WASHINGTON, 12 de junio de 2013 – Los riesgos de las economías avanzadas se han relajado y el crecimiento sigue afirmándose, a pesar de la actual contracción en la zona del euro. Sin embargo, la recuperación en las naciones en desarrollo será modesta debido a las limitaciones en la capacidad de varios países de ingreso mediano, señala el Banco Mundial en la versión recién publicada del informe Perspectivas económicas mundiales (GEP, por sus siglas en inglés).
Se espera que el PIB global se expanda alrededor de 2,2% este año y se fortalezca a 3,0% y 3,3% en 2014 y 2015.[1]
Según las proyecciones, el PIB de los países en desarrollo bordeará los 5,1% en 2013, para fortalecerse a 5,6% y 5,7% en 2014 y 2015, respectivamente. El crecimiento en Brasil, India, Rusia, Sudáfrica y Turquía se ha visto frenado por cuellos de botella por el lado de la oferta. Aunque los riesgos externos han disminuido, es poco probable que el crecimiento de estos países llegue a los niveles previos a la crisis a menos que se apliquen reformas por el lado de la oferta. El crecimiento de China también ha reducido su ritmo a medida que las autoridades buscan formas de reequilibrar la economía. Al observar las tendencias regionales más amplias para este año, se espera que la región de Asia oriental y el Pacífico crezca en 7,3%, Europa y Asia central en 2,8%, América Latina y el Caribe en 3,3%, Oriente Medio y Norte de África en 2,5%, Asia meridional en 5,2% y África al sur del Sahara en 4,9%,
En el caso de los países de ingreso alto, la consolidación fiscal, las altas tasas de desempleo y una confianza todavía débil de las empresas y los consumidores continúan moderando el crecimiento este año, que será de un modesto 1,2% y se afirmará en 2,0% en 2014 y en 2,3% en 2015. Se calcula que la zona del euro se contraerá en 0,6% en 2013, en comparación con la proyección anterior de 0,1%, mientras se prevé una lenta mejoría para alcanzar un modesto 0,9% en 2014 y 1,5% en 2015.
“Aunque hay señales de esperanza en el sector financiero, la ralentización de la economía real está resultando inusualmente larga”, afirma Kaushik Basu, vicepresidente y primer economista del Banco Mundial. “Esto se ve reflejado en la tasa de desempleo obstinadamente alta en las naciones industrializadas y en la actual alza en la zona del euro, y en el lento crecimiento de las economías emergentes, con la caída del crecimiento anual de India por debajo del 6% por primera vez en 10 años. Además, se han intensificado las especulaciones respecto de que Estados Unidos podría retirar el ajuste cuantitativo, cuyas consecuencias generan preocupación. Al profundizar en estos temas, la última versión de Perspectivas económicas mundiales del Banco Mundial alerta sobre las esperanzas y los riesgos que enfrenta la economía global al tiempo que entrega valiosas instrucciones en materia de políticas públicas”.
Después de una contracción que duró varios meses, el comercio mundial se está expandiendo otra vez, aunque se espera que lo haga solo 4,0% en 2013, muy por debajo del nivel previo a la crisis, de 7,3%. No solo el volumen de negocios crecerá más lento que en el pasado, sino que el valor del comercio crecerá incluso con mayor lentitud a medida que los precios de los productos básicos comiencen a relajarse en respuesta al rápido aumento de la oferta. El precio de los metales y minerales ya disminuyó en 30% y el de la energía, en 14%, desde sus puntos máximos a principios de 2011.
“La aparición de nuevas minas y fuentes de energía presiona a la baja la mayoría de los precios de los productos básicos industriales. Si estos precios bajaran aun más rápido de lo esperado, los países en desarrollo exportadores de productos básicos podrían experimentar un grave retroceso fiscal y ver debilitado su crecimiento”, señaló Hans Timmer, director del Grupo de Perspectivas de Desarrollo.
A pesar de la debilidad en las economías de ingreso alto, parte de la resiliencia del comercio mundial se debe a la rápida expansión de la actividad comercial Sur–Sur. Más del 50% de las exportaciones de los países en desarrollo se destinan ahora a otros países en desarrollo. Incluso sin considerar a China, el comercio Sur–Sur ha crecido en un promedio de 17,5% al año en la última década, con una expansión del comercio de productos manufacturados tan rápida como el de los productos básicos.
