¿Cómo ayudará el CCAP a los países a ser ambiciosos?
Obviamente, cada país tiene sus propias especificidades, pero hay algunas tendencias generales que sustentarán nuestro apoyo: en los países de ingreso bajo, donde las emisiones son las más bajas pero los impactos climáticos suelen ser mayores, esperamos que nuestro apoyo se centre en el desarrollo climáticamente inteligente para evitar quedar atrapados en vías de desarrollo con altas emisiones de carbono, así como en la adaptación y la resiliencia. Esta última será una gran prioridad en los pequeños Estados insulares en desarrollo. En los países de ingreso mediano, muchos de los cuales ya son grandes emisores, anticipamos centrarnos mucho más en acelerar el desarrollo con bajas emisiones de carbono y en apoyar una “transición justa” hacia un futuro con bajas emisiones de carbono.
Hay dos frentes específicos que orientarán nuestra manera de apoyar a los países a través del CCAP.
En primer lugar, partiendo de la articulación más clara que los países han hecho hasta la fecha sobre cómo ven la acción climática, es decir, sus contribuciones determinadas a nivel nacional (CDN) de conformidad con el Acuerdo de París y sus estrategias a largo plazo (ELP), donde existan estas últimas. Y por cierto queda claro que estos compromisos actuales no alcanzan los objetivos de temperaturas “muy por debajo de los 2 °C” del Acuerdo de París, pero consideramos estos objetivos climáticos nacionales como un punto de partida vital para nuestro apoyo a los países: el piso, pero no el techo, sobre el que establecer objetivos climáticos más ambiciosos. Se espera que las CDN aumenten con el tiempo, por eso intensificaremos nuestro apoyo para implementar y desarrollar nuevas y actualizadas contribuciones de aquí a 2025, y para trabajar con los países en sus ELP.
Eso significa proporcionar financiamiento y apoyo técnico para que estos objetivos nacionales sean ambiciosos, integrales y coherentes entre sí. Y también implica aumentar el financiamiento público y privado traduciendo estos compromisos nacionales en planes de inversión que se hagan realidad.
En segundo lugar, sobre la base de este primer paso, usaremos estas CDN y ELP para dar forma a nuestra propia nueva herramienta de diagnóstico, a saber, los informes sobre el clima y el desarrollo de diversos países. Creemos que estos informes serán un activo realmente poderoso para incorporar aún más el clima en nuestras propias operaciones, préstamos y trabajo con los clientes. En efecto, los informes ofrecerán un plan de prioridades climáticas para cada país. Adaptados a las prioridades de desarrollo específicas y basándose en los escenarios del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) para las emisiones futuras, los informes ofrecerán información sobre las inversiones más críticas que se necesitan, las mayores oportunidades, así como las compensaciones y cómo se pueden gestionar. Nos complace que esta herramienta de diagnóstico haya tenido mucha aceptación entre nuestros colegas en los países, que ya ven su valor para apoyar a los países de manera más eficaz. Y tenemos la intención de hacer públicos los informes para que otros donantes, instituciones crediticias o empresas también puedan usarlos para orientar sus inversiones resilientes y con bajas emisiones de carbono.
"Los objetivos climáticos nacionales [son] un punto de partida vital para nuestro apoyo a los países: el piso, pero no el techo, sobre el que establecer objetivos climáticos más ambiciosos”.
Usted menciona el trabajo en la "transición justa" como parte de los esfuerzos para apoyar la descarbonización de los países, ¿cómo va a funcionar eso en la práctica?
Dejar de utilizar el carbón es fundamental para lograr los objetivos del Acuerdo de París, y de eso no hay duda. El Grupo Banco Mundial detuvo el financiamiento directo de nuevos proyectos de plantas de energía de servicios públicos alimentadas a carbón en 2010; y esto está ahora doblemente garantizado con nuestro anuncio de alinear nuestros flujos de financiamiento con los objetivos del Acuerdo de París.
