El Grupo Banco Mundial trabaja para promover la estabilidad financiera y desarrollar sistemas financieros diversificados, eficientes e inclusivos, a nivel nacional y global.
Apoya a los países en desarrollo y la comunidad mundial a la hora de aborda los desafíos más urgentes del sector financiero. Las consecuencias de la crisis de 2008 pusieron de manifiesto la necesidad de contar con normas internacionales más sólidas que posibiliten la resiliencia financiera.
A nivel global, la institución participa en los programas impulsados por el Grupo de los Veinte (G-20), el Consejo de Estabilidad Financiera y otras entidades normativas, y las Naciones Unidas.
También contribuye a la formulación de dichas normas y ayuda a los países en desarrollo a cumplirlas.
A nivel nacional, asiste a los países clientes en la implementación de estrategias de desarrollo financiero sostenible.
Trabaja en forma estrecha con los Gobiernos para desarrollar una infraestructura financiera sólida y un marco regulador propicio, establecer mercados de capital locales, promover el desarrollo del sector privado, y aumentar el acceso y la inclusión financiera de las personas y las pequeñas empresas.
La asistencia que entrega consiste en una combinación de servicios de financiamiento, conocimientos, asesoría y convocatoria, adaptados a las necesidades de cada país.
Como parte de la labor mundial en materia de desarrollo sostenible, cumple una función de liderazgo en el desarrollo de nuevas y novedosas fuentes de financiamiento a largo plazo, como el desarrollo de mercados de capital locales, para ayudar a lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
El Grupo Banco Mundial se ha comprometido con tres mandatos generales del sector financiero:
1. Centrarse en la estabilidad y la integridad financieras
Su mandato global sobre la estabilidad y profundidad del sector financiero pone énfasis en el desarrollo sostenido de mercados e instituciones financieras y en la mitigación de las crisis.
Los esfuerzos mundiales para fortalecer la arquitectura financiera internacional después de las crisis de 1999 y 2008 llevaron a la formulación de normas internacionales en materia de banca, seguros, mercados de capital, integridad del mercado, infraestructura financiera, y otras áreas.
Como miembro del Consejo de Estabilidad Financiera (i), el Grupo Banco Mundial contribuye a las reformas regulatorias haciéndose eco de las inquietudes de los países en desarrollo y equilibrando los objetivos de desarrollo y estabilidad del mercado.
Junto con el Fondo Monetario Internacional (FMI), elaboró estudios de diagnóstico conjuntos fundamentales —el Programa de Evaluación del Sector Financiero (PESF) (i) y los informes sobre la observancia de los códigos y normas (IOCN) (i)— para supervisar el cumplimiento de estas normas y evaluar los avances en la creación de sistemas financieros estables y profundos. En los PESF, implementados en forma conjunta con el FMI, se realizan pruebas de tensión y simulaciones de preparación ante las crisis, que ayudan a los organismos reguladores a elaborar respuestas normativas adecuadas frente a las vulnerabilidades. Por su parte, los IOCN establecen parámetros para comparar a los países con normas internacionales específicas.
El Grupo Banco Mundial proporciona asistencia técnica a los países para mantener mercados de capital eficientes y orientación sobre los mercados de bonos sobre salvaguardias estabilizadoras como seguros y seguros de depósitos.
Parte importante de su labor con los países se centra en la lucha contra el lavado de dinero y el financiamiento del terrorismo y en la asesoría en materia de reformas sobre buen gobierno institucional para mejorar la estabilidad financiera, al garantizar una mayor eficiencia y transparencia.
También ayuda a los países a facilitar transacciones financieras más eficientes y seguras, propiciando reformas y el desarrollo de sistemas de pagos, incluidos sistemas de liquidación bruta en tiempo real (RTGS, por sus siglas en inglés).
2. Centrarse en el acceso y la inclusión financiera de los hogares y las pymes
El objetivo es ampliar el acceso al financiamiento de las personas que están excluidas del sistema financiero formal y regulado y de las pequeñas y medianas empresas (pymes) que necesitan conseguir mayor financiamiento y crédito.
Alrededor de 1700 millones de adultos —hombres y mujeres— aún carecen de acceso a servicios financieros formales. El Grupo Banco Mundial se propuso la ambiciosa meta de lograr el acceso universal a los servicios financieros (i) para 2020. Esta implica que los adultos de todo el mundo tendrán acceso a una cuenta de transacciones o un instrumento electrónico que les permitirá guardar y enviar dinero, y recibir pagos. El acceso a los servicios financieros es el primer paso hacia una inclusión financiera (i) más amplia, en la que los individuos y las empresas puedan utilizar en forma segura una serie de servicios financieros adecuados, como ahorros, pagos, crédito y seguros.
Más del 50 % de las pequeñas y medianas empresas (pymes) en los países en desarrollo no tienen acceso a financiamiento y crédito. Las pymes no cuentan con financiamiento suficiente ya que los bancos no se interesan en darles más crédito debido a la percepción de alto riesgo y a la falta de garantías. Teniendo en consideración que las pymes crean 4 de cada 5 nuevos empleos en los mercados emergentes, ayudar a los países a desbloquear fuentes de capital adicionales para las empresas locales es fundamental para el crecimiento y la generación de puestos de trabajo.
3. Centrarse en el desarrollo de financiamiento a largo plazo y la gestión de riesgos
El G-20 y el Comité para el Desarrollo solicitaron al Grupo Banco Mundial que cumpliera una función de liderazgo en el desarrollo de financiamiento a largo plazo.
La inversión y el financiamiento del sector privado son la mayor fuente potencial de financiamiento adicional.
El Grupo Banco Mundial se centra en mejorar la resiliencia financiera de la sociedad —incluidos los Gobiernos, las empresas y los hogares— frente a diversos desastres, así como en desarrollar soluciones financieras para ayudar al logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, en particular los relativos a infraestructura (i), vivienda (i), agricultura (i), riesgo de desastres (i), cambio climático (i) y financiamiento humanitario.