México se alimenta de tortilla. Las tortillas están hechas de maíz. Y con los precios del maíz y otros alimentos básicos aumentando a nivel global, tiene que encontrar maneras para abordar las incertidumbres generadas por la volatilidad en los mercados y los fenómenos naturales.
México, el segundo importador de maíz del mundo, tiene que monitorear los mercados, pero también eventos como la sequía en los Estados Unidos, considerada como la peor en más de 50 años, pues sólo 31% de los cultivos de maíz están en buen estado, según el departamento de agricultura de ese país.
Sin embargo, con Argentina y Brasil incrementando su producción (y sus exportaciones), es demasiado pronto para saber si la sequía en los EEUU será el inicio de otra “crisis de Tortilla” como la de 2007.
Svetlana Edmeades, agroeconomista del Banco Mundial, dice que con la inestabilidad en los mercados y los fenómenos naturales, se debería mejorar la productividad y privilegiar otros enfoques proactivos y a largo plazo, porque la volatilidad en los precios de alimentos “llegó para quedarse”.
Para apoyar los más pobres a enfrentar estas fluctuaciones de precios, el gobierno mexicano tiene herramientas como el programa de transferencias condicionadas de efectivo Oportunidades. También puso en marcha programas de subsidios, como “Agricultura por Contratos”, entre otros.