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Información básica Febrero 12, 2021

La suspensión del servicio de la deuda y la COVID 19

Antecedentes

  • La deuda pública en los mercados emergentes ha aumentado a niveles que no se habían visto en 50 años, y muchos países en desarrollo contraen con frecuencia creciente deudas en condiciones no concesionarias de prestamistas privados y acreedores que no son miembros del Club de París.
  • En un momento en que la pandemia de COVID‑19 causa estragos en la economía mundial, los países más pobres que se verán más afectados por el virus también afrontarán una crisis de la deuda.
  • La suspensión del servicio de la deuda es una medida potente y de rápido efecto que puede aportar beneficios reales para las personas de los países pobres, especialmente los que no cuentan con los recursos financieros para hacer frente a la crisis provocada por el coronavirus (COVID‑19).
  • Con el apoyo del Grupo Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y otros, las economías del Grupo de los Veinte (G‑20) han permitido que los países más pobres del mundo suspendieran el reembolso de los créditos bilaterales oficiales (i) a partir del 1 de mayo. Esta iniciativa contribuirá en gran medida a proteger las vidas y los medios de subsistencia de millones de personas vulnerables.
  • El Grupo de los Siete (G‑7) también ha indicado que suspenderá las obligaciones relacionadas con la deuda de los países más pobres.

Cómo colabora el Banco Mundial

  • El Grupo Banco Mundial suministrará un financiamiento de hasta USD 160 000 millones entre abril de 2020 y junio de 2021. Mientras los países de todo el mundo trabajan para contener la propagación y el impacto de la COVID‑19, estamos tomando medidas rápidas y de amplio alcance para ayudar a los países en desarrollo a fortalecer su respuesta frente a la pandemia y sus sistemas sanitarios:
    • Nosotros y las otras instituciones de Bretton Woods estamos aumentando el apoyo financiero a los países clientes de la Asociación Internacional de Fomento (AIF) para permitirles superar la crisis. Como siempre, primero evaluamos el panorama financiero general del país, incluido el perfil de la deuda y las consecuencias del reembolso.
    • Desde abril hasta diciembre de 2020, el Banco Mundial comprometió un financiamiento de USD 19 500 millones para los países que participan en la Iniciativa de Suspensión del Servicio de la Deuda (DSSI) del G‑20; de ese monto, USD 6800 millones se asignaron en forma de donaciones. Ya hemos desembolsado USD 12 700 millones para estos países, que comprenden USD 3800 millones en donaciones. El monto total del desembolso es aproximadamente ocho veces superior a los USD 1500 millones recibidos en concepto de reembolsos del servicio de la deuda de los países que participan en la DSSI.
    • Este apoyo se adaptará en función de las crisis sanitarias, económicas y sociales que enfrentan los países. Actualmente, ayudamos a más de 100 países, en los que vive más del 70 % de la población mundial, con respuestas frente a la COVID‑19.
    • Además del apoyo sanitario en curso, las operaciones pondrán énfasis en la protección social, el alivio de la pobreza y el financiamiento basado en políticas.
    • Proporcionamos donaciones, en lugar de préstamos, a la mayoría de los países clientes de la AIF con alto riesgo de sobreendeudamiento. Para los países prestatarios de la AIF, como los de África, las tasas de interés de los préstamos del Banco Mundial son extremadamente bajas, y los vencimientos y períodos de gracia son prolongados.
    • La mitad de los países clientes de la AIF ya reciben al menos el 50 % —si no la totalidad— de los recursos que les proporciona la entidad a título de donación, por lo que no deben reembolsarlos.
    • La AIF modifica automáticamente los términos de la asistencia. La entidad reconoce que la sostenibilidad de la deuda es una preocupación importante para muchos países de ingreso bajo. Por este motivo, cuando estos afrontan mayores dificultades en el pago de su deuda externa, incluso debido a una crisis importante, la AIF modifica automáticamente los términos de la ayuda que les brinda para que puedan seguir accediendo a fondos y asistencia técnica sin incrementar su deuda.
    • La AIF reutiliza todos los pagos del servicio de la deuda que recibe para ofrecer nuevamente asistencia financiera a los países más pobres. Estos recursos se necesitan para financiar nuevos proyectos de salud cruciales relacionados con la COVID‑19, en los que se combina el financiamiento con asistencia técnica experta. La continuidad de la labor de la AIF en sus condiciones actuales permitirá a la entidad satisfacer mejor las necesidades de sus clientes durante esta crisis.

