Sri Lanka va a la zaga en cuanto a la participación femenina en la fuerza de trabajo, especialmente en comparación con otros países de ingreso mediano
Un nuevo informe del Banco Mundial titulado Getting to Work: Unlocking Women’s Potential in Sri Lanka’s Labor Force (Inserción laboral: Promover la participación de las mujeres en la fuerza de trabajo de Sri Lanka (i) confirma que Este puede disminuir de manera considerable las probabilidades de las mujeres —en 26 puntos porcentuales— de conseguir un trabajo remunerado, mientras que puede aumentar ligeramente las probabilidades de los hombres, en 2,5 puntos porcentuales.
Para mujeres como Pushpa, el hecho de tener niños pequeños incrementa la presión y reduce sus posibilidades de conseguir un trabajo remunerado. Además del cuidado de los hijos, otras funciones y responsabilidades domésticas recaen también de manera desproporcionada en las mujeres. Mientras tanto, normas sociales que les prohíben salir solas de sus casas, en particular para viajar a otros lugares, agravan la brecha de género en el mercado laboral.
Todo esto se suma. De hecho, a nivel mundial ocupa el decimocuarto lugar entre los países con mayor diferencia por razón de género en cuanto a participación en la fuerza laboral. La participación de los hombres se mantuvo por sobre el 75 % durante el mismo periodo.
En un sentido más amplio, las pequeñas comunidades son particularmente vulnerables. Como se señala en el informe, existe una tendencia preocupante: Además, pareciera ser que las viudas de guerra y las jefas de familia han llegado a ser cada vez más vulnerables en los mercados de trabajo desde la guerra civil y tienen bastante menos probabilidades que otras mujeres de conseguir trabajos remunerados.
Baja participación, disparidades salariales persistentes y alto desempleo
En el informe Getting to Work, en general, se concluye que las experiencias de las mujeres en el mercado laboral de Sri Lanka siguen caracterizándose por la baja participación, el alto desempleo y las disparidades salariales permanentes entre los sexos. En el informe se menciona que las mujeres no están adquiriendo las habilidades apropiadas exigidas por los mercados de trabajo.
Las nociones acerca de los roles adecuados según el género están presentes a lo largo de la vida de las niñas, definiendo entre otras cosas qué estudian (suelen matricularse en programas de humanidades y artes más que en cursos para adquirir competencias técnicas) y a qué tipos de trabajos postulan.
Todo ello se suma a un desajuste en materia de capital humano: El análisis de los datos proporciona más información, como el hecho que las brechas salariales se reducen con el tiempo, pero que las mujeres menores de 30 años —básicamente aquellas que están recién iniciando sus carreras profesionales—, son las que tienen más posibilidades de enfrentar el problema del desempleo.
La investigación primaria realizada para el informe Getting to Work confirma que los empleadores discriminan por razón de género en un grado mucho menor que lo que sospechan los empleados. Sin embargo, podría no ser así en el caso de las promociones; la segregación ocupacional perdura, y los hombres continúan predominando cuando se trata de empleos de gestión y de alta calificación.
Reducir los obstáculos a la participación femenina
Para avanzar, en el informe se recomienda centrar la atención en cuatro esferas prioritarias, cada una de las cuales aborda diferentes obstáculos que impiden a las mujeres tener acceso a empleos remunerados y, por ende, continuar progresando en el lugar de trabajo. También, se proporcionan consejos específicos para mejorar la participación de las mujeres en las cinco industrias del sector privado analizadas: tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC), plantación de té, turismo, fabricación de prendas de vestir y agricultura comercial.
Las iniciativas de desarrollo profesional, si se inician a una edad temprana, pueden ayudar a las niñas a adquirir la educación, las habilidades y la confianza para cursar estudios, particularmente en los campos de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (CTIM) o en programas de educación y formación técnica y profesional (EFTP), que solicitan los probables empleadores.
Con la entrega de capacitación relevante y acceso al crédito y vínculos comerciales, las mujeres emprendedoras podrían trabajar fuera de sus casas, permitiéndoles crear negocios exitosos. Además, las mujeres que deseen viajar por razones de trabajo tendrían mayor apoyo con un acceso mejorado a servicios de transporte seguros.
En el lugar de trabajo es crucial la adopción de medidas como mejorar los servicios de cuidado infantil, el acceso a trabajos a tiempo parcial y licencias de maternidad, y abordar las limitaciones físicas y sociales relacionadas con la movilidad de las mujeres. En el mundo del trabajo se deben respetar la igualdad de género establecida en las leyes laborales y las políticas no discriminatorias, incluida una tolerancia cero para el acoso sexual. Al emprender iniciativas de marcas éticas y de acción afirmativa, el sector privado podría ayudar a aumentar la tasa de participación femenina en la fuerza laboral y las empresas de propiedad de mujeres en las industrias emergentes.
Por último, está claro que que aborden las numerosas cuestiones que afectan la participación de ellas en la fuerza laboral. El éxito dependerá de la colaboración entre diversas partes interesadas, abarcando desde ministerios públicos pertinentes a proveedores de educación, el sector público y, en especial, empleadores del sector privado. Y, en definitiva, las propias mujeres tendrán que desempeñar una función clave, reclamando un espacio para sí mismas en la fuerza laboral de Sri Lanka.