Imagina por un momento una megaciudad del futuro: coches circulando por los aires, casas inteligentes en las que un simple chasquido de dedos prende las luces, calles amplias, limpias y sin tráfico, las enfermedades sólo un recuerdo…
Ahora mira a tu alrededor: ríos de coches ensuciando el aire, vecindarios inseguros, muchas calles estrechas y maltrechas. La realidad en Latinoamérica –y en el resto del mundo- dista mucho de estas elucubraciones, pero poco a poco instituciones públicas y privadas están tomando conciencia sobre la necesidad de comenzar a construir un futuro sostenible en las ciudades del presente, que contribuya a desplazarse de un lado a otro de forma más cómoda y “verde” y que mejore la calidad de vida y la salud de sus ciudadanos.
Teniendo en cuenta que el 80% de latinoamericanos -es decir, más de 400 millones de personas- vive en las ciudades, los retos ya están sobre la mesa: menos contaminación, reducir los atascos en calles y carreteras o incorporar nuevas tecnologías en las áreas de transporte o salud.
Estas son algunas de las conclusiones a las que llegaron un grupo de expertos reunidos en Buenos Aires, en el evento “Megaciudades”, donde no se habló de coches aéreos, pero sí de teleféricos o de autobuses eléctricos, más eficientes y menos contaminantes y ruidosos -el transporte eléctrico ahorra un 30% de energía y no provoca emisiones de carbono. Al fin y al cabo, se trata de hacer que nuestras ciudades sean más habitables, y de contribuir a un planeta más sustentable.
“Se necesita tener una visión estratégica en el desarrollo de las ciudades, saber cuáles son las necesidades de cada ciudad y la voluntad de sus ciudadanos. En este sentido, las nuevas tecnologías pueden favorecer modos de movilidad más eficientes, sin olvidar la equidad de los espacios públicos”, dijo Verónica Raffo, especialista en transporte del Banco mundial.
Algunas ciudades de América Latina parecen llevar la avanzadilla. Es el caso de Río de Janeiro, que con su sistema de teleférico conecta, en 16 minutos, de forma rápida y segura, a los habitantes de la favela Complexo de Alemao con el resto de la ciudad; o de Buenos Aires, con su sistema de intercambio de bicicletas –Ecobici-, gratis y manual, con el que se realizan más de 5.000 viajes al día.