“Dile a las futuras generaciones que un tsunami llegó una vez a este lugar y que sobrevivieron los que corrieron cuesta arriba. De modo que ¡corre! ¡Corre hacia arriba!”, dice una lápida en la costa de Kamaishi en Japón.
Monumentos como este nos recuerdan la necesidad de estar preparados para los desastres naturales, que han puesto en riesgo a las personas y la infraestructura durante siglos, sobre todo en algunas partes de Asia. Esta región es una de las más afectadas por catástrofes en el mundo. Sufrió el 61% de las pérdidas a nivel mundial en los últimos 20 años; más de 1.600 millones de personas han sufrido los efectos de los desastres ocurridos allí desde el año 2000.
Con cada catástrofe natural, la región ha desarrollado mayores conocimientos en materia de respuesta, recuperación y capacidad de adaptación. Para compartir estos conocimientos con todo el mundo, el Grupo del Banco Mundial anunció la creación en Tokio de un Centro de Administración del Riesgo de Desastres del Fondo Mundial para la Reducción de los Desastres y la Recuperación (GFDRR, por sus siglas inglés). Este, que será puesto en marcha en 2014 y funcionará en las oficinas del Banco Mundial, forma parte de un programa de US$100 millones financiado por el Gobierno de Japón para incorporar la administración del riesgo de desastres en las políticas y programas de desarrollo.
“La capacidad de adaptación a los desastres y al cambio climático es cada vez más importante para el Grupo del Banco Mundial. El aumento del respaldo del Gobierno de Japón fortalecerá aún más nuestro compromiso y esfuerzo de larga data para integrar las consideraciones del riesgo en todos los aspectos de nuestro trabajo y ayudar a los países a reducir sus vulnerabilidades a los peligros naturales y la variabilidad climática”, dijo Rachel Kyte, vicepresidenta de Desarrollo Sostenible del Grupo del Banco Mundial.
El nuevo programa es el resultado de un compromiso asumido en el Diálogo de Sendai, una reunión de líderes mundiales realizada en octubre de 2012 cerca del epicentro del gran terremoto de Japón oriental. Se financiarán actividades relativas a los cuatro pilares del marco de gestión de riesgos de desastre del Banco Mundial señalados en el Informe Sendai (i).
“Este programa nos permite avanzar en la aplicación de los compromisos asumidos en Sendai”, señaló Francis Ghesquiere, jefe del GFDRR. “Mediante este programa conjunto, el Gobierno de Japón, el Banco Mundial, y el GFDRR aumentarán el apoyo a los países vulnerables”.