Datos básicos:

  • La deuda pública de los países de ingreso bajo y mediano ascendió, en total, al 51 % de su producto interno bruto (PIB) en 2018 (i),lo que representa un aumento de 5 puntos desde 2013.
  • En 2018, la deuda mundial alcanzó una cifra récord de aproximadamente el 230 % del PIB mundial, y la deuda total de las economías en desarrollo y los mercados emergentes llegó a una cifra sin precedentes, de casi el 170 % del PIB (i), un aumento de 54 puntos porcentuales del PIB desde 2010.
  • La deuda en condiciones no concesionarias representó, en promedio, el 55 % (i) del endeudamiento de los países de ingreso bajo en 2016, el último año para el que se dispone de datos.
  • El 50 % de los países clientes de la AIF muestra un alto riesgo de sobreendeudamiento o ya se encuentra en una situación crítica causada por el sobreendeudamiento.
  • En el grupo de países con riesgo alto o moderado de sobreendeudamiento, los Estados frágiles y afectados por conflictos, los países que dependen de los productos básicos y los pequeños Estados representan un porcentaje desproporcionado.

Preguntas y respuestas

¿A qué países se aplica la suspensión del servicio de la deuda del G‑20?

  • Los países elegibles incluyen a todos los países prestatarios de la AIF y todos los países menos adelantados (i) (según la definición de las Naciones Unidas) que estén al día en el pago del servicio de la deuda al FMI y el Banco Mundial, es decir, 72 países clientes de la AIF activos y Angola. En principio, todos tendrán la posibilidad de solicitar una suspensión de los pagos de la deuda, pero cada país beneficiario deberá comprometerse a lo siguiente:
    • Utilizar el espacio fiscal creado para aumentar el gasto social, en salud o en sectores de la economía con el fin de enfrentar la crisis. Se prevé que las instituciones financieras internacionales (IFI) implementen un sistema de seguimiento con este propósito.
    • Divulgar todos los compromisos financieros del sector público (deuda), respetando la información comercialmente sensible. Se prevé que las IFI proporcionen asistencia técnica, según sea necesario, a tal efecto.
    • No contraer nuevas deudas en condiciones no concesionarias durante el período de suspensión, más allá de los acuerdos correspondientes a esta iniciativa o de conformidad con los límites acordados en virtud de la política del FMI sobre límites a la deuda o la política del Grupo Banco Mundial sobre endeudamiento en condiciones no concesionarias.

¿Cuál es el monto de la deuda bilateral de los países muy endeudados?

  • Según nuestras estimaciones preliminares, en estos países, tan solo los pagos del servicio de la deuda bilateral oficial suman casi USD 14 000 millones en 2020, incluidos los pagos de intereses y amortización. De este monto, menos de USD 4000 millones corresponden a miembros del Club de París, por lo que, para lograr un cambio, será fundamental contar con la participación amplia y equitativa de todos los acreedores bilaterales oficiales. El G‑20 también ha instado a los acreedores comerciales a tomar parte en esta iniciativa en condiciones similares.

Los elevados niveles de deuda eran un problema ya antes de la COVID‑19. ¿Qué se hará ahora para garantizar que la situación no se agrave?

  • Para los países muy endeudados, es fundamental que el financiamiento se otorgue en condiciones concesionarias o en forma de donaciones. El espacio fiscal reservado al servicio de la deuda debe reorientarse a gastos destinados a responder a la pandemia, lo que incluye la respuesta económica. De lo contrario, una respuesta de gasto público significativo podría implicar grandes aumentos en una deuda pública ya insostenible.
  • El Banco Mundial ayudará a los países a diseñar respuestas mediante políticas específicas fiscalmente sostenibles que ayuden a lidiar con la crisis a corto plazo y contribuyan a la recuperación económica a mediano plazo.

