sobre políticas. Además, llena un vacío importante en materia de datos de políticas y conocimientos mundiales sobre qué es lo más importante para mejorar la calidad de la educación.
Apoyo para los objetivos de desarrollo del milenio (ODM). En septiembre de 2012, el presidente del Grupo del Banco Mundial, Jim Yong Kim, reafirmó la promesa del Banco en la Cumbre sobre los ODM de 2010 (i) de comprometer US$750 millones adicionales de la AIF en financiamiento para la enseñanza básica durante cinco años (2011-15) para ayudar a los países más pobres a acelerar el progreso en los ODM relativos a la educación. Hasta el 1 de abril de 2014, la AIF ha entregado US$939 millones adicionales en asistencia para la educación básica, superando su compromiso en un 25 % antes de lo previsto.
Resultados
El apoyo del Banco Mundial ha contribuido a los siguientes logros a nivel mundial en el sector de educación:
- Las tasas mundiales de finalización de la escuela primaria aumentaron del 81 % en 1999 al 91 % en 2011.
- La matrícula primaria neta aumentó de 82 % en 1999 a 89 % en 2011.
- La paridad de género en la matrícula primaria y secundaria alcanzó casi el 97 % en 2011.
- Entre 1999 y 2011, el número total de niños que no asistía a la escuela en todo el mundo disminuyó de 108 millones a 57 millones, de los cuales 31 millones son niñas; esta cifra se redujo más de dos tercios en Asia meridional.
- Todas las regiones del mundo aumentaron la inscripción a nivel preescolar entre 1999 y 2011; este indicador aumentó más del doble en Asia meridional, subiendo de 22 % a 50 % en el mismo periodo.
La ayuda a iniciativas nacionales ha permitido conseguir los siguientes resultados en los países:
- En Indonesia: más de 500 000 niños pobres de entre 0 y 6 años, que viven en distritos de difícil acceso, recibieron educación en la primera infancia (2007-2013).
- En Djibouti: se aumentó el acceso a la educación primaria agregando más de 100 salas de clase en áreas urbanas y rurales, lo que benefició a más de 7000 niños, incluidas 3300 niñas (2005-2011).
- En la provincia Sindh de Pakistán: la matrícula neta de niñas y niños en la educación primaria en las zonas rurales aumentó de 61 % en 2007 a 72 % en 2011.
- En Tanzanía: la tasa de finalización de la escuela primaria aumentó en 21 % en el caso de los niños y en 31 % en el caso de las niñas (2005-2012).
- En Bangladesh: (i) se dio una “segunda oportunidad” de asistir a la escuela primaria a 790 000 niños que estaban fuera del sistema escolar, de los cuales más de la mitad eran niñas (2004-2012).
- En Haití: (i)unas 1000 niñas adolescentes recibieron capacitación en competencias no técnicas y aptitudes interpersonales para facilitar su transición de la escuela al mundo del trabajo y mejorar sus posibilidades de empleo e ingresos potenciales (2012-13).
Influencia de SABER en el diálogo sobre políticas. Hasta la fecha, las herramientas SABER han sido aplicadas en más de 100 países y sus conclusiones están siendo consideradas en las inversiones en la educación en todos los niveles, desde el preescolar hasta la educación terciaria y el desarrollo laboral. En Bulgaria, el personal del Banco trabajó con contrapartes gubernamentales y una organización no gubernamental (ONG) local muy involucrada en los temas docentes para trazar el marco de la política docente, permitiendo un análisis más profundo y fundamentado en las buenas prácticas internacionales. En Angola, SABER ayudó a los funcionarios del Gobierno a establecer prioridades para consolidar el sistema de evaluación de los estudiantes del país, y también subrayó la necesidad de contar con personal capacitado y financiamiento estable para sostener las futuras evaluaciones de las reformas.