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Panorama general

La protección social puede tener un impacto transformador en la vida de los más pobres y vulnerables, al proporcionar una ayuda vital a miles de millones de habitantes durante las crisis, impulsar el capital humano de las próximas generaciones y empoderar a las personas que habitualmente se encuentran marginadas, especialmente las mujeres. Con el auge de las tecnologías digitales y los conocimientos adquiridos durante la COVID-19, muchos países han dado pasos importantes para ampliar y mejorar sus sistemas de protección social.

Sin embargo, nuevas conmociones agravan el impacto de las recientes crisis. Aunque durante la pandemia de COVID-19se registró el mayor aumento de transferencias sociales de la historia (PDF, en inglés), más de la mitad de la población del mundo —4100 millones de personas— sigue desprotegida y muchos países no cuentan con los sistemas necesarios para responder de manera oportuna a las crisis.

Consciente de que el acceso a la protección social es fundamental para poner fin a la pobreza extrema e impulsar la prosperidad en un planeta habitable, el Banco Mundial se ha comprometido a lograr la protección social universal (i) para todos cuando se necesite.

Hasta febrero de 2024, el Banco Mundial había proporcionado aproximadamente USD 29 000 millones en financiamiento a través de sus programas de protección social y empleo, en todas las regiones y los países de todos los niveles de ingreso. Este monto incluye USD 16 400 millones otorgados a través de la Asociación Internacional de Fomento (AIF), el fondo de la institución para los más pobres.

EQUIDAD

El establecimiento de sistemas de protección social bien diseñados puede tener grandes impactos a largo plazo, al reducir las desigualdades y la exclusión, crear oportunidades y poner fin al ciclo de pobreza intergeneracional, en particular entre las mujeres, los jóvenes y las personas con discapacidad.

Instrumentos de protección social como el seguro social, la asistencia social y los programas de trabajo e inclusión económica ayudan a las personas, especialmente a las mujeres, a encontrar mejores empleos. También permiten a las personas mejorar la productividad y a las familias invertir en la salud y la educación de sus hijos, proporcionan seguridad alimentaria y protegen a la población de edad avanzada.

La naturaleza cambiante del trabajo en los países de todos los niveles de ingreso exige un enfoque nuevo para las políticas de protección social y empleo que beneficie a todos, según el informe Protecting All: Risk-Sharing for a Diverse and Diversifying World of Work (i) (Protección para todos: Distribución del riesgo en un mundo laboral diverso y en proceso de diversificación). En este documento se propone un enfoque sobre la protección del trabajador y la seguridad social más adaptado a un mundo laboral cada vez más diverso y variable. Estas ideas se analizan aún más a fondo en la actualización de la estrategia de 2022 titulada “Charting a Course Towards Universal Social Protection: Resilience, Equity, and Opportunity for All” (i) (Trazar un rumbo hacia la protección social universal: Resiliencia, equidad y oportunidades para todos).

OPORTUNIDADES

La proporción de la población mundial en edad de trabajar ha alcanzado un nivel máximo y el envejecimiento es mayor en el mundo. En tan solo tres décadas, según estimaciones, uno de cada cuatro residentes de Europa, América del Norte y Asia tendrá más de 65 años. Durante el mismo período, más de un tercio de los jóvenes del mundo de entre 15 y 24 años vivirán en África. Las asociaciones mundiales para la formación de habilidades del Banco Mundial constituyen una nueva forma de abordar las dimensiones humanas, económicas y sociales de esta transición demográfica en el mundo.

Los programas de inclusión económica que a menudo combinan transferencias monetarias con capacitación y grupos de ahorro ayudan a las personas a desarrollar habilidades valiosas y a poner en marcha negocios. Además, les permiten ahorrar dinero, invertir en sus emprendimientos y ser económicamente autosuficientes. También tienen un impacto particular en las mujeres, ya que amplían sus oportunidades de participación en la fuerza laboral y aumentan sus conocimientos y educación financiera.

