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Brindar oportunidades a niños y jóvenes pobres en Bolivia

Marzo 22, 2017


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Oportunidades a niños y jóvenes pobres en Bolivia. Foto: Banco Mundial

Bolivia buscó diseñar, financiar y llevar a cabo acciones centradas en las necesidades de sus niños y jóvenes pobres. El resultado de estos esfuerzos mejoró el consumo de alimentos y el uso de servicios de salud y nutrición entre embarazadas y niños menores de dos años. Los jóvenes pobres de entre 18 y 24 años se beneficiaron de programas que brindaban oportunidades de capacitación técnica y experiencias para entrar en el mercado laboral.

Desafío

A pesar de un descenso en la incidencia de la pobreza a partir de fines de la década de 1990, en 2006 alrededor del 60 por ciento de la población boliviana seguía viviendo en la pobreza. La tasa de pobreza entre niños y jóvenes supera el promedio nacional, llegando al 80 por ciento entre niños menores de cinco que viven en áreas rurales. La falta de acceso a servicios de salud y nutrición de calidad elevó el nivel de vulnerabilidad entre poblaciones pobres y rurales. En 2003, la desnutrición crónica afectaba a un tercio de los niños bolivianos menores de cinco años; el 42 por ciento de ellos vivía en áreas rurales, donde la tasa de mortalidad infantil llegaba a 86 por cada 1000 nacidos vivos. Los efectos sobre los niños de bajo ingreso de un deficiente estatus nutricional durante la infancia fueron agravados por una educación básica y secundaria de baja calidad, e insuficiente más adelante en sus vidas, lo que derivó en desventajas considerables entre aquellos jóvenes bolivianos que ingresaban al mercado laboral. Si bien el desempleo urbano promedio era del 8 por ciento en 2005, el desempleo entre jóvenes de entre 18 y 24 llegaba a más del 18 por ciento, y casi el doble entre la población pobre.

Enfoque

El Proyecto Invertir en los Niños y Jóvenes ayudó al gobierno boliviano a fortalecer la efectividad de su sistema de protección social respaldando el diseño, financiamiento y puesta en práctica de dos intervenciones insignia centradas en la población más pobre del país y sus niños y jóvenes más vulnerables. La primera, el Bono Juana Azurduy (BJA), anteriormente llamado Programa de Protección Social para Madres e Hijos, provee transferencias en efectivo a familias con mujeres embarazadas o madres con niños menores de dos años sin seguro médico. El BJA está diseñado para brindar un incentivo a familias extremadamente pobres para que inviertan en la salud y nutrición de sus hijos pequeños y proporcionar un respaldo financiero para incrementar el consumo de alimentos de los hogares beneficiarios. El proyecto financió la prestación del BJA en 107 de los municipios más vulnerables, apoyando la gestión, supervisión y evaluación general del programa.

La segunda intervención del programa, Mi Primer Empleo Digno (MPED), antes conocido como Programa Primer Empleo, apunta a elevar la empleabilidad de los jóvenes de bajos recursos que viven en áreas pobres urbanas y periurbanas y que al menos hayan finalizado el segundo año de educación secundaria, brindando oportunidades para la capacitación técnica y una primera experiencia laboral. El proyecto respaldó la implementación del programa MPED en las seis ciudades más grandes de Bolivia.


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Oportunidades a niños y jóvenes pobres en Bolivia. Foto: Banco Mundial

Resultados

La evaluación de impacto del BJA reveló aumentos estadísticamente significativos en la demanda de servicios de salud pre y postnatal entre los beneficiarios previstos y un resultado intermedio en términos de menor desnutrición. La evaluación de impacto del BJA cubrió el período 2009-2012. Los principales resultados del BJA fueron:

