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ARTÍCULO

Día Mundial del Agua: América Latina a la cabeza en gestión hídrica aunque persisten desigualdades en el acceso

Marzo 22, 2013


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Una pareja toma agua potable en un caserío de Panamá


TITULARES
  • El 31% de los recursos de agua dulce del mundo se encuentran en América Latina.
  • La región es un ejemplo para los demás países en términos de una buena gestión del agua.
  • Se necesita una fuerte inversión para proteger la seguridad del agua del cambio climático.

Desde la vasta Cuenca Amazónica hasta el extenso acuífero Guaraní y los gélidos glaciares de los Andes, América Latina es una región rica en agua — un recurso clave para su desarrollo.

En las últimas dos décadas se han logrado enormes avances en términos de ampliar el acceso al agua en toda la región. El número de personas con servicio de agua en los centros urbanos aumentó en 70 millones en la última década. Asimismo, muchos países de la región, especialmente Brasil, se han convertido en ejemplos en cuanto a gestión de recursos hídricos.

"Existen varios ejemplos donde América Latina está muy avanzada respecto a la gestión hídrica, y el hecho es que los demás países miran a América Latina para aprender", explicó la experta en temas de agua del Banco Mundial, Karin Kemper.

Uno de estos ejemplos es la gestión de las numerosas cuencas hídricas brasileñas. Conscientes de que los usuarios tienen interés en cómo se administra el agua, en los últimos 15 años Brasil allanó el camino hacia un enfoque participativo en la gestión del suministro.

De esta forma, usuarios de todo tipo — empresas de agua, productores que hacen uso del riesgo, proveedores de energía, representantes del gobierno estatal y federal así como de la sociedad civil — participan del proceso de toma de decisiones para tener en cuenta sus necesidades hídricas. Desarrollado por primera vez en San Pablo, este enfoque inclusivo para la gestión de agua fue particularmente exitoso en el estado de Ceará, y hoy en día se encuentra plasmado tanto a nivel federal como estatal.


" Los pobres sufren más los efectos de las sequías e inundaciones, son los menos capaces de organizarse para enfrentar dichas ocurrencias, y no tienen mucho acceso a herramientas financieras como ahorros o seguros "

Ede Ijjasz-Vasquez

Director regional para Desarrollo Sostenible del Banco Mundial

Desafíos

América Latina, una región rica en recursos hídricos, posee casi el 31% del agua dulce del mundo, pero también alberga grandes superficies áridas y semiáridas con sequías frecuentes desde México hasta Chile. Se espera que la escasez de agua aumente en varias zonas debido al cambio climático, incluyendo los Andes, donde el derretimiento de los glaciares tendrá un efecto muy grande sobre el suministro de agua.

El impacto total de estos cambios aún se desconoce, pero los expertos concuerdan en que los cambios en el suministro de agua serán uno de los primeros — y más dramáticos — de estos efectos.

Por lo tanto, evitar que las poblaciones más pobres y vulnerables de la región caigan de nuevo en la pobreza requerirá de una inversión regional sustantiva. Ede Ijjasz-Vásquez, director regional para desarrollo sostenible del Banco Mundial, calcula que las medidas de adaptación al cambio climático tendrán un costo que oscila entre US$15.000 y US$20.000 millones al año en América Latina y el Caribe.

"Los pobres sufren más los efectos de las sequías e inundaciones, son los menos capaces de organizarse para enfrentar dichas ocurrencias, y no tienen mucho acceso a herramientas financieras como ahorros o seguros", explicó Ijjasz-Vásquez.

El acceso al servicio de agua corriente sigue siendo muy desigual. La rápida urbanización de la región significa que los servicios de agua y saneamiento se han enfocado mayormente a las poblaciones urbanas, en desmedro de las comunidades rurales del interior. A pesar de los enormes avances logrados en los últimos 20 años, 30 millones de latinoamericanos siguen sin tener acceso al agua potable.

Por consiguiente, uno de los desafíos cruciales para muchos países de América Latina es mejorar aún más la gestión de este recurso escaso. Es preciso invertir en infraestructura como sistemas de almacenamiento y distribución, así como formas de asignar agua a todos los sectores, para permitir que el crecimiento económico se mantenga de una manera ambientalmente sostenible y socialmente inclusiva.

Si bien la región ya alcanzó los Objetivos de Desarrollo del Mileno en cuanto a agua, el saneamiento rural sigue retrasado. Actualmente, 100 millones de personas no tienen acceso a ningún tipo de saneamiento; el acceso en áreas rurales apenas llega a 60%. Además, solo el 20% de las aguas residuales en América Latina reciben tratamiento, derivando en contaminación de ríos y áreas costeras, algo que no solo expone a la población residente a toxinas y enfermedades, sino que la pérdida de ingresos potenciales derivados del turismo y la construcción llega a miles de millones.

Ampliando el acceso al agua y mejorando la gestión, América Latina ha hecho claros avances en las últimas dos décadas. Y si bien las desigualdades persisten, el 96% de los latinoamericanos ahora tienen acceso a una fuente de agua limpia y segura. Sin embargo, si queremos proteger la seguridad hídrica a futuro, ahora es el momento para que la región se prepare ante un cambio climático.


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