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ARTÍCULOMayo 23, 2024

La economía azul: Apoyar las oportunidades de las naciones insulares

The World Bank

Vista aérea de la entrada al puerto deportivo IGY Rodney Bay, en Santa Lucía. 

En medio de la escalada de crisis mundiales, los pequeños Estados insulares en desarrollo (PEID) se reunieron del 27 al 30 de mayo, junto con la comunidad internacional, para debatir formas de abordar cuestiones como su vulnerabilidad a los impactos del cambio climático, la exposición a la contaminación y las dificultades económicas.

Si bien el tamaño pequeño de las naciones insulares genera desafíos de desarrollo únicos, estos países también tienen extensos territorios oceánicos, y la gestión sostenible de los recursos marinos ya actúa como motor de la creación de empleo y el crecimiento del PIB. Y lo que es más importante, el territorio oceánico de las naciones insulares es la clave para las oportunidades y la prosperidad futuras. Las industrias costeras y marinas inyectan USD 2,5 billones (PDF, en inglés) anuales en la economía mundial.

El Banco Mundial ayuda a los países insulares de todo el mundo a desarrollar economías azules sostenibles para adaptarse al cambio climático, crear empleos, impulsar las economías y mejorar la calidad de vida de las comunidades.

HACER FRENTE A LAS MAREAS ALTAS

“El 90 % de nuestra proteína animal proviene de los peces”, dijo Arlindo Carvalho, coordinador técnico del Ministerio de Infraestructuras, Recursos Naturales y Medio Ambiente de Santo Tomé y Príncipe. “En nuestra sociedad, los hombres pescan y las mujeres venden pescado, por lo que es esencial proteger las vidas y los medios de subsistencia asociados con la actividad pesquera”.

El Programa de Gestión de las Zonas Costeras de África Occidental (WACA) (i) del Banco Mundial apoya mejoras de la infraestructura costera en las comunidades pesqueras de Santo Tomé y Príncipe.

Estos esfuerzos incluyen la rehabilitación de caminos, y la construcción de nuevos rompeolas, diques marinos, rampas para embarcaciones, y viviendas más seguras para las personas expuestas a las mareas de tormenta y al aumento del nivel del mar. Los faros han sido renovados y equipados con tecnología solar.

Debido a la pesca excesiva, las poblaciones de peces son menores cerca de la tierra. Los pescadores en las pequeñas canoas y botes ahora enfrentan viajes más peligrosos, ya que, a medida que se alejan de la costa, se ven afectados por condiciones más difíciles en aguas desconocidas. Incluso cerca del litoral, el nivel del mar está subiendo.

A través de proyectos del Banco Mundial, unos 3000 pescadores han recibido kits de seguridad en el mar, que incluyen instrumentos de sistemas de posicionamiento global (GPS), protectores electrónicos y chalecos salvavidas.

“Desde la playa, el mar puede parecer amigable, pero cuando navegas en aguas profundas es peligroso y aterrador. Hay tiburones, incluso ballenas. Es fácil perder de vista la tierra”, dijo el pescador Célcio Dias.

Cuando empecé a pescar, no tenía un GPS. Perdí muchos amigos. Algunos se extraviaron, algunos fueron a parar a países extranjeros y otros murieron. Ahora que tengo un GPS, mi familia se preocupa menos
Célcio Dias
Pescador en São Tomé y Príncipe
The World Bank
A medida que los cambios oceánicos obligan a los pescadores a alejarse de la costa, se exponen a más peligros. Célcio Dias -conocido como Mano, a la derecha- confía en un GPS para volver sano y salvo a casa. Foto: Flore de Preneuf/ Banco Mundial
 

PROTEGER LOS RECURSOS PESQUEROS VULNERABLES

En todo el mundo, los recursos pesqueros costeros son también una importante fuente de ingresos, nutrición y alimentos para la mitad de los hogares de la región del Pacífico. Se estima que aportan al PIB el 49 % del total de la pesca.

