Colombia se encuentra entre los tantos países del mundo que reforman sus regulaciones empresariales para estimular la participación del sector privado e impulsar el crecimiento económico. © Pedro Szekely/Flickr Creative Commons
Colombia se encuentra entre los tantos países del mundo que reforman sus regulaciones empresariales para estimular la participación del sector privado e impulsar el crecimiento económico. © Pedro Szekely/Flickr Creative Commons
Ante los elevados costos iniciales que debía afrontar su negocio de cerdos en Bogotá, Diego Bedoya siguió el consejo de su acreedor. Utilizó sus animales, alimentos, medicamentos, herramientas y equipos como garantía para poder comenzar a producir y ganar dinero. Y usa sus productos para pagar los préstamos que contrajo.
El microempresario se beneficia de los servicios de un registro de garantías de Colombia que permite que las empresas registren activos muebles —por ejemplo, maquinaria o incluso sus propios productos— como garantía. Entre marzo de 2014 y octubre de 2016, se registraron más de 1,3 millones de este tipo de activos para respaldar los fondos otorgados por prestamistas, entre los que se encuentran algunos de los bancos más grandes del país. Una cuarta parte de ese total se destinó a respaldar créditos para microempresas y pequeñas y medianas empresas.
Colombia se encuentra entre los tantos países del mundo que reforman sus regulaciones empresariales para estimular la participación del sector privado e impulsar el crecimiento económico.
Entre el 2 de junio de 2017 y el 1 de mayo de este año, 128 Gobiernos aplicaron una cifra récord de 314 reformas que benefician tanto a pequeñas y medianas empresas como a empresarios, favorecen la creación de empleo y estimulan la inversión privada.
El índice de Doing Business del Grupo Banco Mundial presenta un seguimiento de estas reformas, y a la vez sirve de inspiración para llevarlas a la práctica. En él se clasifican 190 países de acuerdo con la facilidad para hacer negocios dentro de sus fronteras.
La aceptación de Doing Business tardó bastante en llegar en varias partes del mundo desde que se presentó por primera vez el informe en 2003. La clasificación anual tiene cada vez más influencia, tal como lo demuestra el ritmo progresivo de las reformas de la regulación relativa a las empresas en todas las regiones.
La aceptación de Doing Business tardó bastante en llegar en varias partes del mundo desde que se presentó por primera vez el informe en 2003. La clasificación anual tiene cada vez más influencia, tal como lo demuestra el ritmo progresivo de las reformas de la regulación relativa a las empresas en todas las regiones.
“Los resultados de este año demuestran claramente el compromiso de los Gobiernos de muchas economías, grandes y pequeñas, de fomentar el espíritu empresarial y las empresas privadas”, dijo Rita Ramalho, gerente superior del Grupo de Indicadores Mundiales del Banco Mundial, encargado de la elaboración del informe.
“Además, hay una amplia cantidad de países que están aplicando reformas este año; es más universal. Ya nadie cuestiona la importancia de estas cosas, como la necesidad de que exista un proceso simple para poner en marcha una empresa”.
En los últimos dos o tres años, “todos los grandes mercados emergentes —como China, India, Nigeria, Sudáfrica, Indonesia y Rusia— han incorporado la metodología”, señaló Sylvia Solf, jefa de la Unidad de Asesoramiento sobre Reformas del Grupo Banco Mundial, que recomienda a los Gobiernos formas de mejorar el entorno para los negocios. “El hecho de que estén haciendo esto es completamente innovador”.
“Al poner la perspectiva de una pequeña empresa nacional en el centro del análisis, el informe Doing Business se convirtió en algo revolucionario”, dijo Solf. A través del índice se miden reformas en 11 esferas: apertura de un negocio, manejo de permisos de construcción, obtención de electricidad, registro de propiedades, obtención de crédito, protección de los inversionistas minoritarios, pago de impuestos, comercio transfronterizo, cumplimiento de contratos, resolución de la insolvencia y regulación del mercado de trabajo.
