El Banco Mundial impulsará la participación de organizaciones civiles y el fortalecimiento
de las instituciones
Washington D.C., 6 de abril de 2011 -- La crisis que envuelve a Oriente Medio y el Norte de África demuestra que una mayor participación de los ciudadanos y una mejor gobernabilidad son cruciales para el desarrollo económico, por lo que el Banco Mundial redoblará sus esfuerzos por fortalecerlos a ambos, aseguró el presidente de la institución, Robert B. Zoellick.
En un discurso previo a las Reuniones de Primavera del Banco Mundial, Zoellick señaló que el Banco no solo promovería reformas institucionales sino que también intentaría proporcionar más apoyo a la sociedad civil como una forma de mejorar la rendición de cuentas del Gobierno ante la gente.
“El mensaje para nuestros clientes es que, cualquiera sea su sistema político, no se puede lograr un desarrollo favorable sin buena gobernabilidad y sin la participación de sus ciudadanos”, dijo Zoellick ante una audiencia congregada en el Peterson Institute for International Economics de Washington. “Alentaremos a los Gobiernos a publicar información, promulgar leyes de libertad de información, dar a conocer sus procesos presupuestarios y de adquisiciones, establecer funciones de auditoría independientes y promover reformas del sistema judicial. No concederemos préstamos directos para financiar presupuestos a países que no los den a conocer públicamente o, en casos excepcionales, que no se comprometan al menos a publicarlos dentro de un plazo de 12 meses”.
Zoellick añadió que temas como la corrupción, el género y la transparencia antes no se mencionaban en el Banco Mundial porque se los consideraba demasiado políticos. Pero en los últimos 20 años, cada uno de ellos ha pasado a considerarse fundamental para lograr el desarrollo y ahora forman parte del conjunto de políticas del Banco. Del mismo modo, hoy se reconoce que la participación ciudadana y la buena gobernabilidad son elementos imprescindibles para el avance económico.
“Algo de eso puede ser considerado de carácter político, pero también sabemos que mucho de ello representa planteamientos económicos acertados; que buena parte de ello ayuda a combatir la corrupción; y es favorable para un desarrollo inclusivo y sostenible”, dijo Zoellick en un discurso titulado “El Oriente Medio y el Norte de África: Un nuevo contrato social para promover el desarrollo”.
Sin embargo, no se conseguirá una buena gobernabilidad sin la participación activa de los ciudadanos, especialmente en la región de Oriente Medio y Norte de África, donde la modernización solo había tenido un éxito parcial y las instituciones estaban anquilosadas. Aunque hubieran sido reformadas, las instituciones necesitaban que los ciudadanos les exigieran la rendición de cuentas. En este caso, la sociedad civil debería jugar un papel importante. Pero en buena parte del mundo en desarrollo, incluida la región de Oriente Medio y Norte de África, la sociedad civil aún estaba dando sus primeros pasos. Zoellick dijo que el Banco Mundial, que así como en las últimas seis décadas pasó de financiar solamente a Gobiernos a apoyar al sector privado, debería buscar nuevas formas de ofrecer mayor respaldo a la sociedad civil. Actualmente, el Banco Mundial trabaja con la sociedad civil y los beneficiarios de los proyectos en más de la mitad de sus operaciones nuevas. Pero Zoellick propuso que ahora el Banco analice la posibilidad de ir más allá con nuevos mecanismos o prestaciones que ayuden a fortalecer la capacidad de las organizaciones de la sociedad civil que trabajan en la rendición de cuentas y la transparencia en relación con la prestación de servicios.
“Ahora puede haber llegado el momento de invertir en el sector privado sin fines de lucro —la sociedad civil— para ayudar a reforzar la capacidad de las organizaciones dedicadas a la transparencia, la rendición de cuentas y la prestación de servicios”, manifestó Zoellick. “Creo que ha llegado el momento de que el Banco Mundial examine con su Directorio Ejecutivo y sus accionistas si la institución necesita nuevas capacidades o mecanismos que pudieran movilizar apoyo procedente de países, fundaciones y otras fuentes para fortalecer la capacidad de las organizaciones de la sociedad civil dedicadas a promover la rendición de cuentas y la transparencia en la prestación de servicios. Podríamos dar prioridad a los países de Oriente Medio y Norte de África, y de África al sur del Sahara. Podríamos respaldar esta labor mediante el suministro de capital inicial, el intercambio de conocimientos e investigaciones orientadas a crear condiciones más propicias para la promoción de la responsabilidad social”.
Al analizar el desempeño en materia económica de Oriente Medio y el Norte de África, Zoellick señaló que la región no está debidamente integrada en la economía mundial. Además, sufre el más alto desempleo entre las regiones en desarrollo, el mayor porcentaje de personas sin trabajo entre los mejores educados y la más baja participación de las mujeres en la economía. Sus Gobiernos se enfrentan hoy a la enorme expectativa de proporcionar empleos rápidamente en una región donde el costo directo en oportunidad del desempleo entre los jóvenes se ubica en un valor de hasta US$50.000 millones por año.
La prioridad inmediata de ofrecer empleos no debería traducirse en programas de trabajo inadecuados que dan lugar a distorsiones económicas. La labor del Banco en países frágiles y afectados por conflictos, como Liberia o Afganistán, demostró que programas de obras de infraestructura, combinados con medidas para ayudar al sector privado, podrían generar estabilidad política y establecer las bases para un crecimiento económico sostenible. También han sido importantes los programas de redes de protección social bien diseñados, que garantizaron que mujeres y niños —por lo general, los grupos más vulnerables— no sufrieran hambre ni malnutrición.
Zoellick señaló que la región necesitaba crear 40 millones de empleos durante el próximo decenio y que los países debían tomar decisiones políticas inmediatamente para aumentar los puestos de trabajo, contribuir a la productividad e integrarse mejor en la economía mundial. Esto significaría mostrarse más receptivos a la importación de conocimientos especializados, tecnologías y sistemas de manufacturación y logística, ya sea mediante la inversión extranjera, el otorgamiento de licencias u otros vínculos comerciales que sirvan para superar el aislamiento y eliminar los obstáculos a la integración regional. “La prosperidad se puede lograr por muchas vías, pero hay que elegir una. La inacción no lleva a ninguna parte”, afirmó Zoellick.
Para resumir las necesidades de Oriente Medio y el Norte de África, Zoellick dijo: “Quieren un nuevo contrato social. Quieren dignidad. Quieren respeto. Y si son mujeres, también quieren estas mismas cosas”.