Ya son más de las 22 horas de un viernes más bien fresco en Ciudad del Este, Paraguay, y un ambiente cordial reina la sala de un departamento en el que jóvenes entusiastas se reúnen para dialogar sobre sus proyectos. Tienen en mente “hacer algo” por el país que –según afirman- quieren cambiar con acciones, no solo con palabras.
Los chicos, de entre 15 y 26 años, son integrantes de Reacción Juvenil de Cambio (Youth Change Reaction), un movimiento que se formó en el 2010 con la idea de impulsar iniciativas que permitan una mayor concienciación de adolescentes y jóvenes en el combate a la corrupción.
Reacción Juvenil de Cambio impulsó en el 2012 el proyecto “Diálogos Transparentes”, que consistió en el desarrollo de talleres para líderes juveniles de colegios secundarios de Ciudad del Este, Asunción y Pedro Juan Caballero, con el objetivo de fortalecer el combate a la corrupción en Paraguay, país que se ubicó el año pasado en el puesto 150 en el Índice de Percepción de Corrupción de Transparencia Internacional.
Este fue uno de los 15 proyectos que tuvo respaldo en el marco de la iniciativa Transparency Talks, que el Banco Mundial y el British Council apoyaron a través de donaciones de US$3.000.
Transformar Paraguay
El encuentro es un poco atípico. Desde una notebook conectada al Skype se escucha el entusiasta saludo de David Riveros García, de 22 años, presidente y fundador del grupo. Es un joven que obtuvo la medalla de honor de su colegio, y que, gracias a una beca, ahora estudia Relaciones Internacionales en la Universidad de Morningside en Sioux City, en el estado norteamericano de Iowa.
La sede de la reunión es el departamento de Sofía Masi, una joven comunicadora de 24 años, directora ejecutiva y considerada el “motor” del grupo en el “campo de batalla”. Participan además Rodolfo Ríos (22), Felipe Franco (25), Loida Larrosa (26), Liz Benítez, y Sebastián Núñez (24), Junior Colmán (17). César Fernández (22) y Keila De Souza (16), así como otros voluntarios no pudieron estar. Ninguno cobra salario alguno.
Allí, sentados en una ronda, David del otro lado de la pantalla, y casi todos ellos con una camiseta en la que se lee “Por un Paraguay Transparente” con el mapa del país rodeando la frase, hablan de sus proyectos, anhelos y desafíos.
“Estoy seguro que tenemos la misma motivación: un país mejor para la siguiente generación, para esos que hoy apenas gatean, y ese sentimiento de responsabilidad, amor y pasión por servir a nuestras comunidades y el país”, reflexiona David.
“Queremos transformar el país. Aquí todos trabajamos con esa misma misión”, refuerza Sofía. Y pareciera que tienen el mismo entusiasmo en la vida personal. La mayoría de los que son voluntarios en Reacción Juvenil de Cambio son universitarios. Y a ellos se le han sumado alumnos de colegios secundarios, tras los primeros debates del 2012.
Ellos no paran de impulsar acciones que no solo motiven a los adolescentes y jóvenes, sino también generen impacto. Primero fue “Diálogos Transparentes”, proyecto en el que durante las charlas entregaron en CDs copias del manual anticorrupción del Banco Mundial, para que los estudiantes puedan identificar casos de irregularidades y aprender cómo tomar medidas para combatirlas.
De hecho, en una escuela, los estudiantes denunciaron a un director que posteriormente fue removido del cargo.