Sin embargo, no se trata solo de dejar de entregar financiamiento. La economía de estas inversiones ya está enviando un fuerte mensaje sobre los activos varados. Por el contrario, se trata de garantizar que comunidades enteras no queden varadas en el marco de la transición a las bajas emisiones de carbono. En el CCAP se plantea “un enfoque equitativo y cuidadosamente gestionado, que incluya redes de protección social y apoyo para encontrar nuevos empleos o adquirir nuevas habilidades para la economía verde”. En todo el mundo, debemos involucrar a los trabajadores de las industrias de combustibles fósiles —personas con familias, hogares, y planes para el futuro— a quienes debemos mantener en el centro de la planificación para que también se beneficien de la nueva economía climática del futuro.
Nuestro propio apoyo a los países incluirá ayuda a los responsables de las políticas para que formulen hojas de ruta claras en que se aumente el bienestar de las personas y las comunidades, se promueva la creación de nuevos empleos en el sector privado, así como las redes de protección social y el crecimiento económico para las regiones afectadas, entre otras numerosas medidas.
¿Cuál es el papel del sector privado en la transición?
El sector privado es un motor clave. Son las empresas privadas las que producen bienes, gestionan las cadenas de suministro y aceleran la innovación. Las instituciones financieras supervisan billones de dólares de capital invertible que impulsarán la nueva economía climática. Pero a fin de movilizar este capital en las economías emergentes para inversiones ecológicas y mejoras esenciales en tecnologías innovadoras, como el almacenamiento de baterías, la energía eólica marina o el hidrógeno ecológico, necesitamos que los Gobiernos creen los entornos reglamentarios y propicios adecuados.
"Debemos involucrar a los trabajadores de las industrias de combustibles fósiles —personas con familias, hogares y planes para el futuro— […] para que también se beneficien de la nueva economía climática del futuro".
Necesitamos que los bancos multilaterales de desarrollo (BMD) apoyen la creación de proyectos financiables. Y, por último, necesitamos asociados que ayuden a proporcionar recursos públicos y financiamiento combinado en condiciones concesionarias para reducir el riesgo de las inversiones privadas y el costo de la innovación. IFC, por ejemplo, aplicará una perspectiva climática en todas las regiones y todos los sectores en los que opera. Trabajará para lograr el mayor impacto posible, ayudando a acelerar la adopción del financiamiento verde y el desarrollo de los mercados de capital, y colaborando con las empresas privadas, incluidas las pymes, para integrar los riesgos y oportunidades del cambio climático en sus cadenas de suministro.
Cuéntenos un poco más sobre el anuncio del alineamiento con el Acuerdo de París. ¿Qué significa y por qué es importante?
En el CCAP, definimos alineamiento como "la prestación de apoyo a los clientes de forma coherente con las vías de desarrollo con capacidad de adaptación al cambio climático y con bajas emisiones de carbono, en consonancia con los objetivos del Acuerdo de París y con las CDN, las ELP u otros compromisos propios de los países clientes para abordar el cambio climático".
En términos prácticos, alinear nuestros flujos de financiamiento con el Acuerdo de París consiste en garantizar que todas nuestras operaciones avancen activamente o no obstaculicen el logro de estos objetivos. Esto es muy significativo porque nos hace incorporar el clima en toda nuestra labor en favor del desarrollo. Ya contamos con nuestro financiamiento climático, anteriormente denominado cobeneficios, como una parte de nuestro financiamiento total. Nos hemos fijado un objetivo ambicioso en ese frente, pasar del 26 % logrado en promedio durante los últimos cinco años al 35 % en el próximo período. Más allá de contabilizar nuestro financiamiento climático —una métrica que representa la proporción de financiamiento de proyectos que mitigan el cambio climático o se adaptan activamente a él—, todo lo que hagamos estará alineado con los objetivos del Acuerdo de París. En efecto, con esto se aplica una perspectiva climática en todos los sectores, incluidas áreas como la educación, la salud o la protección social que no están tradicionalmente asociadas con la acción climática y nunca pueden obtener un elevado financiamiento para el clima.
