El desafío: desnutrición crónica en las comunidades indígenas
Guatemala tiene una de las tasas más altas de desnutrición crónica en el mundo, con un 47 por ciento de niños menores de cinco años que sufren de retraso en el crecimiento. Las comunidades indígenas, que constituyen casi la mitad de la población, enfrentan desafíos aún mayores debido a la pobreza, el aislamiento geográfico y el acceso limitado a la atención médica. Muchos niños y madres en estas áreas no pueden acceder a los servicios de salud esenciales, lo que contribuye a altas tasas de mortalidad materna y enfermedades prevenibles. Reconociendo estas necesidades urgentes, el Proyecto Crecer Sano se lanzó en 2017 para abordar las causas de la desnutrición y mejorar los resultados de salud, con un enfoque especial en los primeros 1.000 días de vida.
El enfoque: construir fundamentos más sólidos para la salud y la nutrición
En el corazón del proyecto Crecer Sano está la creencia de que el acceso a atención médica de calidad, agua potable y educación es esencial para romper el ciclo de la desnutrición. El proyecto adopta un enfoque multisectorial, financiando actividades en cuatro áreas clave:
Primero, el proyecto se enfoca en la infraestructura de atención médica en el nivel primario de atención, ampliando el acceso a servicios esenciales en áreas remotas. Con estos nuevos puestos de salud y centros renovados, las familias en regiones vulnerables tendrán mejor acceso a la atención sin la carga de viajar largas distancias. Cada puesto de salud ofrece servicios como monitoreo de crecimiento, atención prenatal y prevención y manejo de enfermedades crónicas, reduciendo la presión sobre los hospitales nacionales.
Además de la infraestructura de atención médica, el proyecto mejora el acceso al agua y el saneamiento. El agua potable es fundamental para prevenir las enfermedades diarreicas, que contribuyen a la desnutrición. Más de 30.000 familias han recibido filtros de agua a través del programa, garantizando agua potable más segura para los hogares.
“Es muy importante para la comunidad la dotación de filtros porque nos ayuda a proteger la vida, así podemos tomar agua limpia” - Juan Alberto Choy, vicepresidente de COCODE, Alta Verapaz.
El proyecto también reconoce el papel crucial que desempeñan las parteras indígenas (comadronas) en la salud comunitaria, enfatizando el cambio de comportamiento comenzando con actividades en la instalación de salud y alcanzando finalmente el nivel comunitario. Esto incluye la integración del conocimiento ancestral y las prácticas tradicionales de las comadronas con la atención materna moderna en los materiales de capacitación para promover prácticas saludables de lactancia materna, asegurando que sus comunidades reciban una atención culturalmente adecuada y efectiva. Estos esfuerzos ayudan a garantizar que los niños reciban los nutrientes esenciales durante los primeros 1.000 días, un período crítico para el crecimiento y desarrollo.
“Para mí es una gran alegría estar en el proyecto Crecer Sano. Soy abuela y comadrona, y estuve en el taller de Lactancia Materna, lo que me permitió obtenermuchas experiencias y sabiduría. Puedo indicarles a muchas madres que den una lactancia materna, para que no haya bebes desnutridos en nuestro municipio.” — Anastasia Tecún, Comadrona, Chichicastenango.
Para sostener estos esfuerzos, brigadas móviles de atención médica viajan a comunidades remotas, asegurando que incluso las familias más aisladas reciban atención. Los equipos de atención médica móviles están actualmente activos, brindando servicios esenciales como vacunaciones y atención prenatal. El proyecto también jugó un papel clave en la respuesta de Guatemala al COVID-19, suministrando equipo médico y ampliando la capacidad de atención médica durante la pandemia para asegurar que las comunidades continuaran recibiendo servicios vitales.
Resultados hasta la fecha: Transformando la salud y la nutrición