Los flujos brutos de capital hacia países en desarrollo, relativamente débiles durante la mayor parte del período posterior a la crisis, alcanzaron niveles récord. La emisión de bonos internacionales por parte de las naciones en desarrollo también está a niveles récord, mientras el financiamiento bancario y la emisión accionaria para países en desarrollo subieron hasta 70% en comparación con los primeros cinco meses de 2012. El repunte en el financiamiento bancario sugiere que, para los países en desarrollo, ya han pasado los efectos más agudos del despalancamiento del sector bancario de ingreso alto. A pesar de la recuperación, como porcentaje del PIB de los países en desarrollo, los flujos de capital siguen muy por debajo de los niveles anteriores a la crisis.
Las perspectivas para los países en desarrollo son variadas. En diversas de estas naciones, en especial en Asia oriental y el Pacífico, la demanda parece expandirse más rápido que la oferta, lo que genera desequilibrios constantes, como inflación, burbujas en el precio de los activos, aumento en el nivel de deuda y deterioro de los balances de cuenta corriente. La mayoría de las naciones en África al sur del Sahara funciona prácticamente a plena capacidad, arriesgando una acumulación de presiones inflacionarias. En Europa en desarrollo, aunque la actividad ha repuntado, el crecimiento no ha sido lo suficientemente rápido como para reducir el desempleo y el déficit del producto posteriores a la crisis. Finalmente, en la región de Oriente Medio y Norte de África, el crecimiento del PIB se ha visto afectado por tensiones políticas y sociales. El desempleo y la productividad lenta siguen siendo los desafíos centrales en cuanto a políticas públicas.
“Debido a limitaciones en la capacidad, para alcanzar mayor crecimiento sobre una base sostenida, la mayoría de los países en desarrollo deberán priorizar una vez más la aplicación de reformas estructurales como reducir el costo de hacer negocios, abrirse a los flujos de comercio internacional y a la inversión extranjera e invertir en infraestructura y capital humano. Son estas las políticas las que han respaldado el sólido crecimiento en los países en desarrollo en las dos últimas décadas y vale la pena ceñirse a eso”, comentó Andrew Burns, gerente de macroeconomía global y autor principal del informe.
Aspectos regionales destacados
Las perspectivas de crecimiento, incluido el panorama de cada país, se encuentran disponibles en el informe completo en:www.worldbank.org/globaloutlook
El crecimiento en la región de Asia oriental y el Pacífico fue sólido en el primer trimestre de 2013, pero más lento que el año pasado. En general, las proyecciones señalan que la economía regional se expandirá alrededor de 7,3% en 2013, antes de acelerarse a 7,5% en 2014 y 2015. La debilidad en 2013 refleja en parte un crecimiento todavía flojo de 7,7% en China, que se espera deba fortalecerse a 8,0% y 7,9% en 2014 y 2015, respectivamente. El crecimiento regional, sin incluir a China, perderá su ritmo en 2013 hasta 5,7%, en parte debido a la contracción de las políticas fiscales, pero luego se afirmará a partir del sólido crecimiento de Indonesia, Malasia, Filipinas y Tailandia. Los riesgos para la región incluyen aquellos que rodean la reducción gradual de la inversión china, el relajo cuantitativo de Japón, la rápida expansión del crédito y el aumento en el precio de los activos.
Después de perder impulso drásticamente en 2012, el crecimiento del PIB en Europa y Asia central en 2013 será respaldado por un mejor rendimiento agrícola, menos presiones de despalancamiento y el fortalecimiento de la demanda externa. Sin embargo, la recuperación se verá limitada por un débil traspaso del crecimiento a causa del lento crecimiento en el último trimestre de 2012, ajustes fiscales en curso por parte de las economías de la región, altas tasas de desempleo y una demanda todavía débil de las exportaciones. Se espera que el crecimiento de la región alcance 2,8% en 2013 y 4,2% en 2015. Las perspectivas a mediano plazo para la región dependerán fundamentalmente de los avances en cuanto a abordar los cuellos de botella estructurales al crecimiento económico, lo que incluye limitaciones en la capacidad, altas tasas de desempleo y falta de competitividad.