Hasta ahora, esto parece una gran cantidad de trabajo por el lado de la mitigación. Pero en el CCAP también se fija un objetivo sobre la adaptación y se aspira a convertirla en una prioridad. Cuéntenos más sobre eso.
Incluso cuando invertimos activamente en mitigación, ya tenemos que vivir con los impactos del cambio climático que aumentan rápidamente. Así que no hay duda de que debemos invertir al mismo nivel de los esfuerzos de descarbonización: en el marco del CCAP, al menos el 50 % de nuestro financiamiento climático (BIRF y AIF) se destinará a la adaptación.
Nuestro financiamiento para actividades de adaptación ha aumentado constantemente durante los últimos cinco años. En 2019, entregamos más de la mitad de todo el financiamiento (PDF, en inglés) para adaptación proporcionado por los BMD. Esperamos respaldar inversiones para la preparación y la recopilación de datos relacionados con el clima, tales como pronósticos de alta calidad, sistemas de alerta temprana e información climática. Trabajaremos para hacer frente a las inundaciones y sequías. Y nos esforzaremos por crear sistemas de protección social que respondan mejor a los desafíos del clima, de modo que las comunidades tengan la capacidad de responder antes y recuperarse más rápido de los impactos climáticos. El Banco Mundial e IFC también publicaron recientemente un plan de acción (i) para que los Gobiernos ayuden a superar las barreras y a movilizar la inversión del sector privado para la adaptación.
Pero el financiamiento directo por sí solo no será suficiente para satisfacer las necesidades de adaptación, por lo que intensificaremos el trabajo con los asociados en la tarea del desarrollo, y a través de los mercados de capital para atraer financiamiento para las inversiones en adaptación. Y nos hemos comprometido a mejorar significativamente nuestras propias métricas para ir más allá de la medición de la resiliencia de nuestras propias operaciones y pensar en cómo nuestras inversiones aumentan la resiliencia de las comunidades.
En los últimos meses, mientras se finalizaba el CCAP, hubo solicitudes para tener en cuenta los comentarios de una amplia gama de partes interesadas. ¿Se recibieron opiniones externas y cómo se incorporaron en el documento final?
Como dije, consideramos que se trata de un documento dinámico que evolucionará con el tiempo en función de las necesidades de nuestros clientes, así como de las contribuciones de otras partes interesadas.
Solicitamos ideas externas sobre el CCAP y estamos muy agradecidos de recibir diversos comentarios y opiniones, provenientes de expertos en el área del clima, el sector privado, responsables de formular las políticas, contrapartes de la ONU, instituciones académicas y de investigación y organizaciones de la sociedad civil. Recibimos más de 500 comentarios —algunos publicados en esta página; otros enviados por correo electrónico— en varios idiomas (francés, español, árabe, japonés, ruso y chino). A todos los que nos enviaron sus ideas y opiniones, les expresamos nuestro sincero agradecimiento y reconocimiento público.
"Consideramos que se trata de un documento dinámico que evolucionará con el tiempo en función de las necesidades de nuestros clientes".
Leímos todos y cada uno de los comentarios que recibimos. Creemos que el CCAP completo refleja muchas de las inquietudes clave que se plantearon. Por ejemplo, es claro en cuanto a cómo el Grupo Banco Mundial ayudará a los países a descarbonizar sus economías, entregando detalles sobre las maneras que utilizaremos para apoyar una transición justa. El CCAP también es claro acerca del alineamiento con el Acuerdo de París y lo que eso significa para las futuras inversiones en energía. La adaptación y la resiliencia también ocupan un lugar mucho más destacado, al igual que las soluciones basadas en la naturaleza, que pueden respaldar los resultados tanto de mitigación como de adaptación.
Y, por último, participaremos más ampliamente a medida que se ponga en marcha. Se trata de un esfuerzo colectivo, y esperamos que se produzca un compromiso colectivo mientras nos esforzamos por abordar uno de los desafíos más primordiales de nuestro tiempo.