México y Colombia han sufrido los altos costos materiales y humanos que deja un desastre natural. En 2010 y 2011 las inundaciones dejaron 3,5 millones de damnificados en Colombia. En México hay más de 90 sismos al año con una magnitud de 4,0° o más en la escala de Richter.
Ante esta vulnerabilidad a los desastres, los dos países se han visto obligados a prepararase ante la posibilidad de una catástrofe para proteger a sus ciudadanos y a la economía.
“Entre 1970 y 2010, los desastres asociados a fenómenos naturales dejaron más de 3 millones 300 mil muertes y US$2,3 billones en pérdidas materiales en todo el mundo – un poco más del PIB de Brasil en 2010,” escribe Gloria Grandolini, Directora del Banco Mundial en México y Colombia en un blog sobre el tema (i).
“Cuando ocurre un desastre natural, todos sabemos que los pobres son los más afectados. Por eso, cualquier esfuerzo por construir una mejor capacidad para enfrentar y superar estos desastres debe ser parte de la agenda de desarrollo global”, explica Grandolini.
Productos Financieros Innovadores
Dada su alta exposición a los desastres naturales, México y Colombia trabajan con el Banco Mundial y otras instituciones para encontrar mejores maneras de hacer frente a los riesgos que representan los fenómenos naturales.
Colombia, por ejemplo, cuenta con la llamada Opción de Desembolso Diferido por Catástrofes (CAT DDO por sus siglas en inglés), un fondo que le permite hacer frente a las consecuencias de los desastres naturales.
Es un producto financiero innovador, porque el monto ya está aprobado, pero solo se puede tener acceso a él cuando las consecuencias del fenómeno natural (daños a la infraestructura o a las actividades económicas) llegan a un determinado nivel.