13 de septiembre de 2010. La Asamblea General de las Naciones Unidas llevará a cabo una sesión especial la semana próxima en Nueva York para analizar los progresos realizados con respecto a los objetivos de desarrollo del milenio (ODM), establecidos por los países miembros y sus asociados en el desarrollo y a través de los cuales se han comprometido a eliminar la extrema pobreza y el hambre y a mejorar considerablemente el bienestar económico y humano de la población pobre de todo el mundo para 2015.
Hasta antes de las crisis alimentaria, energética y financiera de los últimos dos años, los países en desarrollo estaban realizando importantes avances para lograr estas metas, aunque a ritmos diferentes. En 1981, el 52% de los habitantes de dichas naciones vivía en la pobreza extrema; en 2005, esa proporción había disminuido al 25%. Los esfuerzos de los países y sus asociados estaban dando buenos resultados, especialmente en Asia oriental, América Latina y Europa central y oriental, pero no de la misma manera en las distintas regiones.
África al sur del Sahara continúa atrasada en cuanto a la superación de la pobreza. El hambre y la malnutrición han disminuido, pero no lo suficiente como para ser erradicados hacia fines de 2015. Demasiadas personas siguen padeciendo estos males o son vulnerables a ellos debido a la escasez de empleo y a la falta de acceso a los servicios y a las oportunidades económicas.
Asuntos pendientes
Según un nuevo documento del Banco Mundial titulado Unfinished Business: Mobilizing New Efforts to Achieve the 2015 Millennium Development Goals (Asuntos pendientes: Movilización de nuevos esfuerzos para lograr los objetivos de desarrollo del milenio en 2015), en 2010 hay 64 millones más de personas que viven en condiciones de pobreza extrema (menos de US$1,25 al día). De aquí al plazo convenido, es posible que mueran 1,2 millones más de niños menores de 5 años, que 350.000 más estudiantes no completen la escuela primaria y que unos 100 millones adicionales de personas continúen sin tener acceso a agua apta para el consumo.