Lograr una bonanza de puestos de trabajo, salarios ascendentes y un bajo desempleo bajo el actual escenario económico mundial suena a algo del pasado y no de la realidad presente. No así en América Latina y el Caribe.
Como en muchas otras cosas últimamente, la región parece estar rompiendo con la tradición y las tendencias actuales para convertirse en una suerte de potencia laboral, gracias más que nada a su sólido desempeño económico, aunque también a una fuerza laboral más educada y competente.
Promediando un 6,5 por ciento, el desempleo en América Latina descendió prácticamente a mínimos históricos, en agudo contraste con las tasas exhibidas por los países ricos y su propio máximo histórico de 11 por ciento hace una década. Los salarios también aumentaron, acortando la brecha de desigualdad en el ingreso entre los que más y menos ganan.
Detrás de estos datos está un crecimiento promedio estimado para la región en 2013 de 4 por ciento, bastante por debajo del 6 por ciento del 2010, aunque por encima del crecimiento general estimado para las economías desarrolladas.
Estos son los puntos principales del último informe sobre el panorama económico para América Latina de la oficina regional del Economista en Jefe del Banco Mundial, La situación del mercado laboral detrás de la transformación de América Latina, publicado hoy ante una audiencia mundial.
“Es notable que América Latina haya podido romper con una tradición de alto desempleo y empleo informal haciendo descender la tasa general de desempleo hasta mínimos históricos”, dijo el Economista en Jefe del Banco Mundial, Augusto de la Torre.
Vale la pena destacar la capacidad regional de acortar la brecha de ingreso y a su vez incrementar la tasa de participación laboral femenina, resultado de su esfuerzo por reducir el desempleo, explicó de la Torre.
En la última década se crearon 35 millones de puestos de trabajo adicionales, a medida que la escolaridad promedio aumentaba de 5 a 8 años y la participación de las mujeres en la fuerza laboral se incrementaba sistemáticamente. A comienzos de 2012, el 65 por ciento de las mujeres de entre 25 y 65 años formaba parte de la fuerza laboral, indica el informe.
Los sueldos se estabilizaron mientras que los salarios permanecieron estables, aun en medio de la tormenta mundial, agrega el reporte.