Una de las mejores, más fáciles y más efectivas formas de observar la vida silvestre en su hábitat natural no es siempre con observación directa, sino a través de imágenes y vídeos capturados por las cámaras trampa. Estas pequeñas y potentes herramientas se han hecho muy populares, incluyendo en la Amazonía, y constituyen un excelente medio para mejorar la vigilancia y el seguimiento de las poblaciones de fauna silvestre.
Las cámaras trampa son fáciles de instalar y pueden capturar, mediante una fotografía o un vídeo, una gran diversidad de especies terrestres clave, al ser activadas mediante un sensor cuando pasa un animal. Si se diseñan y despliegan correctamente, las cámaras trampa son una forma rentable de captar rápidamente muchas imágenes: una sola cámara puede captar a menudo cientos o miles de imágenes en el plazo de unas pocas semanas. A pesar del volumen de datos recogidos por las cámaras trampa en regiones como el Amazonas, la mayoría de estos permanecen "invisibles" porque son datos son voluminosos, difíciles de organizar, analizar, sintetizar y compartir con otros. Por lo general, las comunidades locales y las personas no expertas carecen de la capacidad y los conocimientos necesarios para acceder y utilizar las herramientas analíticas para procesar los datos recogidos. No obstante, si se utilizan correctamente, el potencial de las cámaras trampa es enorme, ya que los datos resultantes pueden utilizarse para medir la salud de los ecosistemas y controlar si las actividades de conservación están dando los resultados esperados en términos de diversidad y abundancia de especies.
Las cámaras trampa también pueden desempeñar un papel importante en los esfuerzos por controlar el comercio ilegal de fauna silvestre y vigilar las especies que corren un alto riesgo de transmitir enfermedades y que no son fáciles de vigilar mediante la observación casual. En el contexto de las restricciones de viaje de COVID-19, también se puso de manifiesto la necesidad de promover mecanismos de vigilancia comunitaria con el uso de la tecnología, lo que no sólo reduce la necesidad de que los técnicos externos viajen y disminuye la huella de carbono, sino que, de manera importante, fortalece la capacidad local.
Respondiendo a los desafíos de utilizar y procesar la información proveniente de las cámaras trampa, el proyecto regional del programa Paisajes Sostenibles de la Amazonía (ASL) identificó la necesidad de diseñar y pilotear una herramienta analítica para recolectar, organizar, visualizar y analizar la información capturada por las cámaras trampa dentro de su área de intervención y permitir la toma de decisiones relacionadas con la gestión de la conservación. El ASL, financiado por el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF) y liderado por el Banco Mundial, pretende mejorar la gestión integrada del paisaje y la conservación de los ecosistemas en zonas prioritarias de la Amazonía en Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú y Surinam.
Para ayudar a las partes interesadas a sacar el máximo provecho de estos datos, desarrollar capacidades e intercambiar conocimientos, la ASL contrató a Conservación Internacional (CI) al ser una de las organizaciones que lideran Wildlife Insights (WI), una plataforma virtual y con inteligencia artificial creada por CI, Wildlife Conservation Society (WCS), WWF y otros socios para facilitar el procesamiento, la gestión y el análisis de los datos de las cámaras trampa. El producto clave resultante, la herramienta ASL Exploradora de Datos , se desarrolló dentro de la plataforma de WI para que el ASL compilara y facilitara el procesamiento, la gestión y el análisis de los datos de las cámaras recogidos por sus proyectos nacionales. La herramienta ofrece a los usuarios una forma sencilla de explorar los datos recogidos por las cámaras trampa, obtener información esencial sobre la biodiversidad y realizar estimaciones de varias variables, incluida la comparación de la presencia de especies dentro y fuera de un área protegida.
La actividad financiada por el ASL ayudó a fortalecer la capacidad de las partes interesadas en los proyectos (comunidades locales, autoridades ambientales, técnicos y guardabosques) para recopilar y utilizar los datos de las cámaras trampa, junto con otros datos pertinentes, y para evaluar los resultados de la biodiversidad conseguidos a través de sus intervenciones. La actividad incluyó talleres de formación virtuales y presenciales apoyados por WCS y WWF en cuatro sitios piloto en Brasil, Colombia y Perú. Se prepararon materiales para facilitar la capacitación, incluyendo una guía completa paso a paso para aprender a usar la plataforma WI en inglés, español y portugués, tareas de práctica (en español), así como guías específicas para algunos de los sitios como Tabaconas y el Santuario Orito Ingi-Ande.