A medida que el surgimiento de la clase media latinoamericana acerca a la región a una situación donde la prosperidad es compartida de manera más amplia, un informe advierte que sin una serie de nuevas reformas, tanto fiscales como sociales, estos avances corren el riesgo de quedar por el camino.
Tomen en cuenta lo siguiente.
En 2011 había más personas de clase media en América Latina que viviendo en la pobreza.
Por primera vez en la historia de la región, una década de fuerte crecimiento económico llevó a un aumento del empleo y a un descenso de la desigualdad en el ingreso, lo que contribuyó a una reducción sin precedentes de la pobreza y a un aumento de la prosperidad en todos los niveles sociales.
Éstas son apenas dos de las conclusiones de un nuevo informe publicado hoy, Cambiar la marcha para acelerar la prosperidad compartida en América Latina y el Caribe (i).
Subrayando los dos nuevos objetivos del Banco Mundial, erradicar la pobreza extrema e impulsar la prosperidad entre el 40% más pobre de la población para el año 2030, este nuevo informe propone un nuevo marco para ayudar a América Latina a mantener el rumbo y acelerar logros futuros.
Impulsar la prosperidad
No solo aumentó el empleo, sino que el ingreso promedio real en América Latina también se incrementó en más de un 25% desde que comenzó el milenio. Y como los salarios más bajos aumentaron bastante más rápido que el promedio regional, fue el 40% más pobre de la población quien más se benefició.
Siendo una de las regiones más desiguales del mundo, si América Latina pretende seguir avanzando en términos de prosperidad compartida entonces será crucial que fortalezca el vínculo entre crecimiento y equidad salarial.