¿Qué trabajos podrían enfrentar la automatización derivada de la GenAI?
Las trabajadoras mujeres, que laboran en zonas urbanas, más jóvenes, no pobres, en sectores formales (especialmente en la banca, las finanzas o la administración pública) o con educación superior están más expuestas a la automatización a través de la GenAI. La posible pérdida de empleos bien remunerados, formales y calificados en industrias donde predominan las mujeres debido a la automatización provocada por la GenAI tendría impactos negativos en las economías de la región, ya de por sí muy informales y desiguales.
¿El bajo nivel de inclusión digital servirá de amortiguador de los impactos de la automatización?
La respuesta breve es no. La mayoría de los trabajadores que están expuestos a la automatización derivada de la GenAI ya están utilizando tecnologías digitales en su trabajo, por lo que es posible que los efectos negativos potenciales en este grupo de trabajadores no tarden mucho en materializarse.
¿Qué empleos tienen más probabilidades de beneficiarse de la GenAI?
Los posibles beneficios transformadores de la GenAI en el empleo se distribuyen de manera más equitativa entre los trabajadores en términos de género y edad, pero aun así es más probable que se vean afectados los empleos formales en zonas urbanas y ocupados por trabajadores con niveles de educación y de ingreso más altos. Los trabajadores asalariados y autónomos —como peluqueros, vendedores, arquitectos o agentes inmobiliarios— y los que se desempeñan en los sectores de educación, salud o servicios personales tienen más probabilidades de beneficiarse de los efectos transformadores de la GenAI.
¿Qué impide que los trabajadores que podrían beneficiarse de la GenAI aprovechen el potencial de esta tecnología?
Una gran cantidad de trabajadores que se beneficiarían de una mayor productividad gracias a la GenAI se desempeñan con frecuencia en empleos en los que no se utilizan las tecnologías digitales, particularmente en los países más pobres de la región. La falta de acceso a las tecnologías y la infraestructura digitales podría perjudicar a casi la mitad de los trabajadores que se verían beneficiados de una mayor productividad generada por la GenAI, y por consiguiente impedirles desarrollar su máximo potencial. Esto equivale a alrededor de 7 millones de empleos ocupados por mujeres y 10 millones ocupados por hombres.
La posible pérdida de productividad debido a esta brecha en el acceso digital tendría un mayor impacto en los trabajadores que viven en situación de pobreza. Por ejemplo, en Brasil, si bien el 8,5 % de los trabajadores pobres podrían beneficiarse de la GenAI, solo el 40 % de ellos podría hacerlo porque utilizan tecnologías digitales en el lugar de trabajo. Por el contrario, el 14 % de los trabajadores que no viven en situación de pobreza podrían beneficiarse de la GenAI, y el 60 % de ellos podrían aprovechar esos beneficios porque utilizan tecnologías digitales.