Alrededor del 60 % de la oferta mundial de atún proviene del Pacífico. Entre los riesgos derivados del cambio climático figuran los cambios en los lugares de pesca y el menor número de capturas. Una gestión más adecuada de las pesquerías es esencial para generar ganancias e ingresos por exportaciones y mejorar los medios de subsistencia, la seguridad alimentaria y las dietas.

El Programa del Paisaje Oceánico Regional de las Islas del Pacífico (PROP) del Banco Mundial apoya los medios de subsistencia sostenibles basados en la economía azul y ayuda a los países a crear instituciones (i) nacionales que controlen mejor la pesca y la seguridad de los productos del mar para permitir su exportación a la Unión Europea. Estos esfuerzos incluyen nuevos sistemas electrónicos de monitoreo y presentación de informes y el establecimiento de un centro de vigilancia. El PROP también apoya actividades económicas y de capacitación para ayudar a impulsar las oportunidades de empleo.

A través del Organismo de Pesca del Foro para el Pacífico Sur (i) (FFA), que regula las pesquerías de atún en el Pacífico, el PROP inició sesiones de capacitación básica para los observadores de la pesca regional, mejorando la seguridad y creando un mejor régimen de inspección costera.

Con fondos de la Asociación Internacional de Fomento (AIF), el Banco Mundial ayuda a los países del Pacífico a gestionar sus pesquerías de manera sostenible y así proteger su economía y seguridad alimentaria del futuro. En este marco, las Islas Marshall reciben apoyo para la gestión sostenible de la pesca oceánica y el fortalecimiento de las actividades de pesca de atún mediante la mejora de los sistemas de seguimiento, vigilancia y monitoreo de buques. En Tonga, se busca fortalecer la capacidad de las pesquerías comunitarias y financiar dispositivos para la agrupación de peces, boyas de señalización, equipos de seguridad y embarcaciones de apoyo.

Por su parte, Kiribati está fortaleciendo su sistema de seguimiento y vigilancia de las pesquerías, y ello incluye la construcción y el equipamiento de dos nuevos centros.

“De niños, en Kiribati, el océano era nuestra vida”, dijo Mariaa Henry, oficial de vigilancia pesquera del Ministerio de Pesca y Desarrollo de los Recursos Marinos de Kiribati. “Siento que en este momento estoy ayudando a conservar nuestros recursos para la próxima generación. Tenemos que... mantener nuestros recursos [oceánicos] para nuestra próxima generación: nuestros nietos y bisnietos sentirán los beneficios de nuestros recursos”.

AUMENTAR LOS EMPLEOS EN LAS ZONAS COSTERAS

Los Estados insulares del Caribe enfrentan desafíos similares. Las pesquerías marinas se ven afectadas por la pesca ilegal y no declarada. Algunas prácticas pesqueras presentan riesgos para la seguridad y problemas sanitarios, lo que conduce a la contaminación.

El Proyecto Liberar el Potencial de la Economía Azul del Caribe (UBEC), una iniciativa de USD 90 millones y 15 años de duración financiada por el fondo fiduciario PROBLUE del Banco Mundial, fortalece la economía azul a través de inversiones en pesca, turismo y gestión de los residuos, y la creación de más oportunidades de empleos azules.

UBEC, una asociación con la Comisión de la Organización de Estados del Caribe Oriental y las islas de Santa Lucía, Granada, y San Vicente y las Granadinas, pone énfasis en la colaboración. Las empresas están ampliando sus operaciones a través de un programa regional de donaciones de contrapartida que agiliza el financiamiento, especialmente para las mujeres emprendedoras.

“Uno de los mayores desafíos que tuve fue el acceso al financiamiento, y sigue siendo un problema hoy en día”, dijo Eget Martyr, propietaria de una empresa de buceo y que ha trabajado durante más de 30 años en el sector del turismo oceánico en Santa Lucía. “Uno quiere expandirse, quiere dar oportunidades a otros, a los jóvenes, pero simplemente no tiene los recursos para ampliarse”.

En un momento en que las naciones insulares buscan adaptarse a un clima cambiante, el crecimiento de la economía azul sigue siendo su mejor oportunidad para crecer, tener seguridad alimentaria y crear empleos.

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