¿Cómo garantizará el Banco Mundial que los fondos de emergencia se utilicen en servicios públicos esenciales y no se desvíen para pagar a los acreedores?

  • El financiamiento de emergencia proporcionado por el Banco Mundial está sujeto a las mismas salvaguardias estrictas que el financiamiento habitual. Esto incluye el cumplimiento de las políticas vigentes, los requisitos de presentación de informes y la supervisión, así como el alto grado de transparencia presente en todo el financiamiento del Banco Mundial.

¿Por qué el Banco Mundial no suspende los pagos del servicio de la deuda de los prestatarios de la AIF? 

  • La COVID‑19 ha ampliado de forma extraordinaria las necesidades de financiamiento de los países clientes de la AIF, que necesitarán recibir mayores flujos de fondos no solo en 2021, sino también en años posteriores. En un período de crisis mundial, nosotros y nuestros países accionistas creemos que es imprescindible maximizar los potenciales beneficios para los países clientes de la AIF en cada dólar que invertimos. Esto es crucial para contribuir al espacio fiscal de los países e impulsar su capacidad para responder a la crisis sin incrementar las vulnerabilidades derivadas de la deuda. 
  • La AIF ofrece uno de los mejores medios disponibles para maximizar los beneficios en favor de los países más pobres. La entidad apoya a los países suministrándoles lo que necesitan en una crisis: acceso a “flujos netos positivos” de apoyo financiero en niveles sólidos y sostenibles y en condiciones sumamente concesionarias o a título de donación.
  • Eso significa brindarles un apoyo financiero superior a lo que gastan en los pagos del servicio de la deuda al Banco Mundial. La AIF está acelerando su financiamiento para ayudar a los países a enfrentar los efectos de la pandemia mucho más allá de lo que adeudan a la AIF: cada USD 1 que se reembolse a la entidad por concepto de préstamos a bajo costo se compensará, en promedio, con USD 11 en nuevo financiamiento de bajo costo destinado a los países más pobres.
  • Esto es posible gracias al generoso apoyo de los donantes de la AIF y, fundamentalmente, a nuestra sólida posición en los mercados financieros. Si el Banco simplemente estableciera una suspensión temporal de los pagos del servicio de la deuda a la AIF, el nuevo financiamiento que podríamos ofrecer se reduciría de forma significativa. También podría afectar nuestra capacidad para otorgar financiamiento a bajo costo a los países clientes de la AIF a largo plazo.
  • Ese posible daño es ampliamente reconocido. Tal como señaló (i) el Centro para el Desarrollo Mundial: “Si la AIF suspendiera los pagos de la deuda, esto podría socavar su capacidad para ofrecer y mantener un financiamiento importante en respuesta a la COVID‑19. Los llamados a reducir el pago a la AIF también ignoran el mecanismo que emplea actualmente la entidad para aliviar la carga de la deuda en los países de alto riesgo. El objetivo de la AIF debe ser maximizar el nuevo financiamiento neto”. Save the Children del Reino Unido manifestó (i): “No ampliar el flujo de recursos financieros a los países clientes de la AIF sería dejar que los Gobiernos y las comunidades intentaran apagar el equivalente a un incendio forestal para el desarrollo humano con pequeños baldes de agua”.
  • Nosotros y nuestros accionistas hemos llegado a la conclusión de que lo mejor que podemos hacer por los países más pobres es seguir ofreciendo “flujos netos positivos” de financiamiento a bajo costo junto con una sólida asistencia técnica sobre gestión de la deuda. Tal como indicó el G‑20 en su nuevo Marco Común para los Tratamientos de la Deuda (i), nosotros y otros bancos multilaterales de desarrollo seguiremos elaborando opciones sobre las mejores formas de ayudar a satisfacer las necesidades de financiamiento a largo plazo de los países en desarrollo al tiempo que protegemos sus calificaciones actuales y el bajo costo del financiamiento”.