¿Cómo llego a fin de mes?
Esta pregunta atormenta a millones de latinoamericanos, especialmente a los que viven con menos del salario mínimo. Que no son pocos.
Casi el 65 por ciento de los trabajadores hondureños viven con menos del salario mínimo, 37,5 por ciento de los colombianos, 16 por ciento de los mexicanos y el 14 por ciento de los brasileños, de acuerdo con el nuevo estudio “Trabajar para acabar con la pobreza en América Latina y el Caribe: trabajadores, empleos y salarios”, del Banco Mundial.
El caso de las economías más grandes de la región es ilustrativo: en Brasil y México, las mujeres siguen siendo las más afectadas en este sentido. En 2013, casi el 14 por ciento de las mexicanas ganaba menos del 90 por ciento del mínimo, en comparación con el 9 por ciento de los hombres. Y en Brasil, el 9,6 por ciento de las mujeres está en esa franja salarial, en comparación con el 8,9 por ciento de los trabajadores masculinos.
Los nuevos datos se suman a una serie de estudios, también realizados por expertos del Banco Mundial, que analizan las razones por las que las latinoamericanas ganan menos. Las respuestas van desde la discriminación que aún se practica en muchas empresas,hasta la alta participación femenina en sectores informales, que pagan menos.
Curiosamente, las mujeres están participando cada vez más en la fuerza de trabajo de América Latina, contribuyendo así al aumento de los ingresos familiares y en la reducción de la pobreza.
El número de trabajadoras entre los 25 y los 65 años ha crecido un 4,5 por ciento entre 2003 y 2013. Esto revela que las mujeres son el único grupo que incrementó su presencia tanto en empleos de baja cualificación como en los que requieren alto nivel educativo, según el informe.
El empuje de las materias primas
La investigación examina los datos de 17 países y pone de relieve que el gran motor para la reducción de la pobreza en América Latina fue la mejora de los salarios, y no el aumento de los empleos. Esto se aplica sobre todo a los trabajadores que sólo terminaron la primaria: para las mujeres el salario promedio creció casi un 4 por ciento entre 2003 y 2013, mientras que para los hombres el alza fue de 4,5 por ciento.
El aumento de los salarios mínimos también fue más pronunciado en Brasil, los países del Cono Sur (Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay) y los andinos, que se han beneficiado del auge de las materias primas durante la primera década de los 2000.