Se espera que el crecimiento en América Latina y el Caribe se fortalezca en forma marginal a 3,3% en 2013, a partir de 3,0% en 2012, ya que la disminución de los precios de los productos básicos y la deprimida actividad mundial harán sentir sus efectos. El crecimiento se verá de algún modo fortalecido en Argentina y Brasil, luego de haber estado muy debilitado, mientras que disminuirá en la mayoría de los exportadores de productos básicos. En Venezuela, la reversión de políticas altamente expansionistas provocará una fuerte desaceleración en el crecimiento del PIB, a 1,4% en 2013. Las mejoras en términos comerciales apoyarán el crecimiento en América Central, mientras que en el Caribe, se verá retrasado por las limitaciones financieras y los necesarios ajustes fiscales. En el mediano plazo, se espera que la economía regional crezca poco menos de 4% anual, con el apoyo de flujos de capital más firmes (principalmente IED), la recuperación de la demanda externa y reformas estructurales.
Se estima que el crecimiento en la región de Oriente Medio y Norte de África será más lento y alcanzará 2,5% en 2013, en comparación con [3,5%] en 2012, lo que refleja el segundo año de recesión en Irán, el bajo crecimiento en Egipto y un leve repunte en Argelia. Las tensiones políticas siguen con fuerza frente a las próximas elecciones y referendos, y los riesgos en cuanto a la seguridad están frenando la actividad y la inversión. El aumento en el desequilibrio fiscal y de cuenta externa entre los importadores de petróleo están exacerbando las presiones del financiamiento en relación con la abrupta baja en los flujos de capital privado desde 2010. Las perspectivas a mediano plazo para la región dependen de la solución de las tensiones políticas y los riesgos a la seguridad, y de la implementación de reformas que mejoren la base de sostenibilidad de las economías e impulsen la inversión, el empleo y el crecimiento. Se calcula que el crecimiento del PIB regional será de 3,5% en 2014 y 4,2% en 2015, a medida que se relajen las tensiones y se implementen reformas.
El crecimiento del PIB en Asia meridional cayó a 4,8% en 2012, lo que refleja principalmente la continua desaceleración en India y un crecimiento más lento en Sri Lanka y Bangladesh, al igual que en Pakistán y Nepal. Se prevé que el crecimiento del PIB regional llegará a 5,2% en 2013, antes de acelerarse a 6,0% y 6,4% en 2014 y 2015, de acuerdo con el fortalecimiento de la demanda externa, la normalización de los monzones y el repunte gradual del gasto en inversiones. Según las proyecciones, el crecimiento en India aumentará a 5,7% en el ejercicio de 2013, y se afirmará en 6,5% y 6,7% en los ejercicios de 2014 y 2015, respectivamente. El avance constante en cuanto a la consolidación fiscal y en la reducción de las limitaciones estructurales determinará el ritmo de la recuperación. Los riesgos nacionales prevalecen, incluso con un posible descarrilamiento de las reformas y lluvias de monzón más débiles de lo esperado.
El crecimiento en África al sur del Sahara sigue firme debido a la resiliencia de la demanda interna y a precios de los productos básicos relativamente altos aún. Se espera que estos factores, junto con el fortalecimiento proyectado en la demanda externa, sostengan el repunte del crecimiento durante 2013 y 2015, de alrededor de 5,2% (aparte de Sudáfrica, el crecimiento de la región promediará cerca de 6,2%). No obstante, si la recuperación esperada en los países de ingreso alto es más débil o la reducción en los precios de los productos básicos es más abrupta de lo proyectado, las sólidas perspectivas de crecimiento en la región podrían desbaratarse y causar el deterioro de los equilibrios fiscales y en cuenta corriente. Más aun, los riesgos internos para algunos países de la región incluyen el sobrecalentamiento en las economías que funcionan cerca de su plena capacidad, las condiciones climáticas adversas y la agitación política.
[1] Ponderada por la paridad del poder adquisitivo, la proyección se estima en 3,1% y 3,8% y 4,1% en 2013, 2014 y 2015, respectivamente.