Si la calle sirve para tomarle el pulso a una ciudad, el Distrito Federal tiene motivos para sentirse agitado. En el gran bazar al aire libre que son las vías de Ciudad de México, los tacos humeantes, los perfumes intensos, los zapatos y maquillajes multicolores, ahora compiten por la atención del transeúnte con las medias para diabéticos.
Sin embargo, no debería llamar la atención que estos productos de vestir –que favorecen la circulación en las piernas- estén cada vez más en boga.
Unos seis millones y medio de mexicanos han sido diagnosticados con diabetes y se estima que esta cifra seguirá en ascenso debido al alto número de adultos con sobrepeso y con obesidad, que sumados llegan a 48 millones de personas, según la encuesta nacional de salud y nutrición de 2012.
Esta enfermedad crónica tiene consecuencias que van más allá de la salud de las personas: conllevan un costo económico concreto y, por lo tanto, un impacto real en el desarrollo de las naciones.
México gastó cerca de $ 4.000 millones de dólares en 2012 por concepto de costos directos en el manejo de la diabetes, de acuerdo a un reporte citado en las conclusiones de la misma encuesta. Esto supera el monto asignado al Seguro Popular en 2010 - el seguro médico que en ese mismo año cubría a alrededor de 44 millones de mexicanos.Además, el costo indirecto de enfermedades vinculadas a la obesidad en 2008 fue de alrededor de $2.000 millones de dólares por pérdidas de productividad, según documentos del gobierno.
A nivel global, el costo de la diabetes se estimó en cerca de US$500.000 millones de dólares en 2010, según un estudio del Foro Económico Mundial y la Escuela de Salud Pública de Harvard.
La flamante estrategia nacional de México para la prevención y el control del sobrepeso, la obesidad y la diabetes, pretende abordar el problema en su totalidad: integrando los servicios de detección y control clínico, las medidas de regulación sanitaria y las políticas fiscales y de salud pública.
Es que la diabetes no es un problema exclusivamente sanitario, sino social. “Es un problema de la sociedad, que crea una carga no solamente en relación a los costos de los sistemas de salud, pero también en relación con el impacto en la economía, por causa de ausentismo de los trabajadores, productividad más baja y, por supuesto, la mortalidad prematura”, explica Timothy Evans, Director para Salud, Nutrición y Población del Banco Mundial.
Iniciativas por la salud regional
En América Latina ya hay 60 millones de diabéticos y se prevé que el número ascienda a 85 millones para 2035. Además de México, varios países han adoptado iniciativas para prevenir la obesidad y las enfermedades ligadas a ella.
Por ejemplo, en Argentina se está regulando el uso de sal y grasas trans, mientras que Uruguay encabeza la lista de naciones que más restricciones pone al tabaco, uno de los llamados factores de riesgo en la diabetes. Bolivia, Colombia y Ecuador promueven cada vez más la actividad física. En Perú, se incentiva la comida tradicional como una alternativa saludable a las comidas procesadas.
Aunque estas iniciativas son alentadoras, “aún queda mucho por hacer”, especialmente de cara a las generaciones futuras, según afirma Evans.
Diversos estudios indican que uno de cada tres niños mexicanos padece de sobrepeso u obesidad, mientras que cerca de la cuarta parte de latinoamericanos son obesos. “Un niño con sobrepeso tiene mucho más riesgo de desarrollar diabetes, tener sobrepeso o ser obeso cuando esté adulto y va a tener más riesgo de tener diabetes, problemas cardiovasculares y problemas de autoestima también”, dijo Maureen Birmingham, representante de la Organización Panamericana de Salud en México.