Desafío
El Perú ya había logrado avances en algunos de los indicadores relacionados a la salud de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, aunque estas mejoras no fueron uniformes, revelando desigualdades persistentes a través de grupos socioeconómicos y regiones y entre los ámbitos urbano y rural. En 2006, la tasa de mortalidad infantil variaba de 5 por cada 1.000 nacidos vivos para el quintil más rico a 45 cada 1.000 en el más pobre. Asimismo, la mortalidad perinatal, vinculada a la desnutrición materna y la anemia, afectaba a más de un cuarto de las embarazadas. El índice de mortalidad materna (164 muertes cada 100.000 nacimientos vivos) era el doble del promedio latinoamericano, mientras que la probabilidad de que las embarazadas en áreas rurales tuvieran un parto institucional era de menos de la mitad que sus contrapartes urbanas (44 por ciento y 92 por ciento, respectivamente). Las estadísticas pediátricas no eran mucho más positivas: un cuarto de los niños menores de cinco sufrían de desnutrición crónica, mientras que el 69 por ciento de los menores de dos años habían sido diagnosticados con anemia. El 40 por ciento de los niños en Huancavelica, Huánuco y Ayacucho exhibían retraso en el crecimiento. Los obstáculos financieros seguían siendo una de las barreras más importantes al acceso igualitario (34 por ciento de los individuos en el quintil más pobre comparado con 6 por ciento en el más rico).
Enfoque
La Segunda Fase del Programa de Reforma a la Salud formó parte de un préstamo programático adaptable (APL, por sus siglas en inglés) de dos fases pensado para respaldar el Programa de Apoyo a la Reforma del Sector Salud (PARSALUD) del Gobierno del Perú. En ambas fases, el programa PARSALUD en general apuntó a mejorar los resultados de la salud materno infantil. La serie APL se basó en un diálogo continuo con el gobierno y en un trabajo analítico previo, así como préstamos para el sector de la salud. PARSALUD aprovechó las enseñanzas de la Fase 1: Si bien el proyecto se centró mayormente en inversiones en infraestructura para fortalecer las redes de prestación de servicios, también incorporó intervenciones culturalmente sensibles por el lado de la demanda, incluido un componente de desarrollo de capacidades a nivel regional y local para asegurar la sostenibilidad de las mejoras obtenidas.