Uno de los lugares más peligrosos para dar a luz en México es el estado de Oaxaca, en el sur del país. Si a escala nacional la mortalidad materna en 2011 fue de 50.2 mujeres de cada 100,000, en Oaxaca fue de 78.9 mujeres, según cifras del gobierno del estado.
62.5% de esas muertes maternas registradas en 2011 ocurrieron en centros de salud. 51% de las mujeres que murieron hablaban una lengua indígena y 20% no sabían leer ni escribir.
Según una evaluación hecha por el gobierno de Oaxaca y el Banco Mundial, las embarazadas no reciben atención a tiempo por falta de información, barreras culturales, la calidad relativamente baja de los servicios médicos o porque, en muchos casos, no hay vías de acceso adecuadas a los centros de salud.
Oaxaca también tiene problemas con el suministro de agua. Casi 87% de la población del país tiene agua corriente, mientras en Oaxaca es solo el 69%. Un tercio de los oaxaqueños tienen que comprar agua en camiones pagando cinco veces más que quienes tienen agua corriente.
Salud materna y suministro de agua son solamente dos de los desafíos más importantes en Oaxaca. Comparado con estándares nacionales, el suministro de servicios básicos, las inversiones y las políticas públicas son insuficientes para el estado, unos de los más pobres del país.
Una asociación para el desarrollo
Oaxaca se asoció hace un año con el Banco Mundial para abordar los problemas de salud materna y suministro de agua, además de otros desafíos como la educación, la protección de las selvas o la inversión pública.
A través de evaluaciones, el compartir de metodologías y experiencias exitosas, capacitaciones y el fortalecimiento de la planificación institucional y sectorial, el Banco Mundial y el estado de Oaxaca esperan aumentar el impacto de las inversiones públicas y mejorar la calidad de vida.
Esta es la primera vez que el Banco Mundial se asocia con el gobierno de un estado para trabajar juntos en superar los obstáculos al desarrollo. Esta colaboración abarca 23 actividades e incluye servicios de conocimiento, financieros y de promoción de alianzas entre distintos organismos e instituciones.
Con ese apoyo, el estado desarrolló una estrategia para modernizar y aumentar la cobertura y calidad del suministro de agua. En los próximos años el Banco dará ayuda técnica y posiblemente financiera, para la implementación de esa estrategia.
Con una metodología propuesta por el Banco Mundial, el estado también estableció formas de mejorar el manejo y calidad del gasto público, y diseñó planes estratégicos para la construcción y mantenimiento de vías, construcción de viviendas, preservación de la selva, y mejoramiento de la agricultura y la ganadería.
Facilitar el trabajo conjunto
Para atender el grave problema de la mortalidad materna, el Banco Mundial facilitó el trabajo conjunto de la Secretaría Federal de Salud, la Comisión Nacional de Protección Social en Salud, el Centro Nacional para la Equidad de Género y Salud Reproductiva y varias ONGs. También ayudó a crear el comité que dirigió el equipo técnico responsable de la evaluación de la situación.
Con base en esta evaluación, se formuló una estrategia piloto para reducir la mortalidad materna. El plan incluye la capacitación de personal médico para manejar emergencias obstétricas, la distribución de información sobre el derecho a recibir servicios de salud materna y el aumento de servicios de planificación familiar.
Como esta alianza con el estado de Oaxaca implica trabajar en diferentes sectores, el Banco Mundial también logró involucrar a varias agencia internacionales de desarrollo, así como a fundaciones privadas y a la sociedad civil.
Con este apoyo al estado para abordar sus complejos retos de desarrollo, dando apoyo técnico y financiero, y trabajando en conjunto con los actores clave, la idea es contribuir al desarrollo sustentable de Oaxaca en los años por venir.