Desde la vasta Cuenca Amazónica hasta el extenso acuífero Guaraní y los gélidos glaciares de los Andes, América Latina es una región rica en agua — un recurso clave para su desarrollo.
En las últimas dos décadas se han logrado enormes avances en términos de ampliar el acceso al agua en toda la región. El número de personas con servicio de agua en los centros urbanos aumentó en 70 millones en la última década. Asimismo, muchos países de la región, especialmente Brasil, se han convertido en ejemplos en cuanto a gestión de recursos hídricos.
"Existen varios ejemplos donde América Latina está muy avanzada respecto a la gestión hídrica, y el hecho es que los demás países miran a América Latina para aprender", explicó la experta en temas de agua del Banco Mundial, Karin Kemper.
Uno de estos ejemplos es la gestión de las numerosas cuencas hídricas brasileñas. Conscientes de que los usuarios tienen interés en cómo se administra el agua, en los últimos 15 años Brasil allanó el camino hacia un enfoque participativo en la gestión del suministro.
De esta forma, usuarios de todo tipo — empresas de agua, productores que hacen uso del riesgo, proveedores de energía, representantes del gobierno estatal y federal así como de la sociedad civil — participan del proceso de toma de decisiones para tener en cuenta sus necesidades hídricas. Desarrollado por primera vez en San Pablo, este enfoque inclusivo para la gestión de agua fue particularmente exitoso en el estado de Ceará, y hoy en día se encuentra plasmado tanto a nivel federal como estatal.