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Mejorar la salud y la nutrición materno-infantil en el Perú

Abril 07, 2017


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Taller de entrenamiento en salud. Foto: PARSALUD

Las recientes iniciativas peruanas mejoraron las prácticas de cuidado familiar entre mujeres y niños menores de tres años, a la vez que fortalecieron las redes de servicios y la capacidad del gobierno de enfrentar emergencias obstétricas, neonatales y pediátricas. Estos esfuerzos contribuyeron a reducir la mortalidad materno-infantil en las regiones más pobres del Perú: Amazonas, Huánuco, Huancavelica, Ayacucho, Apurímac, Cusco, Cajamarca, Ucayali y Puno.

Desafío

El Perú ya había logrado avances en algunos de los indicadores relacionados a la salud de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, aunque estas mejoras no fueron uniformes, revelando desigualdades persistentes a través de grupos socioeconómicos y regiones y entre los ámbitos urbano y rural. En 2006, la tasa de mortalidad infantil variaba de 5 por cada 1.000 nacidos vivos para el quintil más rico a 45 cada 1.000 en el más pobre. Asimismo, la mortalidad perinatal, vinculada a la desnutrición materna y la anemia, afectaba a más de un cuarto de las embarazadas. El índice de mortalidad materna (164 muertes cada 100.000 nacimientos vivos) era el doble del promedio latinoamericano, mientras que la probabilidad de que las embarazadas en áreas rurales tuvieran un parto institucional era de menos de la mitad que sus contrapartes urbanas (44 por ciento y 92 por ciento, respectivamente). Las estadísticas pediátricas no eran mucho más positivas: un cuarto de los niños menores de cinco sufrían de desnutrición crónica, mientras que el 69 por ciento de los menores de dos años habían sido diagnosticados con anemia. El 40 por ciento de los niños en Huancavelica, Huánuco y Ayacucho exhibían retraso en el crecimiento. Los obstáculos financieros seguían siendo una de las barreras más importantes al acceso igualitario (34 por ciento de los individuos en el quintil más pobre comparado con 6 por ciento en el más rico).

Enfoque

La Segunda Fase del Programa de Reforma a la Salud formó parte de un préstamo programático adaptable (APL, por sus siglas en inglés) de dos fases pensado para respaldar el Programa de Apoyo a la Reforma del Sector Salud (PARSALUD) del Gobierno del Perú. En ambas fases, el programa PARSALUD en general apuntó a mejorar los resultados de la salud materno infantil. La serie APL se basó en un diálogo continuo con el gobierno y en un trabajo analítico previo, así como préstamos para el sector de la salud. PARSALUD aprovechó las enseñanzas de la Fase 1: Si bien el proyecto se centró mayormente en inversiones en infraestructura para fortalecer las redes de prestación de servicios, también incorporó intervenciones culturalmente sensibles por el lado de la demanda, incluido un componente de desarrollo de capacidades a nivel regional y local para asegurar la sostenibilidad de las mejoras obtenidas.


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Centro materno perinatal. Foto: PARSALUD

Resultados

El proyecto contribuyó exitosamente a los siguientes logros:

  • Mejorar las prácticas de salud familiar para mujeres (durante el embarazo, parto y lactancia) y menores de tres años.
  • Fortalecer la capacidad de las redes de salud de solucionar emergencias obstétricas, neonatales y pediátricas y de proveer servicios de atención a la salud integrales a mujeres y menores de tres años.
  • Apoyar las funciones de gobierno del Ministerio de Salud en términos de normativas, eficiencia y equidad para un modelo mejorado y descentralizado de prestación de atención a la salud para la promoción de la salud materno infantil.

Los principales resultados de las nueve regiones elegidas para el período 2005-2015 incluyen:

  • Aumento en la proporción de partos institucionales en áreas rurales, del 44 por ciento al 74 por ciento.
  • Aumento en el porcentaje de bebés de hasta seis meses de edad alimentados exclusivamente con leche materna del 64 por ciento al 87 por ciento.
  • Reducción en la tasa de muerte hospitalaria de neonatos del 9,5 por ciento a un 5 por ciento. 
  • Aumento en la proporción de embarazadas con al menos una visita de consulta prenatal durante el primer trimestre del embarazo del 20 por ciento al 69 por ciento.

