Desafío
La Estrategia Nacional de Agua Potable y Saneamiento (PDF) de 2016 de Ecuador estableció que, para 2030, debe lograrse el acceso universal y equitativo a los servicios de agua potable y saneamiento. Guayaquil concentra la población más numerosa y la mayor actividad empresarial en todo Ecuador. Sin embargo, siete de cada diez personas tienen acceso a agua potable contaminada y el 12 % de los hogares (PDF) en el sector sur (el más pobre de la ciudad) no cuenta con alcantarillado. Las aguas residuales con alta carga de residuos orgánicos procedentes de más del 80 % de las industrias son vertidas sin tratamiento previo en la red de alcantarillado o en los ríos. El terreno donde se construirán las dos nuevas plantas de tratamiento de aguas residuales (PTAR) contiene una mezcla de arcilla y arena que, además de generar problemas de sedimentos, requiere un método de vibrosustitución con compactación para minimizar los problemas de licuefacción. El tratamiento de aguas residuales generadas en la cuenca de Guayaquil debe ser adecuado en términos ambientales, y resulta fundamental para reducir los problemas de salud causados por la contaminación entre las personas más vulnerables, así como para mitigar los riesgos derivados del cambio climático.
Estrategia
El BIRF proporciona apoyo técnico y financiero para facilitar la gestión sostenible de las aguas residuales en Guayaquil. Junto con el Banco Europeo de Inversiones (BEI) y la Empresa Municipal de Agua Potable y Alcantarillado de Guayaquil (EMAPAG-EP), el financiamiento del BIRF se enfoca en dotar a la ciudad de la infraestructura necesaria para tratar el 100 % de las aguas servidas domésticas que se vierten en las cuencas de los sectores sur y noreste de la ciudad de Guayaquil. Esto incluye la mejora y la finalización de dos cadenas de servicios de saneamiento completas, esto es la instalación de más de 35 000 nuevas conexiones intradomiciliarias, mejoras de las redes de alcantarillado y la construcción de las PTAR de Los Merinos y Las Esclusas. Ambas plantas incorporarán instalaciones de cogeneración eléctrica, transformando en electricidad el biogás proveniente de los digestores de lodo. El potencial de generación podría cubrir hasta el 35 % de las necesidades energéticas. Con el uso de tecnologías y métodos innovadores, el proyecto aprovecha las mejoras en términos de eficiencia generadas por la APP, minimizando al mismo tiempo las perturbaciones y los impactos ambientales negativos. Una de las innovaciones técnicas incorporada en el diseño del proyecto es el uso de métodos innovadores y eficaces en función de los costos, tales como la tecnología de circuito cerrado de televisión (CCTV) y equipo robótico, para la rehabilitación del sistema de alcantarillado, que ayudó a minimizar los impactos ambientales y sociales durante las obras. Las inspecciones con videocámaras y los trabajos de rehabilitación sin abrir zanjas causaron perturbaciones mínimas para las comunidades, el tráfico y las actividades comerciales en los alrededores, aumentando al mismo tiempo la seguridad y reduciendo los costos y el tiempo de ejecución.
Resultados
Hasta julio de 2019, el proyecto ha beneficiado directamente a 8166 habitantes y proporcionado acceso a servicios mejorados de saneamiento a 39 197 personas en las zonas urbanas. A la misma fecha, la estación de bombeo La Pradera ha logrado un avance físico del 93 %, la planta de tratamiento de aguas residuales Las Esclusas del 48 % y los trabajos de rehabilitación de la red de alcantarillado La Chala se han efectuado en un 90 %.