  • La demanda de atención prenatal por parte de los participantes del programa BJA fue mayor a la de sus contrapartes sin el BJA. De manera específica, las mujeres embarazadas que participaron del programa tenían 10 veces más probabilidades de haberse realizado al menos un control médico antes de la semana 20 de embarazo y al menos cuatro controles prenatales durante el embarazo.
  • La demanda de atención postnatal por parte de los participantes del programa BJA fue mayor a la de sus contrapartes sin el BJA. De manera específica, los niños que participaron del programa se realizaron hasta 3,6 controles adicionales antes de los 24 meses de edad, y tuvieron un 11 por ciento más de probabilidad de haber recibido un programa entero de vacunas básicas.
  • El BJA tuvo un impacto estadísticamente significativo en el estado de la salud, incluyendo: (i) menor incidencia de peso bajo al nacer (en niños de áreas urbanas, la probabilidad de nacer pesando menos de 2500 gramos disminuyó un 8,3 por ciento); y (ii) una menor incidencia de la anemia (en niños de áreas urbanas que participaron del programa, la probabilidad de desarrollar anemia disminuyó un 7,8 por ciento, comparado con los no participantes).   

Los resultados de la evaluación de impacto de MPED revelan que el programa derivó en aumentos significativos en la empleabilidad y calidad laboral de sus beneficiarios. El estudio final apunta a los siguientes resultados:

  • El 72 por ciento de los beneficiarios tuvieron un contrato de empleo cuatro o más meses luego de la finalización de su pasantía, mientras que alrededor del 22 por ciento de la tasa de empleo entre beneficiarios puede atribuirse a MPED.
  • La tasa de empleo formal (esto es, con contribuciones a la seguridad social) entre los beneficiarios aumentó entre los hombres del 5,2 por ciento antes de su participación al 18 por ciento después; entre las mujeres estas cifras fueron del 2,2 por ciento al 10 por ciento. Un 10 por ciento de estos aumentos puede atribuirse a MPED.
  • Por último, los ingresos también aumentaron entre los que participaron de MPED, aumentando un 49 por ciento entre los hombres y un 100 por ciento entre las mujeres. Este aumento es el resultado tanto de un mayor ingreso por hora como de un mayor número de horas trabajadas. La participación en MPED contribuyó en alrededor de un 60 por ciento a ese aumento promedio.

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Oportunidades a niños y jóvenes pobres en Bolivia. Foto: Banco Mundial

Contribución del Grupo del Banco

El Banco Mundial, a través de la Asociación Internacional de Fomento, proporciona el equivalente a US$12,49 millones a los gastos del proyecto. La elaboración del proyecto se financió con una subvención de US$313.351,78 por parte del Fondo Japonés para el Desarrollo de Políticas y Recursos Humanos y una contribución de US$276.000 por parte del Banco.

Socios

El Banco colaboró con el Banco Interamericano de Desarrollo (Programa Multifásico de Apoyo al Plan para la Erradicación de la Pobreza Extrema [PEEP, por sus siglas en inglés]), tanto en la gestión del programa BJA (incluido su sistema de gestión de la información, evaluación de procesos y supervisión) como en la evaluación de impacto del programa BJA.

Hacia adelante

El proyecto fue implementado completamente por el sector público boliviano, los gastos administrativos fueron financiados por fondos del gobierno. Desde la revisión de mitad de ciclo del proyecto, el gobierno ha sido completamente responsable de financiar las transferencias del BJA entre los beneficiarios, incluidos los 107 municipios apoyados por el proyecto. El programa MPED sigue operando bajo responsabilidad del Ministerio de Trabajo, con apoyo de un préstamo suplementario de US$20 millones del Banco, el proyecto Mejorar la Empleabilidad e Ingreso Laboral de la Juventud, aprobado el 15 de mayo de 2014. 

Beneficiarios

Entre 2009 y 2012, el período durante el cual las transferencias fueron respaldadas por el proyecto, más de 130.000 mujeres embarazadas y niños menores de dos años que vivían en los 107 municipios más vulnerables de Bolivia se beneficiaron del programa. Un total de 1.367 beneficiarios de MPED completaron cursos de capacitación, recibiendo un título técnico intermedio acreditado ante el Ministerio de Educación en las áreas de confección de vestimenta, construcción, gastronomía, metalurgia e instalaciones de gas domiciliario. Un 60 por ciento de los beneficiarios de MPED fueron mujeres.

Empleos
La tasa de empleo formal entre los beneficiarios aumentó del 5,2% al 18% entre hombres antes y después de su participación en el proyecto; y del 2,2% al 10% para las mujeres. Un 10% de estos aumentos puede atribuirse a MPED.




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