Un logro que vale la pena resaltar es el aumento de la cobertura del Seguro Integral de Salud en los quintiles más bajos de las áreas objetivo luego de la realización de intervenciones culturalmente apropiadas. El fortalecimiento sistemático del derecho a la salud y el empoderamiento de la población rural en cuanto a participación social en la atención a la salud a través de las campañas Estrategia de Promoción de Prácticas y Entornos Saludables y el Derecho a la Identidad y Aseguramiento fueron muy bien acogidos por las comunidades locales. Estas iniciativas, junto a consultas previas realizadas entre las comunidades locales, ayudaron a las administraciones regionales a desarrollar capacidades para la elaboración de estrategias interculturales, incluida la comunicación en idiomas locales (como quechua y aimara). 


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Taller de entrenamiento en salud. Foto: PARSALUD

Contribución del Grupo del Banco

El Gobierno del Perú buscó beneficiarse de los procesos simplificados de adquisición y asistencia técnica del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y del Banco Mundial. Como tal, el gobierno hizo uso de los recursos del Banco para financiar una porción relativamente pequeña de su programa nacional de inversiones. El Banco, a través del Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento, proporcionó un préstamo de US$15 millones para cubrir costos; el BID igualó esta cifra. El 94 por ciento restante (alrededor de US$132,4 millones) fue aportado con recursos domésticos.

Socios

Dado el interés del gobierno por involucrar a los bancos de desarrollo, más que nada por razones de asistencia técnica y simplificación del proceso de adquisición, la segunda fase de PARSALUD se financió mayormente a través de recursos domésticos (US$132 millones), financiados de manera conjunta y a partes iguales por el BID y un préstamo del Banco (US$15 millones cada uno). A pesar de representar una porción pequeña del financiamiento total, los fondos del Banco potenciaron el programa de inversiones más amplio (de US$165 millones) y contribuyeron a los objetivos del programa de mejorar la salud materno infantil y los resultados nutricionales en las nueve regiones más pobres de Perú.

Hacia adelante

El programa de seguimiento del gobierno, Programa Nacional de Inversión de Salud (PRONIS), hizo uso de la experiencia y enseñanzas dejadas por PARSALUD. Al igual que PARSALUD, PRONIS es económicamente sostenible dado que se financia con recursos domésticos. El programa se centra en 748 centros de salud, muchos de ellos rehabilitados por PARSALUD, considerados nódulos cruciales del sistema. Parte del personal esencial de PARSALUD ahora trabaja para PRONIS, asegurando la continuidad entre los dos programas. Asimismo, PRONIS hace uso de los sistemas creados por PARSALUD al promover la descentralización de responsabilidades y funciones y desarrollar capacidades para un mejor uso de los recursos disponibles para los servicios de salud materno infantiles, asegurando de esta manera la sostenibilidad a nivel local.

Beneficiarios

Los beneficiarios de PARSALUD fueron en su mayoría mujeres y niños de familias rurales, una buena proporción de ellos de ascendencia indígena, viviendo en las nueve regiones más pobres del país: Amazonas, Huánuco, Huancavelica, Ayacucho, Apurímac, Cusco, Puno, Cajamarca y Ucayali. Estas regiones fueron elegidas dado que se encuentran por debajo del promedio nacional en cuanto a indicadores de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, como las tasas de mortalidad infantil y materna; las poblaciones indígenas recibieron especial atención como parte del compromiso puesto en grupos vulnerables y empobrecidos. De manera indirecta, el proyecto fortaleció a los sistemas locales de salud capacitando profesionales de la salud y mejorando la infraestructura, gestión y sistemas de información locales de la salud. 

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Salud
La mortalidad materno-infantil disminuyó en las nueve regiones más pobres del país



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