En el Día Mundial del Inodoro, Latinoamérica enfrenta un dato que contrasta con los últimos años de avances sociales y económicos de la región: 120 millones de latinoamericanos carecen de acceso a un inodoro o un lugar sanitariamente seguro para evacuar sus excreciones. Es más: en la región, más gente tiene acceso a un celular que a un inodoro, según datos del Banco Mundial.
Más de 4.000 niños mueren diariamente en el mundo por falta de acceso adecuado a agua y saneamiento, en un problema que afecta a casi un tercio de la población mundial o 2,500 millones de personas.
Fuera de las ciudades el problema es aún más grave. Un tercio de los pobladores de áreas rurales de Latinoamérica están potencialmente expuestos a contacto con sus propias heces ya que carecen de un sistema de separación de sus excreciones, como un escusado, una letrina o un pozo séptico. La cifra es de 13% para los habitantes de pueblos y ciudades latinoamericanos.
“En las áreas urbanas, tenemos una cobertura similar a la de otros países en desarrollo, pero en las áreas rurales, la situación es comparable a la de los países más pobres del mundo”, afirma Ivo Imparato, director del Programa de Agua y Saneamiento para América Latina y el Caribe del Banco Mundial.
Todo esto ocurre en una región donde por primera vez en la historia el número de personas de clase media superó el número de pobres. A lo largo de la última década más de 70 millones de personas dejaron la pobreza y 50 millones se sumaron a la clase media, en virtud de un crecimiento económico sostenido y la solidez de las políticas públicas.