La población mundial en edad de trabajar aumentará en aproximadamente 700 millones entre 2019 y 2035. Para lograr la transformación económica en los países más pobres es prioritario prepararse para los trabajos del mañana al tiempo que se concretan hoy las inversiones cruciales en capital humano. Cuando se jubilen las poblaciones que están envejeciendo también se beneficiarán de la atención que se da al apoyo a los ingresos, las oportunidades de empleo en etapas posteriores de la vida y el acceso a cuidados a largo plazo.

Al mismo tiempo, las múltiples crisis actuales están aumentando las presiones migratorias. El Banco Mundial considera que la migración es una de las soluciones para abordar este desequilibrio demográfico y, al mismo tiempo, mejorar las vidas de millones de migrantes, entre ellos los desplazados por la fuerza. Las asociaciones mundiales para la formación de habilidades son esquemas en los que el país de destino apoya la capacitación de posibles migrantes para que obtengan las calificaciones requeridas en el país de destino en sectores como mecánica, construcción, atención de la salud, energía renovable y otras industrias verdes.

RESILIENCIA

Muchos países han adoptado instrumentos de protección social, como programas de transferencias en efectivo para apoyar el capital humano y empoderar a las personas. Además de proporcionar ingresos complementarios a las familias en dificultades, estas redes de protección social también amplían el acceso a la información y los servicios, mejoran la productividad, protegen a los ancianos y apoyan a las personas, en particular a los jóvenes, mientras buscan trabajo.

En conjunto, los sistemas de protección social sólidos ayudan a los individuos y las familias, especialmente a los pobres y vulnerables, a prepararse para crisis y conmociones, y a enfrentarlas. Estos sistemas y herramientas tienen un impacto transformador, ya que brindan a las personas la oportunidad de evitar o escapar de la pobreza. Los programas de protección social bien estructurados son también eficaces en función de los costos y representan en promedio alrededor del 1,5 % del producto interno bruto (PIB).

El futuro de la protección social es adaptativo y digital. La protección social adaptativa (i) invierte en la capacidad de los hogares para prepararse, hacer frente y adaptarse a las crisis sin quedar atrapados en la pobreza. Estos sistemas, que suelen integrar las medidas relacionadas con el riesgo de desastres, la respuesta a las crisis y el cambio climático, pueden aumentar la resiliencia de los hogares frente a las conmociones climáticas, las emergencias sanitarias, la inseguridad alimentaria y la inflación adaptándose a las circunstancias.

La COVID-19 constituyó la mayor prueba de resistencia para la protección social adaptativa, ya que los países que tenían sistemas en funcionamiento pudieron ampliar el apoyo rápidamente, tanto mediante la inclusión de nuevos beneficiarios como mediante el aumento de las prestaciones pagadas a los beneficiarios existentes. Los países con formas más consolidadas de brindar asistencia social a las personas —como registros sociales digitales y sistemas de pago— mostraron una mayor capacidad (i) para responder a las crisis de manera eficiente, rápida e inclusiva.

PROTECCIÓN SOCIAL UNIVERSAL

El Banco Mundial tiene una visión sobre la protección social universal para garantizar que todas las personas cuenten con el apoyo que necesitan y que ningún individuo o grupo quede rezagado. Es la piedra angular de una política social inclusiva.

Para lograr la protección social universal se requieren sistemas adaptativos que sean capaces de aumentar las inscripciones, las matrículas y la participación en los programas. También es necesario reducir la brecha digital para no excluir a las personas pobres y vulnerables y a las que no tienen acceso regular a la tecnología.

Si bien se han logrado avances en cuanto al diseño y la promoción de los programas de asistencia social y los sistemas de prestación de servicios, es igualmente importante hacer grandes inversiones en iniciativas dirigidas a mejorar las oportunidades de empleo y de generación de ingresos, y ampliar los programas de seguro social.

Última actualización: Abr 01, 2024