La reforma más popular es facilitar la tarea de poner en marcha una empresa. Más de una cuarta parte de las economías lo lograron entre 2017 y 2018. Ahora, esta actividad lleva en promedio 20 días y cuesta un 23 % del ingreso per cápita, en comparación con 47 días y un 76 % del ingreso per cápita en 2006. De las 20 economías principales, 13 cuentan con al menos un procedimiento que puede completarse en línea en medio día.
Georgia —uno de los primeros países en adoptar la metodología de Doing Business y el segundo que más reformas ha aplicado (después de Rwanda)— ha reducido la cantidad de tiempo necesario para poner en marcha una empresa a 2 días. Para simplificar la inscripción de la empresa, el Gobierno creó la primera agencia de servicios públicos (Public Service Hall) en 2011, una oficina donde se pueden tramitar diversos servicios. Hoy en día, hay 19 de estas oficinas, que procesan aprobaciones de distintos organismos, con la opción de realizar los pagos en línea mediante tarjeta de crédito.
Ahora, obtener documentos es un proceso sencillo para los empresarios como Vakhtang Kajrishvili, fundador de Badagi, una empresa con sede en Tbilisi que produce un dulce tradicional llamado churchkhelas. “Conseguimos todos los documentos necesarios rápida y fácilmente”.
Vakhtang Kajrishvili. © Foto: Kajrishvili
Kajrishvili comenzó con un empleado y ahora es propietario de siete tiendas que venden diferentes productos georgianos, así como de ocho puestos exclusivos en una cadena de supermercados. Un aumento reciente del turismo ha tenido un efecto muy positivo en su empresa, y él ya orienta la mirada hacia los mercados de la Unión Europea. Con el financiamiento del Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo y el Ministerio de Agricultura, está construyendo una fábrica para el procesamiento de fruta.
“Ahora, el mayor desafío es mantener una alta calidad en la producción”, agregó. “Pronto tendremos una fábrica a la altura de los estándares europeos”.
Las economías que tienen un buen desempeño en Doing Business por lo general cuentan con un sólido sistema de Gobierno electrónico para brindar servicio a los ciudadanos y las empresas. “El Gobierno electrónico también evita la burocracia y reduce la corrupción”, dijo Ramalho.
El firme liderazgo fue clave en las reformas logradas en Rwanda, Georgia y Colombia, los primeros países que se inspiraron con Doing Business para reformar sus regulaciones. Rwanda y Georgia son los dos países, en ese orden, que realizaron más reformas en la historia de Doing Business, y Rwanda nuevamente fue uno de los principales reformadores de este año.
“Se debe mantener un liderazgo firme, sostenido y amplio”, señaló Ramalho. “Las reformas de Doing Business tienden a extenderse a todos los ámbitos del Gobierno. Es importante que exista liderazgo en los niveles más altos para dejar en claro la necesidad de aplicar estos procesos”.
En Rwanda, en los años posteriores al genocidio y la guerra civil se logró el consenso en torno a la idea de que el sector privado debe ser el principal impulsor de la transformación económica. “El Gobierno se propuso crear un entorno que facilitara el desarrollo de las empresas y las inversiones”, dijo Louise Kanyonga, jefa del Departamento de Estrategia y Competitividad de la Junta de Desarrollo de Rwanda.
“Rwanda ha adoptado un enfoque firme y ambicioso para reformar su entorno para los negocios”, agregó. “Nos comparamos con quienes tienen el mejor desempeño del mundo y pensamos en grande”.
Asimismo, dijo que Doing Business inspiró reformas en esferas clave:
Mercado Kimironko en Kigali, Rwanda. © Sarine Arslanian/Shutterstock
La pequeña nación mediterránea de África se ha convertido en una de las economías de más rápido crecimiento del mundo, con una clase media que vive un proceso acelerado de urbanización. Kanyonga dijo que las inversiones privadas han crecido un 60 % en los últimos ocho años, y que tan solo la inversión extranjera directa ha aumentado cerca del 40 %.
De todos modos, aún queda mucho por hacer.
“Rwanda ahora debe posicionarse como una economía preparada para el futuro, que pueda competir en el ámbito internacional”, dijo.
“Debemos asegurarnos de dotar a nuestra gente con las habilidades que necesitarán en el futuro y aumentar la adopción de tecnología e innovación en nuestras empresas”.