En los últimos años, el apoyo del Banco Mundial al desarrollo comunitario y local se ha concentrado cada vez más en la creación de plataformas nacionales para mejorar la prestación de servicios y abordar la pobreza. Muchos programas que comenzaron como operaciones independientes se han ido ampliando gradualmente hasta abarcar una cobertura mucho más amplia, a menudo nacional, y han llegado a ser parte de las estrategias de descentralización oficiales y han abordado problemas multisectoriales.
Indonesia: el proyecto Invertir en Nutrición y en la Primera Infancia (i), iniciado en 2018 y sobre la base de las estructuras eficaces creadas en virtud de programas anteriores de DCL, es una iniciativa emblemática del Gobierno indonesio para prevenir el retraso del crecimiento infantil e invertir en el capital humano. Con esta iniciativa multisectorial se respalda la ejecución de la Estrategia Nacional para Acelerar la Prevención del Retraso en el Crecimiento puesta en marcha por el vicepresidente de Indonesia en agosto de 2017. En virtud de la estrategia, 23 ministerios, 514 Gobiernos regionales y 75 000 aldeas se comprometen a hacer converger las intervenciones prioritarias en los sectores de salud, agua y saneamiento, educación en la primera infancia, protección social, y agricultura y seguridad alimentaria para los hogares con mujeres embarazadas y niños menores de 2 años.
Marruecos: la Iniciativa Nacional de Desarrollo Humano (INDH) se puso en marcha en 2005 para mejorar las condiciones de vida de los grupos pobres y vulnerables a través de mayores oportunidades económicas, un acceso más amplio a los servicios básicos y sociales y una mejor gestión de gobierno. En la segunda fase de la INDH (i) (2011-15) se aumentaron la población beneficiaria y el alcance geográfico, de 667 a 1234 comunidades, y el financiamiento de USD 1200 millones a USD 2100 millones en el transcurso de cinco años. El Banco Mundial apoyó la segunda fase de la INDH con su primera operación de financiamiento del Programa por Resultados (i) que se centra en mejorar el acceso y la calidad de la prestación de servicios, fortalecer la responsabilidad social y el buen gobierno local participativo, aumentar la inclusión económica y respaldar el fortalecimiento de la capacidad y el desarrollo de sistemas. Entre 2005 y 2015, se financiaron más de 45 000 subproyectos impulsados por la comunidad que otorgaron acceso a capacitación y a servicios básicos de infraestructura social y económica a más de 10 millones de beneficiarios. La evaluación del impacto de la INDH reveló lo siguiente: un aumento del 86 % en el número de hogares con acceso a mejores fuentes de abastecimiento de agua; el 84 % de las niñas en los internados que recibieron apoyo del proyecto pasaron al curso siguiente; un aumento del 21 % de los ingresos medios de los hogares, y un aumento del 62 % en el acceso a infraestructura básica, como caminos, electricidad, saneamiento, escuelas y centros de salud locales.
Bolivia: el Proyecto de Inversión Comunitaria en Zonas Rurales (i), por valor de USD 40 millones, tiene como objetivo general luchar contra la pobreza rural extrema entre los pequeños agricultores, en particular los pueblos indígenas. Desde sus inicios a fines de 2011, el proyecto ha transferido la responsabilidad y los recursos a más de 362 620 habitantes de zonas rurales en 656 comunidades altamente vulnerables (30 % más de la meta de 500 comunidades) y ha respaldado a 880 subproyectos para mejorar el acceso de los hogares rurales a infraestructura básica y productiva. Hasta la fecha, el proyecto ha permitido aumentar el acceso a los caminos para más de 29 866 personas, y ampliar o mejorar los sistemas de riesgo para más de 73 638 beneficiarios. En 2015, el Gobierno recibió un financiamiento adicional por un monto de USD 60 millones para expandir la exitosa ejecución del proyecto y llegar a otros 200 000 beneficiarios.
Nigeria: el Proyecto de Desarrollo Comunitario y Social (i) (CSDP) ha beneficiado a 23 millones de personas en 29 estados. En una evaluación de impacto se indicó que con el CSDP se redujo la mortalidad materna e infantil; aumentó la matrícula y la asistencia escolar; disminuyó la distancia, el costo y el tiempo para acceder a fuentes de agua, servicios de atención de salud y electricidad, y aumentaron los ingresos derivados de la agricultura. Esto llevó a algunos estados y Gobiernos locales a adoptar el enfoque de DCL y a incrementar las asignaciones presupuestarias locales destinadas a actividades impulsadas por la comunidad. El Banco Mundial aprobó un préstamo adicional por valor de USD 75 millones para ampliar el suministro de asistencia social y mejorar los servicios para las comunidades, especialmente para los desplazados internos afectados por el conflicto en el noreste del país.
Última actualización: Mar 27, 2023