A partir de 2012, el Grupo Banco Mundial, a petición del Gobierno de Perú, formuló un proyecto de asesoría para agilizar los procesos que las nuevas empresas del sector del turismo —incluidos hoteles, operadores turísticos, restaurantes y otras empresas— deben seguir para obtener una licencia y operar en la región del Cusco. El Proyecto es una iniciativa de la Práctica Global conjunta de Comercio & Competitividad del Banco Mundial e IFC. El proyecto reunió a cuatro organismos gubernamentales que operan a nivel local, regional y nacional para centrarse en los procedimientos más engorrosos. El proyecto simplificó, integró y automatizó el proceso de registro de empresas en el sector turístico tomando diversas medidas:
- Implementación de un nuevo sistema informático para gestionar los registros y hacer el seguimiento de los documentos;
- Capacitación de 750 funcionarios públicos en servicio al cliente y procesos administrativos;
- Definición de requisitos específicos y claros para las evaluaciones arqueológicas, y
- Realización de una campaña de toma de conciencia a nivel local —consistente en 26 programas de radio, 18 programas de televisión, 5 publicaciones en medios impresos y 10 boletines virtuales— para promover nuevas empresas turísticas locales.
Estos esfuerzos condujeron, en última instancia, a la eliminación de 150 procesos innecesarios relacionados con el registro de empresas, como formularios duplicados, cartas oficiales a alcaldes, fotos de construcciones en curso y copias de documentos de identificación de los trabajadores. “Eliminar estos requisitos no necesarios redujo en tres años el proceso de registro de las empresas, permitió ahorrar a las compañías del sector privado unos USD 760 000 en tasas de registro después de solo ocho meses, y facilitó que una mayor variedad de empresas —especialmente pequeñas y medianas empresas— operaran en la industria del turismo”, dijo Marialisa Motta, gerente de prácticas para América Latina del Departamento de Prácticas Mundiales de Comercio y Competitividad del Grupo Banco Mundial. “Estos cuellos de botella limitaban el crecimiento económico y la creación de empleo e impedían que los turistas tuvieran una experiencia totalmente enriquecedora cuando visitaban uno de los sitios más singulares y bellos de América Latina y el mundo”.
¿Recuerda el retraso de ocho años en la apertura de una gran cadena hotelera? Con estas reglas más simples, otra cadena hotelera pudo obtener las licencias para funcionar en Cusco en solo seis meses.
“Las preocupaciones del Gobierno que condujeron a regulaciones excesivas eran legítimas”, señaló Ursula Blotte, oficial de Operaciones del Grupo Banco Mundial y jefa del proyecto. “Pero tener más burocracia no equivale de manera automática a una mayor conservación histórica, y simplemente puede desalentar la inversión formal. El proyecto facilitó las operaciones de pequeños empresarios en Cusco, aumentando al mismo tiempo el atractivo para las empresas más grandes”.
Hay razones para ser optimistas acerca el futuro del turismo en Cusco. Con la puesta en práctica de regulaciones simplificadas, la inversión hotelera en Perú va en aumento. Se espera que, entre 2015 y 2018, Perú reciba USD 1200 millones en inversiones en nuevos hoteles, un incremento de USD 550 millones en comparación con el periodo 2010-14. Con el apoyo de la SECO, (i) el proyecto se reproduce a nivel local en cinco distritos adicionales del Cusco, y el nuevo Gobierno peruano ha puesto al turismo en un lugar prioritario de su programa político.
“La Cámara de Comercio del Cusco se ha comprometido a apoyar todos los esfuerzos para la implementación exitosa de este proyecto y a velar por su sostenibilidad para que no retrocedamos a los viejos procedimientos y promovamos mejoramientos constantes en beneficio de nuestra región”, dijo Alí León, presidente de la Cámara de Comercio del Cusco.
El aumento de las inversiones en la industria turística será positivo no solo para los grandes hoteles, ya que proporcionará oportunidades para una serie de empresas más pequeñas que promueven la inclusión de género en el sector del turismo y para las cadenas de suministro relacionadas que pueden beneficiarse directamente de una mayor actividad económica, o indirectamente a través de efectos secundarios. Estas abarcan la agricultura, la artesanía, los textiles y los restaurantes, que generan valor a partir del patrimonio cultural único de la región.
“La División de Cooperación Económica y Desarrollo de la SECO está totalmente comprometida con las reformas del clima de negocios y en consecuencia con el fortalecimiento del desarrollo local y regional”, señaló Martin Peter, jefe de la División de Cooperación Económica y Desarrollo de la SECO en Perú, el principal donante del proyecto. “Esto es lo que permite más inversiones y generación de empleo en la región”.