En el transcurso de las próximas dos décadas, India tendrá una de las poblaciones más numerosas y más joven en edad de trabajar a nivel mundial. Por un lado, este hecho constituye una noticia alentadora. Pero, si el país quiere aprovechar plenamente esta ventaja demográfica y participar de manera productiva en la economía global, es crucial que India invierta en el desarrollo cognitivo y humano de sus ciudadanos.
La ciencia resulta convincente: el desarrollo humano empieza a temprana edad, es decir en los primeros 1000 días de vida. Durante el embarazo de una mujer y luego en los primeros dos años de vida de su bebé, hay ciertos aspectos cruciales para el desarrollo infantil en general, y estos son una nutrición adecuada, la estimulación y el aprendizaje a una edad temprana y un entorno seguro. Desafortunadamente, menos del 2 % de los niños en India tienen resueltas en suficiente medida las siguientes necesidades básicas en sus años más importantes: alimentación adecuada, atención de salud apropiada, oportunidades de aprendizaje a temprana edad, y acceso a agua limpia y servicios de saneamiento. La falta de respuesta a estas necesidades esenciales no solo tiene impactos irreversibles en el desarrollo infantil, sino también puede debilitar la futura productividad de la economía de un país. El mejoramiento de la nutrición en la primera infancia podría aumentar los salarios de una persona en la vida adulta entre un 5 % y un 50 %, y la reducción del retraso en el crecimiento podría incrementar el producto interno bruto (PIB) en una cifra que oscila entre un 4 % y un 11 %.
Si bien la magnitud del desafío que tiene India en materia de nutrición es enorme, el país ha realizado importantes avances en la última década al tratar de abordar este problema endémico. En el Informe de la Nutrición Mundial 2016 (i) —recientemente dado a conocer y que constituye la primera publicación exhaustiva sobre el estado de la nutrición en el mundo y en los países— se clasifica a India entre los países mejor encaminados hacia el objetivo de enfrentar el retraso en el crecimiento de los niños menores de 5 años. Aun así, el desafío sigue siendo grande, especialmente en los estados más pobres de India.
“El objetivo del primer ministro Modi de conseguir que India se convierta en la capital mundial de los recursos humanos se logrará solo si el problema de la malnutrición se aborda de manera inmediata y muy ambiciosa. India ha realizado importantes avances en los últimos años, reduciendo los niveles de malnutrición en el país, los que desafortunadamente continúan siendo altos”, dijo el presidente del Grupo Banco Mundial, Jim Yong Kim.
Dada la complejidad del desafío, se necesita un enfoque multisectorial. India, por lo tanto, ha realizado esfuerzos concertados para ampliar y fortalecer sus principales programas nacionales de nutrición, aprendizaje temprano y atención de salud, a través de los Servicios Integrados para el Desarrollo del Niño (ICDS, por sus siglas en inglés) y la Misión Nacional de Salud (NHM, por sus siglas en inglés).
El programa ICDS, que se implementa mediante una red de 1,3 millones de centros comunitarios de nutrición (centros “anganwadi”) y es administrado por un trabajador comunitario, llega a una cifra estimada de 102 millones de niños de hasta 6 años de edad, así como a mujeres embarazadas y madres que amamantan. Sin embargo, muchos de estos centros se focalizan en niños en edad preescolar, y por consiguiente no cubren el periodo crucial de los primeros 1000 días de vida.
El apoyo del Banco Mundial
Consciente de los factores multisectoriales del problema de la malnutrición, el Banco Mundial respalda las inversiones del Gobierno en nutrición, saneamiento y educación. Brinda asistencia técnica para vincular mejor los centros anganwadi con las escuelas primarias cercanas. Investigaciones recientes indican que agregar dos años de educación preescolar puede generar altos rendimientos en los ingresos a lo largo de la vida de una persona en India.
La ambiciosa iniciativa gubernamental “Misión Swachh Bharat” (SBM) —o “Misión Limpiar India”— puede constituir un cambio radical, porque el saneamiento es tan esencial como la alimentación para la salud infantil. Junto con intervenciones complementarias en materia de nutrición, la “Misión Swachh Bharat-Gramin (SBM-G)”, el componente rural de la “Misión Limpiar India”, procura abordar la alta incidencia del retraso en el crecimiento entre los niños del país.
La iniciativa SBM-G ha recibido USD 1500 millones en asistencia del Banco Mundial para el periodo comprendido entre 2016 y 2020. Con estos recursos se financiarán experiencias piloto innovadoras en 162 distritos de ocho estados con altas tasas de malnutrición: Andhra Pradesh, Bihar, Chhattisgarh, Jharkhand, Madhya Pradesh, Maharashtra, Rajastán y Uttar Pradesh.
El Banco Mundial está también apoyando el empoderamiento de las mujeres y ayudando a promover los medios de subsistencia de estas. El nuevo conjunto de proyectos relacionados con los medios de sustento que se realizan en Bihar, Andhra Pradesh y Telangana tiene como objetivo fundamental mejorar la nutrición en los hogares, mediante la adopción de un enfoque multisectorial y el aprovechamiento de las plataformas institucionales de los pobres, es decir los grupos de autoayuda. Se espera que, en los próximos cinco años, aproximadamente 1,5 millones de hogares mejoren sus resultados nutricionales como consecuencia de estos programas. Este enfoque se ampliará también a otros estados, a través del Proyecto nacional sobre medios de subsistencia de las zonas rurales en los años venideros.
Inversiones acertadas como estas que se realizan en India en beneficio de los niños más pequeños, de quienes depende el futuro del país, son cruciales mientras el país se esfuerza por convertirse en la capital mundial en materia de recursos humanos.