La expansión de las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC) se está produciendo rápidamente en el Pacífico, una de las áreas más dispersas del planeta. Se trata de una región formada por unas 9.000 islas diseminadas en un vasto océano, donde los Gobiernos y las empresas deben enfrentar algunos de los costos de transacción más altos del mundo.
Dos millones más de personas con acceso a teléfonos móviles
Durante los últimos seis años, más de 2 millones de personas en Papua Nueva Guinea y las Islas del Pacífico lograron acceso a teléfonos móviles. En países como Vanuatu, 8 de cada 10 habitantes tiene teléfono celular (un aumento del 70% desde 2007), y los precios de las llamadas han bajado.
Los pobladores que durante años hicieron peligrosos viajes de tres horas en bote para hacer un simple llamado telefónico a la capital, ahora pueden comunicarse y enviar mensajes de texto a familiares que viven en otras provincias y países. El acceso a los celulares redujo el aislamiento, hizo más fácil y más barato hacer negocios, y dio más opciones al Gobierno para la prestación de servicios.
Los beneficios ya se hicieron sentir en Papua Nueva Guinea, Samoa, Islas Salomón, Tonga y Vanuatu, y ahora se extienden al Pacífico septentrional. Esta “revolución de las telecomunicaciones” también está creando puestos de trabajo donde más se necesitan: solo en Papua Nueva Guinea generó medios de subsistencia de manera directa para al menos 30.000 personas. (i)
Próximo paso: Internet de alta velocidad
Los teléfonos celulares son solo el comienzo. La Internet de alta velocidad es el siguiente paso para superar estos desafíos. La mayoría de los países insulares del Pacífico todavía depende de onerosos enlaces satelitales con ancho de banda limitado y costos de conectividad a Internet, que se encuentran entre los más altos del mundo.
Una conexión de banda ancha de 256 kilobytes por segundo (kbps) cuesta US$650 al mes en Palau. En Kiribati, uno de los países más pobres de la región, costaría US$430. Estas tarifas tan elevadas son comunes en todo el Pacífico. Como resultado, menos del 1% de la población normalmente tiene acceso a una conexión fiable a Internet. Afuera de las ciudades principales, es más probable que las personas todavía se comuniquen a través de cartas transportadas por barco que mediante correo electrónico.
Donde existe Internet, el servicio es a menudo muy lento. Kelela Pasina es dueño de un cibercafé en los suburbios de Nuku'alofa, la capital de Tonga, pero hay importantes limitaciones de banda ancha. “El servicio de Internet funciona muy mal aquí. Se conecta y se desconecta y se vuelve a conectar y desconectar. Es muy malo para el negocio y para mi familia”.
Al igual que muchos habitantes de Tonga, Kelela tiene familiares en el extranjero, pero dice que solo puede contactarse con ellos los domingos, cuando menos personas se conectan a Internet. Él explica que se demorará media hora en subir una sola foto de su nuevo bebé para enviarla a su hermana en Hawai.